Una posición del teatro histórico

En la Sala de teatro 1 de Celarg se presentó el monólogo Allende, la muerte de un presidente del periodista argentino Rodolfo Quebleen. Este autor emplea documentos y grabaciones obtenidas del 11 de septiembre de 1973 para recrear el momento culminante del golpe militar en contra del presidente chileno Salvador Allende, aunque deja abierto el desenlace cuando no toma posición acerca de si fue asesinado o se suicidó. El montaje de la obra es dirigido por Luis Fernández y producido por Mimí Lazo. El reto este unipersonal lo asume Roberto Moll, quien posee muy buena energía y crea de manera orgánica su interpretación, sin embargo parece requerir más apoyo en la dirección actoral porque el personaje posee una gama de emociones que se queda muy plana sin conseguir la transición entre una y otra, lo que se percibe diferente cuando las inflexiones de voz del actor nos acercan al drama del personaje, algo que puede reforzarse. De la misma manera es importante tomar el cuenta el manejo de la utilería, que luce torpe a ratos. Uno de los problemas que poseen los monólogos es que no se basan en el diálogo, sino que el desarrollo de la acción se relata hacia el público. A pesar de darle peso algunas situaciones en primer plano o en el borde del escenario, la puesta en escena de esta pieza pretende que el actor se exprese como si estuviera encerrado en el despacho en que Allende pasó sus últimos momentos y se ubique frente al público solo al final de la representación. Esto no permite apreciar el desplazamiento escénico debido a que el actor se esconde detrás de la escenografía en reiteradas ocasiones cuando se sienta, se traslada hacia atrás o emplea el piso; si bien los movimientos constantes por todo el escenario reflejan el estado de intranquilidad que debe haber vivido Allende al encontrarse en esa situación. La propuesta del espacio escénico se observa muy contemporánea, en especial por el diseño de mesas y sillas, pero logra de buena manera representar el despacho al emplear objetos como teléfonos de la época que, aunque son anacrónicos, sirven para el desarrollo del argumento. Esto se apoya en iluminación de José Jiménez que emplea varias de las posibilidades de la luz blanca para darle mayor sentido a los estados emocionales de personaje, como usar un solo foco que refuerza la soledad que siente o cuando el uso de la luz lateral lo reviste de dureza. Solo crea un ambiente rojo que hace evidente su lucha por los derechos sociales. Dos proposiciones de la puesta en escena lucen injustificables y efectistas, cuando un personaje designado como soldado empieza la obra con una vestimenta manchada de sangre y se traslada llevando un mesa rodante con recipientes médicos, lo que no significa nada dentro del desarrollo posterior del monólogo, además del final en el que una especie de sangre artificial cae al escenario cuando la frase que concluye el espectáculo transmite por sí sola la imagen de mártir que asume Allende. Más allá de todo esto, el texto funciona como reconstrucción histórica y en la premisa que pretende comunicar, especialmente para el grupo social al que se pudo haber orientado la selección de esta pieza, lo que se aprecia en la reacción del público al momento del aplauso.
Función: 1 de Noviembre de 2008

Un pasado generacional y otro mitológico

Generación: En la sala experimental del Celarg, se presenta una nueva temporada de Lo que Kurt Cobain se llevó de Karin Valecillos con dirección de Jesús Carreño. Esta obra de la agrupación Tumbarrancho teatro tiene como argumento la historia de tres jóvenes que rondan los treinta años y se sienten marcados por todo lo que representó el líder del grupo musical Nirvana, por eso se reúnen cada año a celebrar el día de su muerte para discutir sin en realidad se suicidó o fue asesinado por su esposa. El día en que se sucede la acción dramática es el día en que todo cambiará, en que cada personaje reflexionará de cómo ha llevado su vida y dejará atrás a una generación que soñó maneras cambiar el mundo si bien nunca alcanzó nada. Con una puesta en escena realista que se refleja en la escenografía y el vestuario, la dirección de Carreño logra que la interpretación se mueva en el terreno de lo natural y verdadero para que el público pueda comprender los conflictos que viven los personajes y fije una posición. Los instantes de estatismo buscan darle más peso a las emociones de Ariadna, Ricardo y Cheo, representados por Natalia Paolini, Giovanni García y el mismo Carreño, respectivamente. De ellos, destaca la organicidad y fuerza de García, junto a la sinceridad e hilaridad de Carreño. Paolini consigue el realismo de la propuesta, sin embargo en los momentos de intensidad se observan problemas de respiración y tensión en la voz. El acompañamiento musical de Abogados de Murphy y la sutil iluminación de Alfredo Caldera se acoplan a esta reflexión de una época.
Función: 24 de Octubre de 2008
Mitología: También en el Celarg, pero en la Sala de Teatro 2, vuelve a escena la pieza infantil El popol vuh de Xiomara Moreno Producciones. La temporada será a partir del 1 de Noviembre, aunque ya han tenido varias funciones especiales. Esta obra es una adaptación de Xiomara Moreno sobre el libro que contiene el mito de creación de los indígenas mayas. En él se desarrollan varias historias acerca de lo que tuvieron que pasar los dioses antes que pudieran hacer de maíz a los seres humanos. El elenco se presenta equilibrado en el desempeño actoral con Nelson Lehmann interpretando El Hombre de Maíz, especie de narrador que permite al público adentrarse en cada relato, acompañado por Mayte Parias como la Diosa abuela, Roberto Romero como el Dios Hermano Maestro Mago y Héctor Castro como el Dios Hermano Brujito, tres personajes protagonistas debido a que llevan la acción y serán los encargados de crear a los hombres y mujeres. También participan Raúl Hernández como el Gran Gigante, Gavilán y Murciélago junto a Jesús Vieira encargado de los personajes antagonistas como lo son Gran Guacamayo y el Rey de Xibalba. La uniformidad estética del espectáculo, que atrapa por su colorido al público infantil, se da gracias a la escenografía de Valentina Herz y el vestuario de Raquel Ríos, además de lo tocados y títeres de David Morales. La dirección de Javier Moreno resuelve de manera satisfactoria cada escena y le da fluidez al desarrollo de las historias. Este montaje recibió el Premio Municipal de Teatro 2005 y Mejor producción en los premios del TIN -Teatro Infantil Nacional-, por lo que se constituye en una opción recomendable para niños y niñas.
Función: 24 de Octubre de 2008

El teatro in-visible invade a Caracas (y III)

Concluyó la VII Muestra Internacional de Teatro y Títeres en la Comunidades de Caracas, permitiendo la proyección de un gran número de colectivos teatrales de todo el país y del exterior con la difusión de sus propuestas, que tuvieron como escenarios distintos puntos culturales y salas convencionales ubicadas en las parroquias capitalinas. El Instituto de Investigaciones para el Desarrollo del Arte en Venezuela, con Alberto Ravara en la dirección general, denomina a esta muestra como “la fiesta de los invisibles”, debido a que los participantes nacionales son muchas veces desconocidos por el público en general, pese a que algunos poseen varios años de trayectoria. Por eso, se le da cabida en la programación para que puedan dar a conocer lo que hacen o han hecho a lo largo del tiempo. Un segmento de la actividad teatral que abarca este festival lo constituye el teatro de títeres y marionetas, dentro del cual es necesario resaltar la labor de dos agrupaciones. La primera es Manos a la obra; proveniente de Córdoba, Argentina; con Neum y el libro secreto, escrita e interpretada por Rubén Di Mauro. Este trabajo de títeres resalta por la admirable capacidad de manejo de los muñecos, el amplio registro vocal que posee el interprete para diferenciar a cada personaje y la manera sutil en que lo didáctico se cuela dentro de la historia. La segunda es Charlot Teatro de Muñecos que, desde el Estado Zulia, trajo el montaje de marionetas denominado Villafañe. Con diferentes juegos escénicos, Manuel Parra y Yurnel Silva muestran sus habilidades como marionetistas al manipular varios personajes que muestran la importancia del estudio, la confianza en sí mismo y las consecuencias de la mentira. Si bien es preciso recortar un poco el prólogo y no abusar de la interacción con la audiencia infantil, la aparición de los actores dentro del teatrino para discutir el desarrollo de la historia y la salida de los personajes para desplazarse entre el público demuestran lo bien pensado que está el espectáculo para el disfrute de niños y niñas. Entre otros trabajos que destacan se encuentra el grupo Tempo - Teatro Estable de Misiones Posadas – de Argentina con el montaje de Aeroplanos, escrita por Carlos Gorostiza y dirigida por Luis Andrada. En él, dos viejos amigos recuerdan el pasado y tratan de sobrellevar el presente a pesar de la enfermedad de uno de ellos y el desprecio familiar del otro. Guillermo Fascetto y Bubi Demaio representan con propiedad y naturalidad a los dos amigos que se encuentran sentados en la mayoría del desarrollo de la pieza, demostrando que sólo unos excelentes actores mantienen el interés del público por su actuación y que Andrada asume en la dirección un evidente estilo relista por el sentido del texto. No puedo dejar de nombrar a Expresión mágica, una oportuna obra teatro de calle presentada por Sociedad Urbana de Carabobo, que critica varios aspectos de la civilización actual. El cierre que estuvo a cargo de Río Teatro Caribe con Sueño de Golpe, donde exploran las relaciones entre hombres y mujeres a través del imponente uso de lo que llaman danza aérea. Espero que esta muestra se siga realizando en beneficio de los grupos que participan y del teatro venezolano.
Funciones: 14, 15, 16 y 19 de Octubre de 2008

El teatro in-visible invade a Caracas (II)

Continúa la VII Muestra de Teatro y Títeres en las Comunidades de Caracas. El teatro de calle ha tenido un sitial importante porque su misma particularidad le permite presentarse en espacios no convencionales de las distintas parroquias que abarca la programación. El grupo español Tres Tristes Tigres, que había escenificado un montaje para sala, presentó un sencillo y sincero espectáculo didáctico denominado Cuenta gotas, en el que relatan y representan (ayudados por el público) dos historias sobre la importancia y conservación del agua. César Novalgos y Jorge Mazo captan la atención con su naturalidad, al mismo tiempo que se valen de diferentes elementos de utilería, magia y juego escénico para entretener y transmitir su mensaje. El colectivo artístico Alter Ego realizó una divertida representación usando la técnica del clown, en la que un payaso y su contraparte femenina juegan con diversas escenas propias del circo como los malabares con fuego, domar un león que representa el mismo actor, el lanzamiento de dagas y la lectura de una carta de amor, que se cargan de confusión y risa para agradar a los espectadores. Quizás la interpretación femenina requiere más fuerza en contraste con la impresionante capacidad histriónica del payaso protagonista. El grupo de teatro Guarura llevó a escena, en Contares y decires, varios cuentos que tratan sobre cómo los indígenas de América justifican su contacto con la naturaleza. La propuesta debe ser revisada en su puesta en escena porque la distribución de los actores no permite que se aprecie correctamente lo que se narra, aunque ubican acertadamente los elementos de vestuario y utilería alrededor de un espacio delimitado por una tela, de tal forma que sea evidente la convención teatral, si bien la última historia rompe con lo planteado al principio y no cierra el espectáculo. En los espacios convencionales o salas de teatro, he podido apreciar otras opciones. El grupo de teatro Océano de Cuba representó Extraños en la Noche de Esthers Suarez Duran, donde un joven y un viejo consiguen el sentido de la vida por la relación de solidaridad que se establece entre ellos. Pese a algunas fallas de concentración y dicción, además de una escenografía que debía orientarse más a lo simbólico lograron conectar a la audiencia. La compañía Las 2 Teatro de Argentina traen el unipersonal Estrella negra de Adriana Genta, en el que una actriz emplea el cuerpo como principio de la emoción para narrar la realidad de una esclava negra que cree posible conseguir su libertad, sin embargo nunca podrá librarse de la marca de la esclavitud. Con una puesta en escena que se desarrolla entre lo sutil y lo evidente, se sucede una especie de ritual sustentado por el juego de proximidad y alejamiento del público, el empleo de elementos escénicos simbólicos y la entrega actoral de Mónica Sartori. La dualidad de luz y sombra con el uso de velas y una iluminación sugerente, junto al apoyo sonoro en vivo, me permiten considerar este trabajo como uno de los más relevantes de la muestra. La organización de IIAVE -Instituto de Investigaciones para el desarrollo del Arte en Venezuela- sigue apostando por hacer visible el teatro que no consigue espacios para presentarse.
Funciones: 8 y 13 de Octubre de 2008

El teatro in-visible invade a Caracas (I)

Desde la semana pasada se está realizando la VII Muestra Internacional de Teatro y Títeres en las comunidades de Caracas, organizada por IIAVE -Instituto de Investigaciones para el Desarrollo del Arte en Venezuela-. Esta muestra se ha convertido en una experiencia valiosa para las parroquias de la capital del país debido a que sus habitantes pueden acercarse a diversas perspectivas del arte teatral. Con agrupaciones caraqueñas, del interior del país y una representación internacional, espacios convencionales y no convencionales sirven para la difusión del llamado “teatro invisible” o aquellos colectivos artísticos que no han podido entrar en los circuitos comerciales o salas establecidas. Uno de estos grupos es el Ateneo Casa del Arcoiris que posee 19 años de trabajo continuo y presenta el montaje de teatro de calle denominado Las historias que me contaron con dirección de Janeth Colmenares. Un toldo ubicado en el Boulevard de Sabana Grande fue el lugar donde fragmentos de Don quijote de la mancha, El principito, El flautista de Hamelin, La liebre y la tortuga, y El conejo y el mapurite ofrecieron un logrado espectáculo que mantuvo a la expectativa a los espectadores que se acercaron. Como bien ofrecen en el prólogo, esta obra pretende estimular la lectura de varios clásicos de la literatura y por eso emplean al teatro como medio a través del cual se puede alcanzar. Luego de explicar las razones sobre la existencia e importancia del arte de la representación, cuatro actrices interpretan pedazos de cada historia consiguiendo una continuidad dramática entre ellas. La composición vocal y corporal que realizan las actrices diferencia apropiadamente a cada personaje en una puesta en escena creativa que se vale de un colorido vestuario, variados elementos de utilería y originales máscaras. Desde España, el grupo Tres tristes tigres presenta una versión de La zapatera prodigiosa de Federico García Lorca. Esta pieza me hizo reflexionar sobre las categorías del clasificación del teatro, la actuación y la formación del público. El montaje visto puede ser considerado teatro para niños es su país de origen, pero no en Venezuela. Varias escenas hacen referencia a la violencia, la muerte y otras alcanzan momentos impulsivos, lo que no es propio en las piezas infantiles que se montan aquí. De igual forma, la actuación se presenta muy natural, salvo en algunas caracterizaciones, cuando estamos acostumbrados a algo con más pasión, incluso Lorca como autor dramático no escapa de la pasión que le imprime a sus personajes. Y por último, las variedades lingüísticas del español impide que los niños comprendan el texto; lo que, junto a la impaciencia y poca capacidad de atención de algunos, hace evidente la necesidad de formar al espectador de teatro desde pequeño. Con las destacadas actuaciones de Jorge Mazo y Diana Cristóbal que interpretan varios personajes, acompañados de César Novalgos y Bego Iribas que se ven naturales por la exigencia de sus roles, la sencilla puesta en escena de Javier Pena se complementa con un simple pero funcional dispositivo escenográfico y un vestuario que usa el color para cada rol. Puede que lo invisible del teatro se haga visible gracias a esta muestra.
Funciones: 4 y 5 de Octubre de 2008

Se dice mucho o se dice poco

Decir mucho: En la Sala José Ignacio Cabrujas de la Fundación Cultural Chacao se presentó la Agrupación Teatral Coordinación, proveniente del Estado Yaracuy, con el montaje de Ella imagina, basado en el texto de Juan José Millas y dirigido por Armando Holzer. Esta pieza es un monólogo donde una mujer se regodea viajando por las posibilidades que le permite su mente hasta el punto de obsesionarse con el hombre que la hizo adentrarse en su pensamiento y salta de una idea a otra en busca de él. Pese a la originalidad de muchas de las reflexiones que ella inventa durante todo el tiempo de representación, el texto es reiterativo y pesado hacia la mitad y el final, debido a que el público pierde interés en la búsqueda repetitiva del hombre que la obsesiona y porque se sabe de antemano que, por ser creación de su mente, nunca lo encontrará. La dirección va desde la simpleza de la interpretación, cuando ella cuenta sus obsesiones desde una cama, para luego proponer que cada una de las acciones que imagina se realicen de manera literal y así tratar de sustentar las reiteraciones del texto, lo que se logra hasta cierto punto gracias al creativo dispositivo escenográfico que muestra a cada ambiente producto de la imaginación, aunque podría haber más uniformidad estética y de acabado en los elementos y el vestuario que usa la actriz. Elsy Loyo como Ella posee una extraordinaria capacidad interpretativa con fuerza y manejo de intenciones, si bien debe evitar su necesidad de agradar al público para que participe durante el monólogo. Sigue siendo importante que grupos del interior puedan presentar sus propuestas en las salas caraqueñas.
Función: 21 de Septiembre de 2008
Decir poco: En la sala experimental del Celarg se presenta La fiesta del italiano Spiro Scimone con dirección de Orlando Arocha. Esta obra es una producción independiente de Diana Volpe y Tulio Cavalli, algo resaltante porque este tipo de experiencias no son frecuentes en el ambiente teatral. La pieza presenta a un hombre y una mujer que celebran 30 años de casados, aunque viven un matrimonio desgastado con conflictos banales o situaciones en lo que no se dice tiene mayor peso. Junto a ellos, vive su hijo que desprecia al padre, aunque se parece mucho a él, y trata de ayudar a la madre con los gastos del hogar. El desarrollo del argumento fluye adecuadamente, aunque el final luce abrupto. Se comprende que el momento culminante es la reunión de celebración, pero de ahí al final quedan abiertas muchas suposiciones sobre el futuro de la unión y el destino del hijo. La dirección de Arocha, encargado también de la ambientación escenográfica, crea una puesta en escena hiperrealista, muy acorde con el sentido de la pieza, en la que los desplazamientos escénicos son los necesarios para que se desarrolle la acción en un espacio con elementos y decorados marcadamente realistas (Paredes y pisos ornamentados, nevera, televisor, plancha, etc.), además de orientar el trabajo actoral hacia esta estética. Diana Volpe como La madre, Elio Pietrini como El padre y Albi de Abreu como El hijo logran tres interpretaciones ajustadas con sus personajes al darle mucha naturalidad a la actuación e intensidad cuando se hace necesario. En definitiva, una acertada propuesta independiente.
Función: 26 de Septiembre de 2008

Vacaciones con teatro infantil

Se ha hecho costumbre que durante el período de vacaciones escolares, comprendido desde mediados de julio hasta mediados de septiembre aproximadamente, se estrenen diversos montajes que intentan agradar a los niños que disfrutan de un descanso en sus estudios. Este año no ha sido la excepción, por lo que las opciones abundaron en la recientemente concluida temporada vacacional. Dentro de la variedad de propuestas, voy a comentar en esta oportunidad dos de ellas. La primera es Princesas del dramaturgo mexicano Esteban García, dirigida por Francisco Aparicio y producida por la agrupación Ensamble Teatral. El argumento es muy original cuando una niña, que gusta escuchar de las historias de su tío, aparece en un bosque encantado donde se encuentra con Blancanieves, La Bella Durmiente y Cenicienta, tres princesas desesperadas por conseguir a su príncipe azul. La dramaturgia desarrolla esta historia tratando de desmitificar la imagen que comúnmente se tiene de las protagonistas de los cuentos para niños y de sus enamorados, aunque el montaje no logra a cabalidad su cometido. Lo anterior se debe a que la historia se alarga con canciones que le quitan dinamismo a la trama y los constantes cambios de escenografía con el telón cerrado no permiten alcanzar el ritmo escénico propio para este trabajo, además que existen resoluciones estéticas como una cabeza de dragón deficientemente elaborada que resta calidad al producto. No obstante, el desplazamiento escénico está bien resuelto pese a varias entradas de personajes desde la platea que desvían el foco de atención. En la interpretación, Yennifer Da Silva como la niña Luna se muestra desenfadada, aunque debe evitar subir demasiado el tono de voz; Landys Sleiman y Sheila Beltrán como Blancanieves y Cenicienta, respectivamente, sacan provecho de sus parlamentos y José Luis Llanes como el Príncipe se vale de su condiciones físicas para lograr comicidad. La otra obra a comentar es Belinda lava lindo de María Inés Falconi con dirección de Basilio Álvarez para el grupo Skena. Este montaje destaca por la equilibrada puesta en escena de Álvarez que desplaza correctamente a los actores por todo el espacio escénico, además del espectacular sentido estético propio de este grupo. La escenografía de Franklin Salgado, Jesús Barrios y Carlos Agell decora el escenario con un gran tela hecha de retazos que armoniza con los colores de los demás elementos como tendederos de ropa y grandes pelotas que representan montones de ropa sucia, al igual que lo hace con el fantástico diseño de vestuario de Juan Carlos Padrino que juega con diversas texturas y colorido para cada personaje. El único elemento discordante es un traje de caballo, al parecer de otra obra, que rompe con la armonía. Resaltan en las actuaciones, Anaís Alvarado con buena energía y expresividad corporal como Belinda; Armando Álvarez por la magnífica caracterización en voz y cuerpo de Fina Nariz y José Miguel Dao porque saca provecho de la hilaridad de Poco Seso. Lo criticable es la historia debido a que es muy simple y parece destinada a niños muy pequeños. Son dos obras con aciertos y desaciertos, que atraparon el interés de varios padres porque son ellos quienes deciden lo que ven sus hijos.
Funciones: 9 y 10 de Agosto de 2008

Situaciones fallidas en un bar del país

El Grupo Rajatabla continúa con la Primera muestra de dramaturgia nacional en homenaje a Gilberto Pinto. Ahora presentan en su sala La Jaula Big Shop, escrita por Héctor Castro y dirigida por José Sánchez. El título alude a la historia de un prostíbulo que se encuentra en un pueblo venezolano, su dueño es un español radicado en el país y en donde trabajan varias prostitutas que viven los típicos conflictos de amor y decepción por la vida que han llevado. En este sitio coinciden un doctor, un director de teatro, un mesonero con aires de chulo, otro muy amanerado, un cubano, el comisario de la comunidad y una viuda que desea realizar el velatorio de su esposo en el lugar. De las cuatro piezas hasta ahora estrenadas para la muestra, ésta es la más débil porque desde el punto de vista dramatúrgico no resuelve los planteamientos que hace y posee una estructura muy simple. En ella, se presentan varias situaciones desligadas unas de otras, ya que nunca se comprende si la historia principal se refiere a la vidas de las prostitutas del local, la necesidad de un director frustrado que quiere llevar a escena una obra sobre la llegada de Colón a América, el acuerdo económico entre el dueño del local y un cubano estafador que supuestamente escapa de su esposa o si todo se refiere al interés del comisario del pueblo por cerrar en definitiva el lugar. Todas las tramas se diluyen sin concluir y se va pasando de una escena a otra sin justificación, ni conocimiento del significado de progresión dramática, además que el final luce inverosímil y de absoluta facilidad cuando se pretende hacer creer que un delincuente de factura internacional pueda capturarse en un bar de esta categoría. Con la falta de fortaleza del argumento, la dirección poco puede hacer para darle sentido al montaje y todo se convierte es una especie de performance o propuesta teatral improvisada. La puesta en escena trata de manera infructuosa de resolver las distintas situaciones desligadas sin lograr algo definido en cuanto al desplazamiento escénico, además que al incluir a parte del público como clientes del bar, no ubica el desarrollo de las acciones en el lugar adecuado para que todos puedan observar lo que está sucediendo a cada momento. A pesar que lo bien delineados que están los personajes que interpretan Flor Colmenares, Yuhary Castro, Elvis Chaveinte, Ignacio Marchena y Vicente Peña, dentro de un elenco de quince personas, éstos no pueden esconder las debilidades del texto y muchos de los otros se dedican a improvisar reforzando el carácter performático que asume la dirección. Solo resalta la ambientación de la sala, diseñada por el mismo director, para reflejar al bar desde la entrada hasta el espacio escénico, apoyada por los sugerentes telones hechos por Freddy Buitriago. De igual forma, destaca la musicalización de Eduardo Bolívar porque emplea varias referencias propias del espíritu de los locales nocturnos de esta índole, además del acertado diseño de vestuario de Rufino Dorta que permite diferenciar a cada personaje en su tipología. Es preciso que Rajatabla, como agrupación de renombre, escoja con mayor responsabilidad la piezas que desea montar en beneficio de los espectadores que asisten a sus obras.
Función: 11 de Septiembre de 2008

Felices por pocos días

Hace algunas semanas concluyó la temporada de Los días felices de Samuel Beckett, llevada a escena por LKS Producciones y dirigida por Humberto Ortiz. Presentada en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, la obra continúa con la labor de apertura que este lugar le ha dado a propuestas distintas de aquellas que se presentan en su sala principal, con textos más profundos y actores desligados de la televisión. En el primer acto de esta pieza, una mujer llamada Winnie se encuentra inmovilizada en la parte inferior de su cuerpo y desarrolla todo un palabrerío que recae sobre su esposo Willy, a quien le reclama constantemente mientras manipula sistemáticamente varios objetos con el fin de llenar su vacío y buscar la felicidad. Para el segundo acto, solo se observa que la cabeza Winnie está libre, Willy se muestra menos sumiso del yugo de su esposa y desea liberarse completamente pero aun no puede, mientras ella continúa en su afán de ser feliz. La dirección de Ortiz, como muy bien aclara en el programa de mano, buscó decodificar el texto y las acotaciones con que el autor va delineando a los personajes. Esto lo logra de manera excepcional porque la interpretación de Haydée Faverola como Winnie permite presenciar como se construye un personaje a partir de lo que dice, cómo divide las intenciones en cada una de las frases que expresa para comprender lo que el autor contiene en lo que escribió. Debajo de la felicidad que Winnie pregona, se encuentra una profunda decepción por la vida que ha llevado y que trata de esconder detrás de las acciones que realiza. Por eso, cuando ya no puede moverse, trata de justificarse pero no convence y la voz, matiz e intensidad de la actuación de Faverola son muy pertinentes. El trabajo actoral para Willy es más complicado porque a través de interjecciones, gestos y algunos textos sueltos que reflejan las incomunicación entre los esposos es que se compone el personaje, no obstante Marco Villarubia asume este reto y lo desempeña admirablemente. Es preciso destacar que el montaje alcanza armonía estética debido al diseño de escenografía, vestuario e iluminación de Fernando Calzadilla que le da una acertada ambientación contemporánea a la obra en la que destaca el uso de figuras geométricas para el dispositivo escénico con un trapecio para el gran mesón que inmoviliza a Winnie y un gran triángulo decorado con varillas sonoras que esconden y encierran a Willy. Por otro lado, es importante que se acondicione mejor esta sala, debido a que los espectadores que se sientan después de la tercera fila no pueden apreciar cabalmente lo que sucede en primer plano, como sucedió con los movimientos de Willy en el primer acto. Se entiende el carácter experimental y multifuncional, como se ha visto en otras oportunidades cuando ubican al público rodeando el espacio escénico, sin embargo el uso de una pequeña gradería o una distribución que no obstaculice la visión beneficia a los espectadores que cancelan el mismo precio de la entrada, así se sienten de primeros o de últimos. A lo largo del año, Beckett ha interesado a varios grupos de teatro del país, lo que hace pensar que su teatro todavía tiene vigencia y que sus planteamientos sigue diciendo cosas al público en la actualidad.
Función: 22 de Agosto de 2008

Un festival para tres dramaturgas (y III)

La quinta edición del Festival Teatral de Autor concluyó con dos semanas más de representaciones de obras escritas por tres dramaturgas latinoamericanas. Este festival tiene carácter competitivo, así que con la votación de los miembros de las agrupaciones participantes, de la crítica y del público se seleccionaron ganadores en diversas categorías. La categorías de mayor importancia se decidieron con los votos de los integrantes de los grupos para comprobar que lo mejor se dejó para el final, debido a que el montaje de Para llevarle a Rosita de Griselda Gambaro realizado por Cacatúas cooperativa teatral de Argentina, que se presentó el último día, fue reconocido como mejor producción, dirección, vestuario y actuación femenina para las tres actrices del mismo. Esto demuestra que la experiencia se impone por encima del teatro aficionado y que los colectivos de jóvenes atraídos por las artes escénicas deben formarse con rigurosidad y tener mayor grado de compromiso a la hora de interesarse en esta difícil área. En concordancia con esta premiación, el premio de la crítica (en el que participé por ver algunas de las propuestas realizadas) recayó también en este montaje y se entregó una mención especial a Galatsia de México que montó El rastro de Elena Garro. Esta obra sorprendió por lo contundente de la puesta en escena, que despojada de cualquier elemento escenográfico, se centró en la esencia de los personajes y su interpretación, logrando capturar el espíritu de la pieza y de la autora. Como mejor grupo nacional se seleccionó a Horus Teatro de Caracas, que asumió el reto de presentar La malasangre de Gambaro, pieza complicada que consiguieron ejecutar cabalmente, a pesar de algunos detalles. Asimismo, hubo una mención para Mampara Teatro de Maracaibo con El inevitable destino de la Rosa de la noche de Mariela Romero, quienes le dieron un toque regionalista a la obra que fue reconocida en votos con el mejor actor, actor de reparto, escenografía y música. Por otro lado, es necesario destacar a Teatro el Globo de México que trajo una lectura diferente de El árbol de Garro (otra agrupación también había la presentado esta pieza), con dos actuaciones que delinearon bien a los personajes, aunque debieron dar mayor uniformidad estética al dispositivo escenográfico y controlar mejor la sutileza con que la iluminación va desapareciendo para crear una atmósfera sombría sin sacrificar los rostros de las actrices. Como comentario general, es importante que muchos de los participantes dejen de ser considerados “grupos de festival” y empiecen a presentarse en otras salas en las que puedan cotejar su trabajo con otro público, además de alcanzar un mejor nivel que les permita estar a la par de los que fueron reconocidos como mejores en el festival. Con esto ganarán la experiencia que requieren si en realidad desean continuar en el entorno teatral. Este festival, organizado por Pathmon producciones con dirección general de Maigualida Gamero, promete regresar el año que viene con la temática de nueva dramaturgia iberoamericana, por lo que se aceptará la participación de grupos que lleven a escena obras de ocho autores de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, España, México, Perú y Venezuela.
Funciones: 23, 24, 27, 29 y 30 de Agosto de 2008

Un festival para tres dramaturgas (II)

Prosigue la quinta edición del Festea - Festival Teatral de Autor - en el Teatro San Martín de Caracas. En su segunda semana, varias agrupaciones venezolanas continuaron en su labor de llevar a escena piezas de tres dramaturgas latinoamericanas: Elena Garro, Griselda Gambaro y Mariela Romero. El grupo Centro Escénico realizó un espectáculo denominado Elucubraciones femeninas en mentes masculinas que incluía una pieza de cada una de las autoras con dirección de Nino Villezuá. La primera Viaje a Bahía blanca de Gambaro se mostró muy atinada en todos los aspectos, logrando su propósito de crítica a la burguesía gracias a la extraordinaria interpretación de Dayana López como una mujer de clase alta que desea contar una historia banal, pero no puede porque se ve constantemente rodeada de moscas que la perturban en su relato. Como segunda pieza, una parte de El juego de Romero fue actuada por hombres asumiendo los personajes originalmente femeninos del texto, aunque ésta se observó muy floja, sin compenetración actoral y sin el ritmo apropiado. Por último, una versión de El rastro de Garro capturó la atmósfera propia de esta autora, sin embargo el desempeño de Rafael Callejas como Adrián Barajas, hombre caracterizado por el machismo, requería de mayor fuerza. En definitiva, una propuesta arriesgada que abarcó mucho con algunos altibajos. Sobretablas de Venezuela presentó El inevitable destino de la rosa de la noche de Romero, dirigida por Jennifer Morales. En este montaje, los dos personajes concebidos como indigentes se convierten en rockeros adoradores de Satán, que aceptan dentro de su relación de solidaridad a Rosa, una prostituta que trata de cambiarles la vida sin éxito. Una puesta en escena precisa se enturbia con la constante proyección de imágenes diabólicas y un actor representando las imagen de Satán, debido a que recargan la idea. David Fernández y José Alberto Blanco alcanzan buenos momentos, si bien deben matizar mejor lo que dicen, al contrario de Paola Baroferre que le da mayor propiedad a Rosa, perdiéndola casi al final. Todo funcionaría mejor si disminuyen el evidente sentido homoerótico que le dieron a la obra, la cantidad de proyecciones y eliminan una desacertada españolización del ritual de posesión de uno de los personajes. Con buena energía y disposición, Epidauro Teatro inició sus actividades al montar Los siameses de Gambaro. En ésta, dos hermanos mantienen una relación de dominación – sumisión que los hace depender uno del otro hasta el punto que podrían considerarse siameses en un sentido metafórico. Jennifer Morales matiza bien en su caracterización, a pesar de que debe cuidar la dicción y evitar la improvisación. Alexander Ramos puede tener mayor veracidad sin alzar su tono de voz. La presencia de un personaje como la justicia, acompañado de otros justicieros, requieren de mayor firmeza corporal sin amanerar la forma de hablar. La dirección de Gleison Medina pretende reflejar con una estética expresionista la conexión de los personajes pero se queda en lo decorativo tanto en la escenografía, el vestuario y el maquillaje, lo que se muestra totalmente desligado del texto. Es el comienzo de una agrupación, como otras consiguen espacio en este festival.
Funciones: 15, 16 y 17 de Agosto de 2008

Un festival para tres dramaturgas (I)

La quinta edición del Festival Teatral de Autor (FESTEA) se ha venido desarrollando en el Teatro San Martín de Caracas como sede principal. En esta ocasión, la dramaturgia femenina latinoamericana es la homenajeada con tres figuras representativas: la mexicana Elena Garro, la argentina Griselda Gambaro y la venezolana Mariela Romero. Pathmon producciones, organizador del festival, inauguró la muestra con Decir sí de Gambaro, dirigida por Carlos del Castillo y producida por Maigualida Gamero, directora general de este evento. Un atmósfera de extrañeza y perturbación se observó en la representación, lo que se reforzó con la música que acompañó toda la acción hasta casi el final, presentó una puesta en escena limpia y precisa, además del acertado diseño de iluminación que se concentra en todos los objetos presentes en el escenario. En la trama, un peluquero, interpretado excepcionalmente por Frank Silva, manipula con gestos mínimos y lenguaje fragmentado a un cliente hasta asesinarlo. Aunque este personaje lució más impreciso y desdibujado en la actuación de Max Coloma, se logró el ambiente opresivo propio de esta autora. Desde México, Baalit producciones presentó un montaje de El árbol de Garro. En él, una mujer pobre huye de su marido y llega a la casa de otra de clase alta, sucediendo un juego de dominación entre ellas hasta que una decide asesinar a la otra. La dirección de Gabriela Chapa crea una puesta en escena desigual con algunas propuestas acertadas, como reflejar la sumisión al sentar un personaje en el piso, pero sin materializar nada. La acción se desarrolló con un ritmo escénico lento, contrario al requerido, asimismo que las interpretaciones de Iris Gómez y Wendy Chapa no favorecen totalmente, la primera se muestra rígida y la segunda matiza muy uniformemente, aunque muestra mayor empeño al actuar. Las propuestas de iluminación y música no concuerdan con lo que quieren lograr, no obstante el grupo está consciente de que poco a poco van entendiendo el sentido de todas las ideas que maneja la autora. Kabré teatro concluyó la primera semana del festival con una versión de El juego de Romero, realizada y dirigida por Wilfredo Tortosa. El argumento original posee dos personajes llamados Ana, que en esta versión son asumidos por dos hombres y dos mujeres, haciendo que se diluya más su constante intercambio de roles. Estos personajes realizan acciones lúdicas de tortura, que en este montaje se desenvuelven con un ritmo escénico trepidante y una cuidada puesta en escena que desplaza con minuciosidad a los actores. Las actuaciones de Zammy Giménez y Carlos Ortega alcanzan mayor intensidad y manejan mejor las intenciones que Nadeska Armao y Karlina Fernández, entretanto ellas van acoplándose a la energía de ellos. Los cuatro se integran cabalmente cuando están en escena al mismo tiempo, sin embargo deben cuidar la dicción y precisión en el uso de los objetos en los momentos más intensos. La imagen de la madre, desarrollada por Eliseo Pereira, funciona salvo cuando ingresa al público. El vestuario y ambientación en estilo japonés es interesante porque reinterpreta la pieza, aunque en el segundo acto no se relacione totalmente. Este festival apenas comienza.
Funciones: 7, 8 y 9 de Agosto de 2008

Inclinación femenina y Fidelidad masculina

Inclinación: En el Centro Cultural Escena 8 de Las Mercedes se ha venido presentando La culpa es de mi bautizo, escrita y dirigida por Sandra I. Corrales. La pieza desarrolla la historia de cuatro mujeres que se reúnen para un cumpleaños, que se convierte en el momento adecuado para revelar de la relación amorosa entre dos de ellas, hermana y amiga de la anfitriona, ocasionando una serie de enredos. Corrales como directora crea una puesta en escena equilibrada para su texto, con dinamismo en el desplazamiento y ubicando a los personajes en sitios de relevancia cuando es necesario acentuar algo. Como dramaturga estructura la obra en dos cuadros con presentación del conflicto en el primero y resolución en el segundo, maneja adecuadamente el desarrollo de los diálogos, aunque el final no convence totalmente porque parece abrupto al no plantear una solución definitiva entre las hermanas y apela al público para que decida si el nombre determina o no a las personas durante su vida. Marian Valero como María de las Angustias demuestra la contrariedad de quien se asume con gustos hacia su mismo sexo, no obstante el momento en que verdaderamente se revela y llora luce muy externo en la interpretación, más allá de exhibir el llanto. Yulika Krausz como Esmeralda, amiga y hermana traicionada, se conduce apropiadamente dentro las situaciones pero podría darle mayor intensidad a sus textos. Adriana Romero es Lesbia, quien enamora a María y se enorgullece frente a su hermana, construye físicamente a su personaje pero se queda a medio camino en sus intenciones. Verónica Arellano compone de manera relevante a Alexandra, amiga de las otras tres, cómplice, divertida y complicada en su relaciones amorosas que se gana el aprecio del público. Este montaje es significativo por el hecho de tratar el tema de la homosexualidad femenina dentro de la dramaturgia venezolana.
Función: 1 de Agosto de 2008
Fidelidad: Talento femenino presenta ¿Monogamia? del chileno Marco Antonio de la Parra con dirección de Javier Vidal en el Teatro Trasnocho. Esta pieza es un drama con visos de comedia en el que dos hermanos se reúnen porque el menor de ellos, que siempre se ha considerado monógamo, necesita del consejo del otro, debido a que está enamorado de una mujer joven y decide dejar a su esposa. La obra de este autor reflexiona sobre la fidelidad en la sociedad occidental y pone en escena muchas verdades de las relaciones amorosas al crear un diálogo que fluye con facilidad, centra el conflicto principal en las desavenencias entre estos hermanos para dejar al público la decisión final sobre el sentido de la monogamia en sus vidas. Vidal crea una puesta en escena en su mayoría estática al sentar constantemente a los personajes para enfocarse en la discusiones que se suceden, de tal forma que no haya desperdicio en los movimientos, salvo en algunos momentos en que ambos hermanos se impacientan. Además, interpreta a Felipe, el hermano mayor, ofreciendo una actuación cónsona con lo desenfadado, irónico y liberal que se muestra el personaje. Antonio Delli representa con convicción lo intranquilo y comedido que es Juan, el hermano menor, aquel que decide finalmente vivir a pesar de los problemas, algo que todos deberíamos hacer sin reservas.
Función: 10 de Agosto de 2008

¿Qué hará temblar al país?

La primera parte de la trilogía “Revoluciones por minuto” de Ricardo Nortier: Parece que va a temblar se ha venido presentando en la Sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas con dirección de Orlando Arocha. Desde el punto de vista dramatúrgico, esta es una pieza dividida en dos partes. Al principio cinco personajes, miembros de una familia disfuncional, revelan sus diferencias en un soliloquio. La Abuela desea que su hijo se divorcie y la acompañe hasta su muerte, La Hija los desprecia a todos y critica los modelos impuestos por la sociedad debido a que sufre de sobrepeso, La Madre quiere divorciarse y se queja puesto que nadie comprende la depresión por su despido de una importante empresa petrolera, El Hijo se consume en las drogas y es detractor del capitalismo, El Padre solo se interesa por pescar y disfrutar de una cerveza cada vez que pueda. Luego todos los personajes interactúan como si fuera un típico domingo familiar en el que se reúnen a almorzar, aunque en realidad no pueden escapar de sus desavenencias y sus diálogos se hacen repetitivos. Esta forma de estructurar el texto teatral se muestra efectiva porque luego de planteamiento inicial de cada uno (donde el contexto familiar se vincula con el contexto exterior, a saber, el país), todo conduce a la interrelación grupal que profundiza en las situaciones conflictivas. Los personajes no poseen nombres propios sino generalizaciones, por lo tanto son un reflejo de las abuelas, padres, madres, hijos e hijas que tienen problemas parecidos y que conforman a la sociedad venezolana, incluso se podría decir latinoamericana. Arocha concibe el concepto escenográfico y de vestuario para concordar estéticamente las características de los personajes con la ropa que usan y los ubica en una habitación de paredes de cartón, imagen de una clase media venida a menos. Además, crea una puesta en escena sencilla que se concentra primero en aquello que se dice. Un personaje se dirige el público mientras los demás personajes escuchan y reaccionan pero no intervienen, están forzados a tolerar lo que se diga de ellos. En la segunda parte, el desplazamiento es constante para demostrar cómo se interrelacionan, lo que le da mayor dinamismo a la acción y alcanza el clímax necesario para que el público comprenda que no pueden huir de las circunstancias en que están inmersos; al igual que cualquier ciudadano por más que no quiera comprometerse con cualquier suceso del país, se ve afectado por éste. El trabajo actoral tiene tres pilares fundamentales con Antonieta Colón como La Abuela, Eulalia Siso como La Madre y Alberto Alifa como el Padre, ya que componen con certeza a sus personajes y manejan los propósitos del texto en su interpretación. En cambio, Gabriel Agüero como El Hijo y Arianna Savio como La Hija se muestran eficaces en la tipología de sus roles, aunque la manera en que matizan lo que dicen mantiene una misma formula al subir y bajar de intensidad en ciertos momentos sin descomponer totalmente las intenciones del personaje. Con la acertada coordinación de producción de Luisa Fernanda Mattía, el Teatro del Contrajuego nos demuestra que las familias son pilares de una sociedad a punto de temblar por la creciente conflictividad cotidiana.
Función: 2 de Agosto de 2008

Una obra que no embauca al público

En la sala experimental del Celarg, la agrupación Escena de Caracas presentó El alquimista, comedia original de Ben Jonson y escenificada a partir de una versión de Isaac Chocrón. Una historia donde el engaño, el robo y el aprovechamiento del otro es el punto de partida como muchas veces sucede en la vida diaria del venezolano cuando brujos, astrólogos, predicadores, mendigos y políticos mienten para alcanzar sus propósitos. El beneficio económico es la meta de Careta y Sutil, dos embaucadores que ofrecen curaciones, resolución de problemas, suerte y riqueza a su clientela. Acompañados de Muñecona, un mujer de poca clase, estafan a diversos personajes hasta que tratan de desenmascararlos. La dirección es de Juan José Martín, quien logra un sobresaliente montaje al darle mayor relevancia a la interpretación, en vez de una costosa escenografía, por ejemplo. Esto tiene su mérito, ya que el trabajo actoral sigue siendo la esencia del teatro por encima de la espectacularidad. Con una puesta en escena sencilla, Martín va desarrollando la trama en un creciente juego de entrada y salida de personajes, el uso de diversos atuendos por parte del trío de estafadores, de hilarantes rituales de engaño hasta el final en que los personajes convulsionan frente al espectador y todo termina con la acertada lectura de una carta escrita por una creyente de pseudociencias y un epílogo que busca la complicidad con el público. Delbis Cardona como Sutil y Rafael Gil como Careta demuestran su experiencia en la composición de los personajes con claro manejo de intenciones y de la corporalidad, en especial el primero que lleva el peso de la pieza y consigue gratos momentos. Por otro lado, no dudo de las habilidades de Nadeschda Makagonov, sin embargo asume a Muñecona con una caracterización vocal que impide comprender cabalmente lo que dice, más allá de su conveniente desempeño corporal. Juan Carlos Azuaje y Neirón Medina manejan con propiedad la expresividad corporal y vocal en sus dos roles. Betsabé Correa se convierte en una revelación por la ingeniosa manera en que construye a la monja Ananías. José Francisco Silva diferencia los dos personajes que interpreta pero luce un poco sobreactuado frente a la veracidad de sus compañeros, contrario a Luis Ernesto Domínguez que delinea a su personaje Kastril y Dalia Castellanos como la Dama Dócil que quedan en fuerza por debajo de los demás. El diseño de vestuario de Raquel Ríos luce acorde con el sentido de venezolanidad que se le da a la pieza, resaltando los extravagantes trajes que Sutil usa para estafar. También la intervención escenográfica de Oscar Salomón adquiere este valor al crear un altar movible que incluye una variedad de íconos religiosos junto a la original mezcla de tratamientos y pócimas. La propuesta de iluminación de Darío Perdomo aprovecha al máximo el limitado equipamiento de la sala para crear diversas atmósferas y se vale también de una hilera de luces a nivel del piso (a manera de candilejas) que le permiten experimentar más, especialmente al acercarse al final, como la aparición en actitud de posesión de Ananías. Con la producción artística de Cocó Seijas, este montaje no embauca al público que desea disfrutar de buen teatro.
Función: 26 de Julio de 2008

Temáticas del pasado y presente

Del pasado: Una de las veinticuatro coproducciones que realizará la Compañía Nacional de Teatro se estrenó en el Teatro San Martín de Caracas. Junto al Teatro de Repertorio Latinoamericano (Teatrela) produjeron Barranca abajo de Florencio Sánchez, con una acertada adaptación dramatúrgica de Elio Palencia. La pieza posee una estructura tradicional de tres actos para desarrollar la historia de una familia campesina que debe abandonar las tierras que poseían debido a los intereses latifundistas de aquellos que ostentan mayor poder económico. La dirección de Costa Palamides aprovecha las habilidades interpretativas del elenco para crear una puesta en escena realista apoyada en el apropiado diseño de vestuario de Lina Olmos que refleja el estilo del llano venezolano y la propuesta escenográfica de Rafael Sequera con elementos decorativos y utilitarios de los habitantes llaneros que complementan la atmósfera del montaje. En la labor actoral, Germán Mendieta como Don Zoilo, el hombre del llano traicionado, logra un emotivo y eficaz trabajo, acompañado de la pertinencia de Virginia Urdaneta, Mariela Reyes y José Gregorio Martínez, el cabal manejo de intenciones de Norma Monasterios y Nirma Prieto, además de la destacadas interpretaciones de William Escalante y Emily Mena que conmueven al público. No puedo dejar de nombrar el siempre el impecable trabajo de producción de Coco Seijas y Juan Carlos Azuaje. No obstante, quizás el texto se siente envejecido, es una pieza de un momento de la memoria campesina latinoamericana, una indagación histórica más que algo de interés en la actualidad.
Función: 12 de Julio de 2008
Del presente: El grupo Rajatabla presentó Cont@cto de Carmen García Vilar, continuando con su Primera Muestra de Dramaturgia Nacional. El montaje incluye dos piezas que tratan sobre la incomunicación entre los seres humanos. Serenísimo Chacaito es un diálogo entre un taxista que lidia con los problemas del tráfico y un vendedor de soluciones tecnológicas que ofrece acercarse al mundo a través de cámaras, aunque siempre prevalecerán los intereses de cada uno. Gerardo Luongo como el taxista brinda un apropiado tono realista a la interpretación, en cambio Jean Carlos Rodríguez como el vendedor ofrece una actuación muy externa. En Auxilio, cuatro mujeres quedan atrapadas en un ascensor inteligente. El encierro termina por hacer que ellas revelen sus problemas con los hombres, convirtiendo al ascensor en el símbolo del hombre como represor de la mujer. Loly Sánchez, Dora Farías, Yuhary Castro y Tatiana Mabo se muestran al principio desconectadas con el conflicto que las ocupa, pero se van vinculando con él para alcanzar un intenso final. La dirección, a cargo de Rufino Dorta, presenta las dos piezas al mismo tiempo, en paralelo, logrando interrelacionar su desarrollo hasta llegar al punto culminante de la representación. Esta interesante propuesta conecta la premisa de incomunicación de las piezas y le da mayor fuerza a la primera que luce en su desarrollo más simple que la segunda. Además, Dorta diseñó el vestuario y la escenografía que armonizan estéticamente en color negro y plata, resaltando esta última por su manejo del espacio. En definitiva, una visión de las relaciones en tiempos de comunicación global.
Función: 19 de Julio de 2008

Lejanos y cercanos a la guerra

Con Cuentos de guerra para dormir en paz, original de Karin Valecillos, el grupo Tumbarrancho teatro irrumpe en la escena ofreciendo un emotivo espectáculo que se presenta en los Espacios cálidos del Ateneo de Caracas. La propuesta dramatúrgica incluye cuatro obras cortas que tienen como premisa central las consecuencias de la guerra y acercarse a ella desde la mirada de sus víctimas. En la primera pieza llamada Grita Kassandra, dos mujeres de Yugoslavia se reúnen durante la guerra para contarse los capítulos de una telenovela venezolana, aunque el destino es lo que las une. Soraya Acosta y Patrizia Fusco logran conectar al público con el drama de estos personajes, debido a que transmiten el miedo, la incomprensión, el escape que les permite la ilusión de un programa televisivo y, especialmente, el desconsuelo que acarrea la guerra. Un chiste de Las Malvinas refleja las repercusiones de la guerra en la vida de sus veteranos. Julián y Martín, interpretados cabalmente por Giovanny García y Rober Calzadilla, respectivamente, ven como sus amigos y compañeros de batalla se han ido suicidando poco a poco, mientras la sociedad nunca les agradecerá haber luchado en una guerra sin sentido. El empleo del acento argentino y de un necesario realismo en la interpretación hace que alcancen el cometido de la pieza. La comedia se hace presente en El medio oriente es de Carúpano para allá, donde Modesta y Guaché creen que la Guerra del Golfo sucede en su pedazo del oriente venezolano. Así, en medio de la confusión, se puede comprender que por muy alejado que se esté del conflicto bélico, afecta de la misma manera. La hilaridad de las situaciones se consigue gracias a que Indira Jiménez y Jesús Carreño se valen de la manera de hablar propia de esa región del país y una bien manejada expresividad corporal. Por último, Madrake Copperfield, hijo de Houdini trata el tema de los desplazados colombianos que buscan mejores condiciones de vida en Venezuela, si bien no pueden olvidar su origen y sienten que los conflictos originados por la guerrilla no les ha permitido vivir como ellos desean. A través de la magia, Mandrake desea que su esposa Narda pueda evadir la depresiva realidad, pero siempre será un sueño. Giovanny García e Indira Jiménez dan vida con propiedad a estos personajes y hacen que el final de todo el espectáculo sea conmovedor. Acompaña a las cuatro piezas El brillo, un video proyectado a mitad del espectáculo, en el que dos seres humanos parecen dedicarse a recoger cadáveres en un lugar destruido, sin embargo su ritmo lento y falta de una historia sólida rompe con la propuesta . La atinada dirección de Jesús Carreño se concentra en el trabajo actoral y en los desplazamientos escénicos necesarios para resolver cada una de las circunstancias de las cuatro piezas. La música original de Abiram Brizuela crea diversas atmósferas, principalmente cuando acompaña a los actores en el decir del texto, además que - al ser ejecutada en vivo - se adapta al ritmo escénico en cada representación. Una sencilla producción, a cargo de Patrizia Fusco, presenta un montaje con pocos elementos escenográficos y un vestuario de carácter realista que se muestra acorde con los planteamientos de dirección.
Función: 13 de Julio de 2008

Codificando y decodificando la realidad venezolana

El Taller Experimental de Teatro ha venido presentando en su sede del Teatro Luis Peraza de los Chaguaramos, una reinterpretación de Marat – Sade, la famosa pieza escrita por Peter Weiss. Con versión y dirección de Juan Cordido, la representación hecha por los internos de un sanatorio de la muerte del revolucionario Jean Paul Marat y dirigidos por el Marqués de Sade es un acercamiento a la locura desde la contemporaneidad. La versión decodifica el texto original para solo mantener su premisa de que toda revolución posee una contrarrevolución, cada una con sus pro y contra, haciendo que cada ciudadano fije una posición y se identifique con alguna de ellas. Luego esto se codifica de nuevo para proyectar el suceso de Marat en la realidad actual del país en la que la palabra revolución posee diferentes connotaciones para cualquiera que la oiga o emplee. El montaje es el reflejo de una sociedad al borde de la locura, los actores se desplazan sobre un piso blanco de papel que transmite tranquilidad pero que es imposible de mantener impoluto, se mancha, se rompe, se convierte en otro lugar invadido de infantiles muñequitas hasta que se acaba con él, el papel se arranca violentamente; quizás las bases de la organización social ya no soportan el peso de lo que tienen encima. Coulmier, el director del sanatorio, advierte que la representación es hecha por internos, de esta forma el teatro les ofrecerá un poco de cultura, es decir ¿que es necesario ofrecer actividades artísticas para mantener satisfechos a los locos del país? (en este caso, los ciudadanos del país). Charlotte Corday, la asesina de Marat, es una figura con la cara cubierta con una máscara de gas, ¿acaso aquel que se oponga al líder revolucionario debe recibir bombas lacrimógenas y protegerse para poder acercarse? Sade se enfrenta al público que exige que se le satisfagan sus necesidades más ilógicas, es decir ¿el Estado debe complacer los deseos más mundanos de los ciudadanos sin nunca dejar atrás el paternalismo? La puesta en escena se desarrolla entre el dinamismo que invade todo el espacio cuando los actores no dejan de moverse mientras suceden acciones en primer plano hasta el estatismo cuando aparecen videos o ellos se ubican a ambos lados del escenario. Este último es cubierto solo por el piso blanco, al principio de papel y debajo de esté pintando del igual color, una acertada propuesta porque dependiendo de la iluminación, que en ocasiones se concentra en diferentes lugares y en otras juega con sombras, parece cada vez un ambiente diferente, así como sucede con la ubicación de los actores o uso de elementos como tiza y las muñequitas. El trabajo actoral está equilibrado al mantener siempre la conexión visual y energética entre los intérpretes, resaltando la labor corporal de Aurelena Pisani, la propiedad en el decir del texto de Carlos Sánchez Torrealba o la variedad intencional de Jesús Sosa, secundados por Guillermo Díaz Yuma, Ludwig Pineda, Ángel Ordaz, Dixon Dacosta y Alma Blanco. El uso de la técnica del distanciamiento brechtiano con videos o maneras de decir el texto pretenden una postura crítica del público hasta el maravilloso final especular en que todo se rehace de atrás hacia adelante y viceversa.
Función: 4 de Julio de 2008

Desmitificando la historia

La agrupación Teatro del Laberinto presentó una original obra de teatro llamada Bolívar vs. San Martín: la revancha en la Sala José Ignacio Cabrujas de la Fundación Cultural Chacao, ubicada en Los Palos Grandes. La pieza, escrita y dirigida por Ignacio Márquez, toma como punto de partida las vidas de Simón Bolívar y José de San Martín para crear todo un relato en torno al mundo del boxeo. El enfrentamiento final, considerado como revancha, entre Simón “El libertador” Bolívar y José “El libertador” San Martín va a ocurrir en el Barrio el olvido, mientras sus vidas y hazañas deportivas son narradas como presentación previa por Infundio Vargas y Divino Moreno, dos cronistas, que van recreando los diferentes momentos históricos conocidos en el más puro estilo boxístico. De esta forma, aparecen varios personajes representativos de la vida de cada uno convertidos en entrenadores, promotores o compañeros de boxeo, al igual que el Reino de España se convierte en el Cartel Español o la campaña admirable se transforma en una serie de peleas que Bolívar ganó con habilidad. La originalidad reside en la adecuación hecha de la historia para convertirla en una fascinante fábula boxística, ocasionando gratos momentos de hilaridad y desenfado, tanto en la dramaturgia como en la interpretación. El relato avanza progresivamente de acuerdo a la cronología de la vida de ambos personajes, sin embargo se queda en la narración para dejar de lado la acción teatral que tiene su base en el diálogo, así que el accionar solo se logra con la puesta en escena. Esta última se constituye en el eje del montaje al valerse de un cuadrilátero marcado en el piso de la sala con cuatro recipientes de metal en cada esquina y dos bancos. La trama comienza con los dos cronistas narrando desde el centro del escenario para desplazarse a cada una de las esquinas y luego bordear el cuadrilátero, así, sucesivamente ocurre el movimiento escénico que logra interesar e integrar al público dentro de la historia porque mantiene el ritmo de la interpretación y permite seguir la acción desde varios ángulos debido a que el público se ubica rodeando los cuatro lados del espacio. Nacho Marx (seudónimo de Ignacio Márquez) y Arnaldo Mendoza son los actores encargados de representar hasta cinco personajes cada uno. Ambos diferencian cabalmente cada uno de ellos, tanto vocal como corporalmente, utilizando al máximo los diferentes elementos del vestuario deportivo que llevan. De Marx o Márquez resalta la energía que ofrece con Infundio Vargas, la pose reiterativa con que identifica a Bolívar, la exaltación de un excéntrico Simón Rodríguez y el habla coloquial de Sucre. Mendoza sobresale en la caracterización vocal de Divino Moreno, la vanidad que le infunde a San Martín y la afectación con que compone a María de los Remedios de Escalada, esposa devota de San martín. En definitiva, una interesante propuesta. Por otro lado, es conveniente destacar la importancia que ha cobrado esta sala porque ha servido, y seguirá haciéndolo, de espacio para el teatro, las lecturas dramatizadas, la danza, conferencias, charlas y talleres de formación; lo que demuestra el interés de la Fundación Cultural Chacao de ofrecer varias opciones culturales a los caraqueños.
Función: 28 de Junio de 2008

Es necesaria la amistad para cruzar la vida

El Grupo actoral 80 con el apoyo del CELCIT presentan el montaje El cruce sobre el Niágara del dramaturgo peruano Alonso Alegría. Nuevamente, esta agrupación da oportunidad a nuevos talentos en el área de las artes escénicas como lo hizo en Final de Partida, en la que varios jóvenes aceptaron el reto de interpretar esta reconocida pieza. Algunos de ellos son los creadores de este emocionante espectáculo como diseñadores y realizadores de la escenografía y vestuario, asistentes y hasta asumiendo la dirección. Aunque el compromiso mayor es de Melissa Wolf como directora de la obra, junto a su propuesta del espacio escénico. En esta pieza nos encontramos frente a la representación de varios momentos en la vida de Blondin, un equilibrista francés famoso por haber cruzado la cataratas del Niágara en distintas oportunidades, en cada una de las cuales inventó una nueva manera de hacerlo, como preparar un omelette en medio del trayecto. El argumento creado por Alegría nos presenta un Blondin solitario, a pesar de su fama, que es visitado por Carlo, un joven que critica lo comercial y repetitivo de su proeza, si bien realmente lo admira. Poco a poco se convierten en amigos cuando Carlo convence a Blondin para que cruce de nuevo con él en sus hombros. La estructura teatral se maneja correctamente, al desarrollar en seis escenas toda la historia, con planteamiento del conflicto en las dos primeras, desarrollo en las tres siguientes, clímax y resolución en la final. De esta manera, la premisa planteada se hace evidente cuando la solidaridad, la confianza, el saber que se puede poner la vida en las manos de alguien logra constituir una sólida amistad. La puesta en escena de Wolf invade todo el espacio y se vale del dispositivo escenográfico integrado por una puerta, un escaparate, en el centro una cama con mesita y silla a su lado, detrás un gran ventanal, rodeados de varios paneles blancos que a manera de paredes resaltan la sugestiva iluminación. En las primeras dos escenas los actores se desplazan constantemente en virtud del planteamiento señalado, usando todos los elementos de la escenografía, haciendo piruetas, subiéndose a los objetos o metiéndose en ellos, como es el caso del escaparate. En las siguientes escenas las acciones constantes buscan un sentido más preciso para el desarrollo de la trama, como es que Carlo logre convencer a Blondin que se puede cruzar con alguien en sus hombros. Luego todos los objetos desaparecen y quedan los paneles. De esta forma, sobre un gran columpio en constante balanceo se hace evidente que deben decidir si cruzan o no; hasta la escena final donde uno encima del otro, caminan frente al público, cruzando el Niágara. La puesta en escena va desde el desequilibrio hasta la precisión como se desarrolla la trama de la pieza, además que la selección musical deleita con las diferentes versiones de Stairway to heaven. Daniel Rodríguez demuestra nuevamente su talento al crear cabalmente un excéntrico Blondin que usa su habilidad corporal para moverse sin descanso y emplea una variedad de gestos faciales y corporales que cargan de hilaridad al personaje. Jesús Cova ofrece una interpretación suelta y pertinente como Carlo. El montaje, que logró superar a algunos problemas técnicos en la función que presencié, se venía presentado en la Sala Horacio Peterson con notable éxito, ahora se disfrutará en la Sala del Conciertos del Ateneo de Caracas.
Función: 22 de Junio de 2008

Lo que se considere marginal es lo más importante

En la Sala Texto Teatro del Teatro San Martín de Caracas ha venido presentándose El contrabajo, monólogo escrito por Patrick Süskind y llevado a escena por la agrupación Amarcorteatro. Bajo la dirección de María Teresa Haiek y la producción de Luis Mancera, se presenta un sencillo pero contundente espectáculo que conecta al público con las emociones de un músico encerrado física y mentalmente en su mundo. Este músico se encuentra en una habitación que ha insonorizado para aislarse de los sonidos del exterior, sin darse cuenta que el caos de afuera que quiere evitar es muy parecido al que tiene en su vida porque se siente decepcionado y cansado de la rutina, de su trabajo como contrabajista e imposibilitado de conseguir el amor. La culpa de sus males la tiene el instrumento que ama y odia con la misma intensidad, al que atribuye mucha importancia como parte de una orquesta y desprecia porque lo aleja del reconocimiento del público que asiste a los conciertos. Así entre música, historias de su vida y de la vida de grandes compositores, reconoce que su manera de escapar es la pasión que siente por una soprano y a quien le gritará su nombre en plena presentación como símbolo de la vida que desea para sí. El personaje interpretado por el joven actor Jesús Das Merces comenta a cada momento que aquello que nos parezca más trascendental en su relato es marginal, es decir, al margen de lo que aparentemente le interesa más. No obstante, lo marginal es lo que en realidad perturba en su vida. La interpretación hecha por este joven actor es el centro del montaje porque logra veracidad, manejo de las intenciones y claro sentido en el entendimiento del texto. Demuestra seguridad y tranquilidad al ir llevando poco a poco el discurso, emplear adecuadamente el instrumento musical, hablar directamente al público, interactuar con él y trasladarse por todo el espacio escénico para realizar las acciones del personaje. La dirección compone una sencilla puesta en escena que desplaza el actor por la escena siempre que sea necesario, aunque se enfoca en lograr cabalmente el desempeño actoral. Los elementos escenográficos permiten estructurar estos desplazamientos con la presencia de un equipo de sonido antiguo para discos de vinilo, una silla acompañada de una mesita con lámpara, un perchero, una ventana y el gran contrabajo. Solo la ventana rompe con la estética lograda porque posee soportes en el piso cuando solo colgada se vería más coherente, sin embargo el esfuerzo de producción es evidente al conseguir todos estos elementos que reflejan una época anterior a la actual. Al principio un pantalón negro y un suéter blanco componen el concepto de vestuario que luego el actor va enriqueciendo hasta vestirse con traje de cola para asistir a la presentación que cambiará su vida. Como aspectos contrarios a la propuesta estética se encuentra la iluminación que no sugiere nada con el uso del color ámbar a los lados, un simple ambiente blanco sería más apropiado, por otro lado el final debe acentuarse más para que quede la certeza de que el músico va a abandonar la vida que lleva cuando grite el nombre de Sara, la soprano de la que está enamorado, y que no es para nada marginal a él.
Función: 14 de Junio de 2008

El eco de un hombre y de su vida

La Compañía Nacional de Teatro retoma su camino como referencia para las artes escénicas venezolanas con El eco de los ciruelos, espectáculo escénico-musical a partir de textos de Bertolt Brecht, frase que acompaña la promoción del montaje creado y dirigido por Miguel Issa que se presenta en la Sala experimental del Museo de Bellas Artes. Luego de varias puestas en escena regulares, muchas de ellas desarrolladas a partir de convenios con agrupaciones del interior del país, junto a otras que pretenden valorar lo popular tradicional como premisa o la invitación de directores sin nada original que ofrecer, al parecer su directiva comprendió que esto no puede ser excluyente ni debe ser la línea de una institución que ostenta ese nombre, cualquiera que sean las políticas culturales del Estado, además que nunca es beneficioso apartarse de verdaderas propuestas estéticas llevadas a cabo por figuras representativas del quehacer teatral. Tal es el caso de Issa, quien ideó todo un homenaje a Nicolás Curiel, pionero de la introducción de Brecht en Venezuela, estructurando un impresionante montaje que incluye actuación, danza, música y video, siguiendo el modo de trabajo que ha desarrollado en su grupo: Dramaturgia del Movimiento (Dramo). Como inspiración tomó fragmentos de textos que van desde la época expresionista, pasando por la comunista, hasta el materialismo dialéctico de la dramaturgia y poesía de Brecht, sin dejar de lado a Kurt Weill, el creador de las composiciones musicales que acompañaron muchas de las producciones brechtianas. Este dramaturgo, poeta, director y teórico del teatro tiene como centro de su obra al ser humano en todas sus facetas, al principio como aquel ser capaz de todo, luego en búsqueda de su sitio en la sociedad, su compromiso frente a otros seres humanos y sus contradicciones. Todas estas facetas se observan en el espectáculo, donde casi cuarenta personas en escena, entre actores, bailarines, cantantes y excelentes músicos; van apareciendo durante varias escenas fragmentadas en las que a veces tiene más importancia el texto, otras veces las imagen, el baile o la expresividad corporal, en algunas el acompañamiento de proyecciones, y otras donde la música y el canto llevan el peso del montaje. Dos momentos demuestran el derroche de creatividad, intensidad y emoción que se aprecia durante todo el trabajo: entre todo el elenco forman una gran mesa rodeada por diferentes tipos de sillas donde interactúan unos con otros mientras se interpreta una canción sobre lo que hace el hombre en la vida y otro momento se da cuando todos los actores se convierten en personajes circenses que divierten y juegan con el público como payasos, entrenadores de pájaros, levantadores de pesas, etc. El planteamiento estético logra uniformidad gracias a que el diseño de escenografía, vestuario, máscaras y maquillaje es realizado por una sola persona: Edgar Gil, quien abarca con varios espacios y desniveles la amplitud de la sala, pero alcanza su mejor resultado en el claro sentido expresionista de los demás aspectos. Algo negativo que comentar son los problemas de sonido que hacen que por instantes se pierda lo que los actores dicen, de resto todos derrochan talento en su labor teatral.
Función: 7 de Junio de 2008

El país es como el cementerio del sur

La fundación Rajatabla continúa con la “Primera muestra de dramaturgia nacional en homenaje a Gilberto Pinto” llevando a escena: Los dioses del sur de Vicente Lira, dirigida por José Domínguez. El argumento presenta a Rodolfo Contreras y los obstáculos que debe superar para enterrar a su tía, una famosa actriz de telenovelas, en el caraqueño cementerio del sur. Todo se van complicando cada vez más debido a que aparecen varios personajes que imponen diversas exigencias y buscan obtener beneficios económicos. Estos curiosos personajes que manejan los entierros como una industria de la muerte son siempre parecidos o idénticos, de ahí que aparezcan hasta tres veces en escena siendo interpretados por un mismo actor o actriz sin que se diferencien en sus propósitos, aunque sí en su manera de lograrlos. Al mismo tiempo, dos mujeres de apellido Moira, con clara referencia a las diosas griegas del destino, observan con atención los sucesos pero no intervienen en las decisiones humanas, hasta que al final deciden acabar con todo cuando ya es imposible escapar del rumbo que tomaron los acontecimientos. Lira como dramaturgo toma varios elementos de la cultura venezolana para reflejar el oportunismo, la viveza y la burocracia que agobia al país, logrando estructurar cabalmente su pieza y cargarla de originalidad cuando representa situaciones que seguramente suceden en los cementerios del país o en uno tan particular como el del sur, llevando la tensión dramática hasta el límite con todo lo que debe pasar Rodolfo. El trabajo actoral está liderado por quienes deben interpretar tres personajes, como la fuerza e imponente capacidad interpretativa de Gerardo Luongo, el manejo de las intenciones y carácter de Dora Farías, la pertinencia de Demis Gutierrez y el sorprendente potencial que demuestra el joven Mayo Higuera. Las Moiras interpretadas por Pedro Pineda y Yurahy Castro, adquieren mayor peso gracias a como el primero conduce el personaje tanto en matiz como en autenticidad, en cambio todavía se siente que Castro está asumiendo un personaje hecho antes por otra actriz. Rafael Marrero como Rodolfo consigue acertados instantes de veracidad en la desesperación del personaje, aunque muchas veces se muestra engolado. La dirección de Domínguez resuelve escénicamente cada momento y distribuyen hábilmente a los actores por todo el espacio escénico, empleando todas sus posibilidades en cuanto a entradas y salidas para los personajes, además de orientar con sabiduría la interpretación. Lo anterior se logra por la excepcional propuesta escenográfica de Héctor Becerra que incluye una serie de imágenes dispuestas en paneles laterales, una gran entrada al fondo donde se observa la figura de cristo crucificado según Salvador Dalí y un dispositivo central movible que se convierte en tres espacios diferentes, empleando una escala cromática propia de los mausoleos. Asimismo es apropiada la presencia constante del color negro en el vestuario diseñado por Rufino Dorta, salvo el contraste necesario que hace en el protagonista, siendo el mayor acierto el vestir a las Moiras como mujeres enlutadas y con trajes de baño al estilo antiguo. Buen montaje de la primera pieza escogida por concurso para esta muestra.
Función: 24 de Mayo de 2008

La actualidad de Adán y Eva

La agrupación Proyecto Azul ha venido presentando en la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas el montaje: Confesiones de Adán y Eva, basada en la obra de Mark Twain. El relato es versionado manteniendo la historia bíblica en la que Dios, luego de haber creado al mundo, decide que sea habitado por un ser hecho a su imagen y semejanza, un ser humano de género masculino, al que acompaña luego de otro femenino y que crea el conflicto debido a que invade el espacio del primero, lo lleva al reconocimiento del otro, al enamoramiento, a la desobediencia frente al consumo del fruto del árbol prohibido, causa de la expulsión del edén y de la vida que llevaron luego. Esta versión de Anabel García y Gladys Prince acerca la historia al contexto actual de las relaciones de pareja y le da un evidente tono de comedia a todo el relato que realizan los actores. Dios es argentino con la particular manera de expresión de este gentilicio, interesante y acertada propuesta por la manera en que asume su omnipresencia, Adán se la pasa descansando todo el tiempo y quejándose de las acciones de Eva, mientras ella la coloca nombres a todas las cosas de la hacienda edén, lo abruma con sus conversaciones y siente una constante necesidad de estar acompañada. Las constantes críticas que se hacen entre hombres y mujeres se ven reflejadas en este Adán y esta Eva, el darse cuenta que son diferentes, que están destinados a enamorarse y que pueden superar los problemas a pesar de todos los obstáculos. Solo se le puede criticar a la versión que mantiene un sentido narrativo que se aleja de la acción escénica que proporciona el diálogo, aunque existen algunas interacciones entre los personajes, además que nunca queda claro cómo se dio el descubrimiento del sexo por parte de los protagonistas, lo que complica el entendimiento del nacimiento de Caín y Abel para luego dar paso al desenlace que pretende demostrar que hombres y mujeres son inseparables. Prince es también la directora general del espectáculo aparte de interpretar a Eva. Como actriz demuestra su experiencia teatral debido a que se vale de un variado registro vocal para elevar a otro nivel cada uno de los matices de su personaje, con el uso acompasado de su cuerpo y sus expresivos ojos. Como directora plantea una puesta en escena equilibrada colocando siempre a Eva de un lado y Adán del otro, realizando su narración de frente al público, al inicio utiliza dos imágenes pictóricas que muestran la desnudez de los personajes, encima de estos cuerpos aparecen las cabezas de éstos pero luego se olvida de este ocurrente recurso y al final la pieza parece monótona en sus desplazamientos, lo que hace pensar que siempre es necesario cuando se asume doble rol de dirección y actuación que otra persona observe desde afuera el trabajo que se está realizando. Junto a ella, Daniel Jiménez como Adán se distingue idóneo y efusivo en su interpretación; y Oscar Aldón como Dios tiene claro sentido de la vanidad con que se propone el rol con momentos agradables. Por otro lado, las propuestas de escenografía y vestuario se presentan sencillas y funcionales para labor actoral, y no se puede dejar de nombrar la apropiada selección musical que es interpretada admirablemente en vivo.
Función: 25 de Mayo de 2008

Teorizar sobre el amor con Shakespeare como pretexto

Con el nombre de Historia de amor de Romeo y Julieta, se pudo disfrutar en Caracas de la adaptación que hizo la compañía francesa Philippe Car Agence de Voyages Imaginaries del clásico de William Shakespeare y que se presentó en el Teatro de la Asociación Cultural Humboldt en San Bernardino. Un payaso de vestimenta negra y cara blanca llamado Seraphin teoriza sobre el amor, al mismo tiempo que relata varias escenas de la obra original e interpreta cada uno de los personajes. Otros dos payasos lo acompañan como músicos y manipuladores de objetos para que el público se deleite con el tono de comedia que dan a la historia de los amantes de Verona. La adaptación de Philippe Car mantiene el desarrollo de la pieza al escoger escenas representativas que permiten tener un panorama general del argumento además de incluir, entre cada relato hecho por Seraphin, varios textos que se refieren al amor y las relaciones de pareja, junto a pequeñas interacciones con el público que permiten conectarlo con el espectáculo. Esta conexión comienza desde el momento en que Seraphin empieza a contar y luego aparece al salir de una gran caja metálica plateada, centro del escenario y de toda la acción teatral, al mismo tiempo que nos explica que se encontraba metido en ella y que tiene miedo porque es la primera vez que narra todo en español. De esta manera, en un español afrancesado transcurre todo el montaje con el excelente trabajo interpretativo de Valérie Bournet como Seraphin, que además de sortear las barreras idiomáticas, demuestra una impresionante capacidad expresiva, inseparable de su vis cómica, debido a que asume todos los personajes de la versión (una decena aproximadamente), diferenciándolos vocal y corporalmente. El energético Benvolio, el grotesco Señor Capuleto, la vanidosa Señora Capuleto, la envejecida Nodriza y por supuesto, la enamoradiza Julieta y el apasionado Romeo son los personajes mejor logrados por esta actriz al darle a cada uno los caracteres con que los describo. La dirección del mismo Car es un deleite de creatividad porque emplea instrumentos musicales, paraguas, muñecos y una pantalla blanca para teatro de sombras para desarrollar la acción, con todos estos objetos y la caja metálica va recreando cada escena en la que los instrumentos de viento sirven de sombrero, espada y cigarro; una pequeña muñeca es Julieta en un balcón de paraguas; la caja es el muro del balcón, bañera del señor Capuleto, ventana para Romeo, la tumba donde se encuentran los amantes durante el desenlace y en el que un gran muñeco es alternativamente Julieta y Romeo según ocurre la escena. Todo el escenario está cubierto de una alfombra al estilo circense con luces de colores que rodean sus bordes, de ahí que el trabajo de los payasos sea un híbrido de diferentes tendencias en el uso de la expresión corporal o teatro gestual como es presentado el espectáculo y se acompañen con la iluminación que ellos mismos manipulan para crear las atmósferas de la pieza. Vicent Regout y Laurence Bournet complementan la labor de Valérie, mientras tocan música y apoyan con acciones e intervenciones durante la historia. En definitiva, una acertada versión enmarcada dentro un gran trabajo creativo.
Función: 17 de Mayo de 2008

Tecnología que desune y gatos modernos

Pandilla separada: Desde hace alguna semanas en la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas, el grupo Pandilla teatro presenta el montaje de No me abraces por e-mail, escrita por Aníbal Grunn y dirigida por Jhon Peña. Varilla, un payaso que poseía un grupo de amigos se siente solo porque sus compañeros están más interesados en la realidad virtual, los juegos de video y en la comunicación a través de Internet. Trata de recuperar su pandilla de juegos, aunque solo lo logrará cuando Niki, Gusy, Balyn y July comprendan que es más emocionante el contacto real que el virtual. Con una dirección que busca siempre la distribución escénica y se enfoca en el uso del cuerpo como medio para la comedia, Varilla es interpretado a cabalidad por Aníbal Figueroa con un variado registro vocal en los matices del texto, acompañado por el acertado trabajo de Cristina Klatt y Aliberth González, quienes disfrutan sus roles. Por otra parte, Wills Bonilla y Jennifer Colautti se muestran pertinentes. Para sorprender a los niños se emplea una escenografía, vestuario e iluminación como mucho colorido y es importante comentar el trabajo de improvisación que ocurre durante la representación porque interrelaciona al público y los actores creando situaciones hilarantes.
Función: 12 de Abril de 2008
Gato enamorado: El grupo teatral Talía vuelve a escena para continuar su labor dedicada al teatro para niños con El gato con botas... de goma, pieza escrita por Carmelo Castro y dirigida por José Manuel Ascensao, presentada en el Teatro Luisela Díaz ubicado en San Román. En ella, Felino es un gato enamorado de Gatuna Tuna, modelo de comida para gatos y que se interesa en él porque lo cree rico, entretanto él ayuda a Cheo, un niño que no entiende matemáticas, haciéndole confiar en sus capacidades. Junto a ellos, otros gatos como Fideo y Cola Corta buscan comida persiguiendo a veces al Ratón Rasputín, hasta que al final Felino descubre el amor verdadero en Filipa, la gata que siempre ha estado a su lado. Ascensao como director guía correctamente el trabajo de sus actores en la interpretación vocal y corporal de roles felinos, de tal manera que los movimientos y matices del texto se articulan como si fueran gatos con capacidad de pensar y hablar. Al mismo tiempo resuelve la escenografía para que represente la azotea del edificio donde se desarrolla la acción, que adquiere más vida gracias al interesante diseño de vestuario de David Castellucci porque delinea cada personaje en colores diferentes acompañado del acertado maquillaje de Víctor Hugo Gómez. El trabajo de actuación se presenta más logrado en Luis Serrano, Maryeliz Montilla y Javier Vargas, aunque este último debe mantener la fuerza de las intenciones, seguido por la interpretación cabal de Marilyn Ascensao e Isaac de Lima que debe diferenciar un poco más la voz entre el ratón y Cheo, sin dejar de lado a Yaure Sánchez que le da sentido al gato Albert. Con un ritmo de representación que debe ajustarse en beneficio de la pieza y para que adquiera mayor dinamismo entre escena y escena, la originalidad de la escritura de Castro reside en darle sentimientos a gatos, lo que atrae el interés de los niños, no obstante la propuesta coreográfica se presenta rígida y desajustada con la música.
Función: 26 de Abril de 2008

Producido a la venezolana

Luego de dos musicales anteriores, Producciones Palo de agua ha llevado a escena Los productores, una comedia original de Mel Brooks, presentada en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. El argumento trata de Max Byalistock, un productor desafortunado de Broadway, que se une a su contador Leo Bloom para presentar un fracaso comercial debido a que de esta manera podrían obtener mayores beneficios económicos. Buscan la peor obra jamás escrita creada por un alemán loco llamado Franz Liebkind y que alaba la vida de Adolf Hitler; contratan al peor director: Roger DeBris, un homosexual temperamental que se hace acompañar por su asistente Carmen Ghia e incluyen en el elenco solo por su belleza a Ulla, una actriz sueca que habla muy mal el español. De esta manera, aquello destinado al desastre da un giro, si bien al final todo se resuelve como cualquier comedia bien escrita. La dupla conformada por Michel Hausmann y Salomón Lerner logran articular puesta en escena y música de un espectáculo que mantiene la esencia de la original sorprendiendo al público que pocas veces ha asistido a este tipo de representaciones y mucho menos con talento venezolano. Hausmann como director general desplaza sobre el escenario a más de 30 actores y bailarines para equilibrar y abarcar todo el espacio, apoyado en el acertado diseño de escenografía de Edwin Erminy que resuelve los distintos ambientes donde se desarrolla la acción con la entrada y salida de grandes plataformas móviles. Asimismo, el diseño de vestuario de Eva Ivanyi delinea cada uno de los personajes, el de iluminación de Carolina Puig crea las atmósferas de cada escena y la dirección coreográfica de Luz Urdaneta encaminó con certeza el desempeño del ensamble. Lerner como director musical al frente de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho y un grupo de músicos denominados “Big band” asombra a causa de la habilidad que exhibe. Detrás del espectáculo, se encuentra un gran esfuerzo técnico de sonido, video, iluminación y tramoya para acondicionar al Aula Magna como escenario ideal para este musical, ya que no existe otro teatro que pueda albergarlo por capacidad o porque el uso gubernamental no lo permite como el Teatro Teresa Carreño. Con un impresionante despliegue de producción a cargo de Yair Rosembeng, la ficha técnica incluye producción artística, técnica, de utilería, de mobiliario y de vestuario que demuestra la importancia en el teatro venezolano de contar con un presupuesto que permita crear un trabajo respetable en cualquiera de los géneros de las artes escénicas. En la interpretación y canto, Armando Cabrera como Max y Fabiola Colmenares como Ulla desempeñan cabalmente sus roles, Roque Valero le da el sentido justo al tono y caracterización de Leo, mientras Luke Grande consigue diferenciar acertadamente los tres personajes que asume. Destacan Luigi Sciamanna que disfruta e interpreta extraordinariamente a Franz, Rafael Monsalve como DeBris por la manera en que equilibra y maneja su carácter, junto a Gerardo Soto que da la dimensión justa a la condición en que actúa Carmen. Aunque podrían existir comparaciones con producciones de Broadway o películas, el mérito de hacerlo en Venezuela no se los puede quitar nadie.
Función: 3 de Mayo de 2008

Clasicismo español e inclusión

El teatro del Gato Negro presentó De cornudos, rufianes y mujeres de la mala vida, basado en textos de Lope de Rueda y Miguel de Cervantes, en la Sala Juana Sujo de la Casa del Artista. El montaje incluye cuatro piezas cortas denominadas “pasos” y “entremeses” porque se representaban entre cada acto o al inicio y final de las obras más largas o “Comedias”, durante la época del teatro del “Siglo de Oro” en España. De Lope de Rueda se llevan a escena dos “pasos”, pequeñas representaciones donde personajes característicos de la clase social baja entablan una discusión por un sembradío en Las aceitunas o un hombre arrogante demuestra su verdadera aprensión en El rufián cobarde. Los dos “entremeses” o obras cortas de Cervantes demuestran su habilidad como autor dramático, más allá de su creación en prosa. Con El vizcaíno fingido muestra que aquellos que quieren jugar una broma son engañados por el que consideraban un tonto y en El viejo celoso, un marido desconfiado termina burlado por la mujer que considera fiel. Con ex alumnos, recién graduados y alumnos actuales de la Escuela municipal de teatro Porfirio Rodríguez, además de actores invitados, Paul Williams (director de este centro de formación) compone un sencillo espectáculo en el que se valoran los caracteres propios de los personajes, el texto cargado de palabras y modismos del español antiguo, junto a un coherente diseño de vestuario y zapatería que refleja la época en que fueron escritas las piezas. En el desempeño actoral resaltan aquellos interpretes que asumen hasta tres personajes porque son capaces de diferenciar a cabalidad cada uno de ellos. Como el apropiado trabajo de Roberto Linares, Alirio Aguilera y Daniel Landa. De igual manera se encuentran Adalhiza Herrera y Yudith Morán con dos divertidos personajes para cada una, la franqueza de Aleida Rodríguez y Ana González, la eficacia de Matilde León; entre tanto Francisco Madueño se presenta tímido y Yiovanni Araujo, pertinente en su trabajo como presentador. Williams como director se concentra en la interpretación como lo más importante, de esta manera los “pasos” tienden hacia la farsa y exageración de los caracteres, debido a que los “entremeses” se orientan más hacia el realismo a pesar de que sus situaciones parezcan insólitas o inverosímiles. Asimismo, logra atractivos resultados en la estética y confección del vestuario y zapatería, especialmente en los trajes de época de los caballeros y damas de clase alta que deslumbran en el escenario. No se puede dejar de nombrar el dispositivo escenográfico, propuesta de Armando Yanes, en que la transparencia adquiere relevancia para la entrada y salida de los personajes; y la producción a cargo de Luis Eduardo Santiago que articuló todos los detalles. Por último, es importante comentar que hace algún tiempo la Casa del Artista poseía una programación cultural estable, mientras que en la actualidad carece de la apertura y verdadero sentido de inclusión que logró su anterior administración. Esta es la única causa que encuentro para justificar que el montaje se haya presentado por tres días y no durante una temporada decente como ocurriría en cualquier otra institución cultural que ofrezca espacios para las artes escénicas.
Función: 27 de Abril de 2008

Vivir de la apariencia

La Compañía Teatral Prometeo presenta el montaje de Contigo pan y cebolla escrita por el dramaturgo cubano Héctor Quintero. Bajo la producción y dirección general de Noel De la Cruz, esta agrupación adquiere relevancia en el medio teatral con la segunda temporada de esta obra, presentada en la Sala de teatro 1 del Celarg, ubicado en Altamira. Quintero crea una historia que refleja al latinoamericano que vive de la apariencia frente a los demás, representado en una familia cubana que trata de sobrellevar su depauperada condición económica. Lala, madre y cabeza de familia, no quiere que sus vecinos se enteren de lo poco con que sobrevive su familia, por eso presiona a su esposo Anselmo para que obtenga el aumento de sueldo que ha esperado por varios años mientras lo obliga a comprar una nevera para demostrarse a sí misma que puede vivir en mejores circunstancias. El aumento no llega y tampoco alcanzaría para los cursos y demás estudios a los que ella obliga a asistir a su hija Lalita y su hijo Anselmito, que han aceptado las decisiones de su madre. Todos conviven con la tía Fefa, una mujer mayor que se siente inútil y arrimada en la casa, pero quien se da cuenta realmente de lo que sucede, aunque lo único que desea en poder disfrutar de sus programas de radio. Al final, Lala se da cuenta de que es lo mejor para ella y su esposo, especialmente cuando sus hijos ya han realizado su vida, casándose y viviendo lejos de lo que fue su hogar. Los tres actos de la obra conforman la típica estructura teatral dividida en tres partes y que el autor maneja correctamente, con la presentación de los personajes y del conflicto, luego profundización de éste, hasta el clímax y posterior desenlace. El comienzo del montaje presenta una bien manejada estética totalmente realista, tanto en la interpretación como en la escenografía y el vestuario. La casa en donde se desarrolla la acción tiene todas sus paredes con cuadros, se observan muebles, mesas, sillas, puertas, el radio, la nevera, un teléfono y hasta un balcón; fiel propuesta escenográfica de Oscar Fernández y Carlos Rodríguez, sin embargo los detalles de acabado y solidez de las paredes podrían estar mejor trabajados. Cada personaje usa un vestuario distinto en cada acto en correspondencia con el paso del tiempo, todos con claro reflejo de la manera de vestir cubana. Las actuaciones buscan la verdad en el decir del texto por sobre todas las cosas, debido a que esto le da un verdadero sentido al drama propio de la obra con visos de comedia. Aunque destacan Marianela Oviedo porque mantiene siempre la fuerza de Lala frente al compromiso de ser la que lleva la historia, José Antonio Barrios que asume con credibilidad y energía a Anselmo, junto a Javier García que logra una genuina caracterización de Fefa. Asimismo, Lidsay López como Fermina y Alexander Rivera como Pepe se observan eficaces y con dinamismo en sus personajes, acompañados por las pertinentes interpretaciones de Germary Montilla, Francisco Gualteros y Jesús Delgado; Lalita, Anselmito y Alfredo, respectivamente. De la Cruz mueve cabalmente a sus actores por el espacio escénico, alcanzando con certeza el realismo propuesto. Al final, el público comprende que de la apariencia no se puede vivir.
Función: 20 de Abril de 2008

Acompañado se vive en pareja

A partir de textos de ocho autores, Giovanni Reali creó el espectáculo denominado: En compañía, en el que un actor y una actriz se pasean por distintas etapas de la relación de pareja. La Sala Experimental del Celarg en Altamira sirve como espacio para presenciar este montaje conformado por un prólogo y seis escenas entrelazadas con textos de Isadora Aguirre y Samuel Beckett que van desde la incomunicación propia de la dramaturgia de Elizabeth Schön, el crudo realismo de Jan de Hartog, la ironía de Silveira Sampaio, las ilógicas situaciones de Darío Fo, el acentuado romanticismo del mismo Reali que inicia y culmina la obra, hasta el acertado epílogo de Jorge Luis Borges. Al igual que el sentido de cada una de las cosas que los actores expresan en cada parte, el público va experimentando las emociones de los diferentes estados que suceden cuando se establece una relación amorosa entre dos seres humanos. Para empezar, el recuerdo de un momento en el que se fue feliz, luego comienza el argumento como tal de cómo sería conseguir esa felicidad, la necesidad de sentirse enamorado y encontrar a alguien que comparta nuestros intereses, posteriormente el compromiso matrimonial y la llegada de los hijos, más tarde aparecen los problemas, la infidelidad, la necesidad de escapar de la rutina, hasta que finalmente se cae en cuenta de que aquel que siempre te ha acompañado toda la vida es quien vale la pena y quien quiere como se debe querer. De esta manera, Roberta Zanchi y Antonio Urdaneta conducen al público con sus interpretaciones desde la juventud hasta la madurez de una pareja. Ella se convierte primero en la indecisa joven que quiere relacionarse pero tiene miedo, pasa a ser la esposa que cree en el amor, luego en la mujer agobiada por un marido infiel aunque todavía cree en que su matrimonio puede funcionar y al final siente que ha vivido con la necesidad de saber que ha sido amada. Logra manejar un marcado acento italiano que podría complicar el entendimiento del texto, presentando diversos matices en cada escena, no obstante ese acento la limita a la hora de asumir posteriormente otros personajes. Él pasa de su necesidad juvenil de establecer una relación a ser un esposo comprometido con su rol, que luego deja a un lado porque cree que con la infidelidad huirá de la rutina y finalmente cae en cuenta de que aquella que siempre estuvo ahí es la que vale. Con mucha energía delinea el personaje, mantiene el ritmo en su interpretación, sin embargo esto hace que muchas veces emplee una misma manera de matizar lo que dice. Ambos personajes se mueven alrededor de un baúl, símbolo de los recuerdos acumulados, que se constituye en un sencillo y funcional dispositivo escenográfico. Este objeto se abre entre una escena y otra para que cada actor tome varios elementos de vestuario que lo ubiquen en una nueva etapa de la relación. Reali sigue buscando una estética como director y la consigue al centrar la acción en la interpretación, con una puesta en escena limpia y precisa que entiende el hecho teatral a partir del actor, de su cuerpo, donde los elementos escenográficos o de vestuario le sirven para reinterpretar los textos que escogió, aunque algunos de ellos sean más narrativos que teatrales.
Función: 13 de Abril de 2008