Ilusión y magia al doble

Ilusión: El grupo teatral Delphos presenta la pieza infantil El circo de madera de Irma Borges, dirigida por Luis Alberto Rosas, en el Teatro Luisela Díaz. Un niña que desea mantener vivo el recuerdo de su abuela decide esperar el circo para irse con él, pero su verdadera misión será contribuir a que dos niños crean en que éste existe, ayudada por la magia de otro personaje. Con una puesta en escena precisa que se preocupa por mantener siempre el equilibrio en el escenario, las canciones de Alan González complementan la historia para dar más énfasis en las características de los personajes que juegan a marchar durante cada música gracias a las coreografías de Ellavled Ascano. Los diseños de escenografía y vestuario de Robert Cardenas proponen una sencilla y colorida ambientación que ubica la acción en un parque con árboles de diferentes texturas, además de vestir apropiadamente a cada personaje. Las actuaciones logran acercarse a través de los gestos y la voz a los personajes de niños con Andrea Silva como Blanca, la protagonista, junto a Sandy González como Rosa y José Joaquín Araujo como Armando. De igual manera, hay veracidad en la caracterización que hace Erika Calderón de Fortunata, el personaje mágico, aunque puede afianzar más los conceptos que expresa para disfrutar mejor de la comicidad que posee. Este montaje tiene doble elenco, sin embargo pude apreciar a uno solo, por lo que puedo suponer que si el otro elenco se desenvuelve en los mismos términos que éste, el montaje ofrecerá el contenido de ilusión y amistad que hace que los niños se diviertan con él.
Función: 9 de Mayo de 2009
Magia: Horus Teatro presenta Entre hadas y duendes de Mario Errasmuspe en la sala principal del Teatro San Martín. Este montaje infantil, dirigido por Orlando Alfonzo, desarrolla la historia de un grupo de personajes mágicos que se consigue con que su bosque se ha vuelto oscuro porque el sol y la luna no alumbran debido al hechizo de una bruja; por lo tanto, deben unirse para resolver el problema. La versión realizada por el mismo director solventa varias inconsistencias sobre el conflicto principal, aunque existen personajes que se muestran de relleno porque no aportan nada para el desarrollo y resolución como el Hada Prana y la Princesa. La puesta en escena se encarga de resolver la entrada y salida de los personajes, si bien puede limpiar más el desplazamiento escénico al evitar que los personajes se solapen unos a otros y caminen hacia atrás, además de mantener el ritmo escénico que comienza ajustado pero baja en varios momentos que requieren más fluidez en el diálogo. En la actuación, el elenco masculino posee más fuerza y veracidad en las caracterizaciones que realizan Teo Gutiérrez (Puck), Carlos Enrique Vargas (Urisk), Jaime Feliú Cervi (El Maestro), Fernando Azpúrua (Elfo), Javier Contreras (Gogo) y Orlando Alfonzo (El Sol). El elenco femenino debe manejar mejor las intenciones en Gabriela Mata (Leanan) y Stephania Nevado (Prana), así como mayor intensidad en Ana Karina Terrero (Princesa) y Pilar Seijo (La Luna), igualmente debe trabajarse más a Amanda Gómez (Musa) quien se muestra más débil, al contrario de Ana María Áñez (Annis) que propone mejor su personaje. Una pertinente ambientación y conveniente vestuario de delinea cada rol integran este montaje de una agrupación que es producto de la autogestión y que ha mejorado mucho desde su primera temporada.
Función: 10 de mayo de 2009

Consecuencias reales de interacciones virtuales

El Teatro San Martín de Caracas presentó Chat de Gustavo Ott, dirigida por Luis Domingo González, en la Sala Principal de su sede. La pieza reúne cuatro historias sobre las interacciones que se pueden producir en el entorno de la “realidad virtual” a través de la herramienta de comunicación al instante denominada “chat”. Cada personaje parece destinado a la tragedia porque es conducido, como si no tuviera salvación, a su muerte. Una mujer que desea viajar al primer mundo y utiliza los servicios de un coyote, una joven que se relaciona en la web y es secuestrada por uno de sus contactos, un adolescente que demuestra su sexualidad a través de Internet y compra armas para asesinar a sus compañeros de colegio, y un hombre que reafirma su fe y es incitado a inmolarse con una bomba son los personajes de esta visión pesimista del uso de la tecnología. Las historias se desarrollan alternadamente para presentar cada trama, su desenvolvimiento y sus consecuencias, lo que se traduce en dinamismo para la representación. Sin embargo, al entrar de lleno en la originalidad del argumento, éste parece reiterativo y sin nada nuevo que ofrecer cuando se conoce suficiente acerca de la crueldad de los coyotes que transportan a personas para cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos, el asesinato de jóvenes en colegios norteamericanos, los pedófilos que rondan las salas de conversación en busca de víctimas y los mártires musulmanes, sin tocar temas que podrían tener más repercusión en la sociedad venezolana como la creación de perfiles en redes sociales para decir que alguien posee VIH, el cambio constante del lenguaje que se observa en la web o la creciente búsqueda de información por parte de estudiantes para presentarla, como si fuera de su autoría, en las actividades académicas. La puesta en escena de González se propone desde una estética expresionista con desplazamientos precisos. El ánimo de los personajes y su destino se refleja en el dispositivo escénico de Domingo Cova que cubre el escenario de grandes franjas en blanco y negro que cruzan hacia un lado, como si la vida que iba por un rumbo se desvió hacia su final. El vestuario de Manuel González delinea a cada personaje con una imagen evidente de lo que simbolizan. La estética se distingue mejor con el acentuado maquillaje propuesto por los actores, aunque es muy exagerado en el personaje del adolescente, y la iluminación de Gerónimo Reyes que encierra por secciones cada escena y cada personaje con rudeza. Las actuaciones se observan con diferentes intensidades, cargadas de movimientos exagerados y simbólicos para mostrar el desasosiego de los personajes, para escenificar las conversaciones del chat y, a través del uso de varios recuadros, apoyar la trama que sea principal en ese momento. Por su organicidad y composición, destacan Rubén León, que asume cabalmente cuatro roles distintos, y Carolina Torres. En cambio, a Mariana Alviárez y David Villegas se les hace más cuesta arriba la interpretación de dos adolescentes debido a que la forma corporal y el trabajo vocal se quedan en exteriorizar emociones cuando la búsqueda para componer estos roles puede ser otra. En definitiva, un punto de vista sobre el uso de Internet.
Función: 2 de Mayo de 2009

Las palabras seducen

El Teatro de la Noche y el Teatro del Contrajuego han venido presentando Port-Royal de Juan Martínez de la Vega, dirigida por Juan José Martín, en el Teatro Luis Peraza. A Port-Royal, una abadía de la secta religiosa de los jansenistas, llegan Juan e Isabel para descansar antes de continuar su viaje, sin saber que ese sitio será el último para uno de ellos y que su presencia servirá para que los habitantes del lugar se den cuenta realmente de sus conflictos con la fe. La construcción que hace el autor de la historia y los personajes se percibe desde lo que dicen, con un evidente contenido filosófico que deja de lado la acción teatral para darle mayor valor a la seducción de las palabras. De esta forma, el Padre Dufresne defiende la fe con el uso de la palabra, aunque al final se sienta afectado por las circunstancias; la Madre Ana de Jesús expresa su duda con palabras, pero mantiene sus creencias; Juan de Burgos demuestra soberbia y blasfema con palabras; Isabel se conecta con las palabras de las cartas de la Hermana Margarita, Carlos D’Ancy estudia las palabras y justifica su desesperanza con ellas, el Hermano Francisco obtiene sus conocimientos en las palabras de los libros, Monsieur Robert informa con ellas sus objetivos y la Hermana Beatriz manifiesta la consternación no solo con acciones, sino con palabras. Por esto, más allá de emplear apropiadamente a la expresión corporal en la actuación, es necesario que en ésta se maneje una adecuada técnica vocal a través de los matices, las intenciones y la modulación del lenguaje. Esto lo logra cabalmente Alfredo Sandoval en su sincera interpretación del Padre Dufresne, junto a Diana Volpe como la Madre Ana de Jesús. En el mismo nivel se encuentra Robert Chacón que, además de la voz, diferencia corporalmente los personajes del Hermano Francisco y Monsieur Robert, así como también la pequeña participación de Ana Melo como la Hermana Beatriz. Los tres trabajos actorales restantes deben reforzar la búsqueda de la voz como foco interpretativo en donde Alexander Leterni ofrezca mayor intensidad en su propuesta naturalista de Juan de Burgos, Adolfo Nittoli varíe las entonaciones sin perder el ritmo que le da a Carlos D’Ancy y Marialejandra Martín como Isabel descifre mejor el contenido de las palabras sin quedarse solo en lo exterior de la forma. La dirección se propone desde lo estático debido a que los personajes prácticamente no se mueven para apoyar la importancia que posee el texto, por eso muchas escenas comienzan y mantienen esa inmovilidad con sutiles desplazamientos que apenas acentúen lo que se expresa, al mismo tiempo que la iluminación refleja la atmósfera estática o enfoca los momentos en los que se enfatiza algo. Las mayores virtudes de la puesta en escena son la delicada musicalización y especialmente el trabajo de videoarte, ambos de Franca Franchi, que sitúa los espacios en donde se desarrolla la pieza, sirve para mostrar escenas que suceden fuera del escenario y crea nuevos significados con la proyección de pinturas, además de frases que aparecen hasta el punto de descomponerse y caer como una lluvia de letras. De igual manera, el minucioso vestuario de María Moschiano complementa la escena en esta disertación entre la fe y la razón.
Función: 26 de Abril de 2009

Historias entrelazadas para homenajear

La agrupación Art- Teatro se estuvo presentando en la Sala Textoteatro del Teatro San Martín con el montaje Seis historias para Emilio, dirigido por Luisa Maymó. Este trabajo es un homenaje al dramaturgo mexicano Emilio Carballido en el que se presentan seis obras cortas que tienen en común que la acción se ubique en un parque. Desde el día, pasando por la noche, hasta que amanece varios personajes deambulan por el lugar con argumentos que van de la comedia al drama y viceversa. En ¡Únete pueblo!, dos mujeres jóvenes apoyan un cambio que no comprenden realmente, destacan las interpretaciones de Patricia Romero y Antonieta Mendoza debido a que asumen cabalmente los roles de estas jóvenes estrafalarias, aunque es necesario manejar mejor el ritmo que requiere esta pieza. Solitario en Octubre presenta a un hombre melancólico que entabla un diálogo de aceptación y rechazo con una mujer dudosa de su compromiso matrimonial, lo que se desarrolla con sutileza y propiedad gracias a la adecuada composición de los personajes que hacen Robert Castro y Glennys Colina, junto a la pertinente caracterización de Juan José Guzmán como el prometido de la mujer. La siguiente obra es Tangentes que percibe como la más extraña en su desarrollo, cuando un hombre mayor, una pareja de estudiantes enamorados y una mendiga coinciden en una trama de nostalgia, decepción y pérdida en la que parecen conectarse y que se sostiene por la veracidad que ofrece Daniel Landa como el hombre y la acertada búsqueda orgánica de Mariafernanda Fuentes como la mendiga, para ésta y la siguiente obra. Una de las piezas mejor logradas en ritmo y especialmente por el manejo de los matices requeridos en la actuaciones es La miseria, donde una pareja entra en conflicto por la limosna que deben darle a una mendiga, resaltando una vez más el trabajo y la conexión que consiguen Robert Castro y Glennys Colina. La quinta historia es Dificultades, que casi a manera de monólogo muestra a un hombre perturbado que relata sus problemas familiares y de trabajo, de tal forma que lo narrativo se impone sobre lo teatral, a pesar de que Noel Quijada busca un contenido interno pero conduce el rol más desde lo externo. Por último, Delicioso Domingo manifiesta el espíritu humorístico del autor con dos hombres que tratan de pasar un día con dos prostitutas que les provocan más problemas que placer, donde Daniel Landa, Antonieta Mendoza, Robert Castro y Mariafernanda Fuentes aprovechan la comicidad de los personajes. Otro personaje que participa de la acción y le da continuidad al paso de una a otra es el periodiquero, interpretado por Jorge Martínez, que apoya con gestos y acentúa la hilaridad de las historias, alcanzando su mejor momento en Dificultades. Con esto, la dirección resuelve la ilación entre cada pieza, apoyada con la proyección de imágenes que refuerzan cada argumento, ubican al espectador en diversos ambientes del parque y se convierten en signos que cargan de otros significados a la escena. Por otro lado, se hace necesario plantear una mejor propuesta estética en el vestuario y el espacio escénico, si bien se comprende el enfoque de autogestión que posee este grupo que da con solidez su primeros pasos en la escena nacional.
Función: 18 de Abril de 2009