Un festival para tres dramaturgas (I)

La quinta edición del Festival Teatral de Autor (FESTEA) se ha venido desarrollando en el Teatro San Martín de Caracas como sede principal. En esta ocasión, la dramaturgia femenina latinoamericana es la homenajeada con tres figuras representativas: la mexicana Elena Garro, la argentina Griselda Gambaro y la venezolana Mariela Romero. Pathmon producciones, organizador del festival, inauguró la muestra con Decir sí de Gambaro, dirigida por Carlos del Castillo y producida por Maigualida Gamero, directora general de este evento. Un atmósfera de extrañeza y perturbación se observó en la representación, lo que se reforzó con la música que acompañó toda la acción hasta casi el final, presentó una puesta en escena limpia y precisa, además del acertado diseño de iluminación que se concentra en todos los objetos presentes en el escenario. En la trama, un peluquero, interpretado excepcionalmente por Frank Silva, manipula con gestos mínimos y lenguaje fragmentado a un cliente hasta asesinarlo. Aunque este personaje lució más impreciso y desdibujado en la actuación de Max Coloma, se logró el ambiente opresivo propio de esta autora. Desde México, Baalit producciones presentó un montaje de El árbol de Garro. En él, una mujer pobre huye de su marido y llega a la casa de otra de clase alta, sucediendo un juego de dominación entre ellas hasta que una decide asesinar a la otra. La dirección de Gabriela Chapa crea una puesta en escena desigual con algunas propuestas acertadas, como reflejar la sumisión al sentar un personaje en el piso, pero sin materializar nada. La acción se desarrolló con un ritmo escénico lento, contrario al requerido, asimismo que las interpretaciones de Iris Gómez y Wendy Chapa no favorecen totalmente, la primera se muestra rígida y la segunda matiza muy uniformemente, aunque muestra mayor empeño al actuar. Las propuestas de iluminación y música no concuerdan con lo que quieren lograr, no obstante el grupo está consciente de que poco a poco van entendiendo el sentido de todas las ideas que maneja la autora. Kabré teatro concluyó la primera semana del festival con una versión de El juego de Romero, realizada y dirigida por Wilfredo Tortosa. El argumento original posee dos personajes llamados Ana, que en esta versión son asumidos por dos hombres y dos mujeres, haciendo que se diluya más su constante intercambio de roles. Estos personajes realizan acciones lúdicas de tortura, que en este montaje se desenvuelven con un ritmo escénico trepidante y una cuidada puesta en escena que desplaza con minuciosidad a los actores. Las actuaciones de Zammy Giménez y Carlos Ortega alcanzan mayor intensidad y manejan mejor las intenciones que Nadeska Armao y Karlina Fernández, entretanto ellas van acoplándose a la energía de ellos. Los cuatro se integran cabalmente cuando están en escena al mismo tiempo, sin embargo deben cuidar la dicción y precisión en el uso de los objetos en los momentos más intensos. La imagen de la madre, desarrollada por Eliseo Pereira, funciona salvo cuando ingresa al público. El vestuario y ambientación en estilo japonés es interesante porque reinterpreta la pieza, aunque en el segundo acto no se relacione totalmente. Este festival apenas comienza.
Funciones: 7, 8 y 9 de Agosto de 2008

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