El XXIX Festival de Teatro de Occidente culminó
con la presentación de un abanico de propuestas que demuestran la pluralidad
del evento.
Entre ellas, el público pudo disfrutar de los
divertidos espectáculos de “clown” y pantomima: Las aventuras de Clauss, proveniente de Barquisimeto, y Germán, el
mimo, de México. Asimismo, el teatro de títeres estuvo presente con Un botón en mi cabeza del grupo Arribas
las hu!manos, de Chile.
De Caracas, se presentaron las agrupaciones La
Bacante y Teartes con Paria y Doce cosas imposibles antes del desayuno,
respectivamente. Con una estética que posee un fuerte contenido plástico, ambos
montajes demuestran cómo la dramaturgia y la puesta en escena nacen de la
experimentación, sin bien el primero logra manejar mejor la progresión
dramática que el segundo.
Los mejores trabajos vinieron desde Argentina.
Petaka teatro presentó Menguada, la hora,
versión de César Rojas del cuento “La hora menguada” de Gallegos, dirigido por
Jesús Gómez. El mismo Gómez y Javier Otero, venezolanos residenciados en Buenos
Aires, asumieron el riesgo de interpretar dos personajes femeninos. La obra
presenta el drama de Amelia y Enriqueta, dos hermanas que conviven en espera de
un hijo que no regresa y cuya maternidad es la causa de un odio reprimido.
Apropiada dirección, claridad estética y actuaciones orgánicas se conjugan en
la propuesta.
El colectivo Solo por hoy llevó a escena: Gadst, texto y dirección de Facundo
Agrelo. A partir del suceso cotidiano de un televisor que se daña, una pareja
de esposos revela sus carencias y deseos. La dirección propone el
reordenamiento constante de los elementos escénicos para resaltar cada
situación que se desarrolla en la obra. Esto refleja un trabajo profundamente
teatral que adquiere consistencia gracias a las actuaciones de Mariana Cavalli
y Enzo Ordeig, quienes ofrecen un manejo correcto de las intenciones, la energía
y la corporalidad.
Otra propuesta fue Marat + Sade, versión de Alfonso Sastre de la obra Peter Weiss,
escenificada por Minimal teatro, de España. El texto que diserta sobre la
revolución presentó deficiencias en la escena debido a que todavía es un
trabajo en proceso. También, aprecié La
revuelta de l@s idiotas, de Des acuerdo teatro y Teatro del Cronopio, de
Ecuador. La feminidad es el tema central en un trabajo bien cohesionado.
Esta edición queda para el recuerdo porque
demuestra el compromiso de sus organizadores. Nada detiene al teatro, a sus
promotores y, especialmente, a sus creadores. Por eso, el año que viene se cumplen
30 años de un festival que continua en pro de las artes escénicas venezolanas.
Funciones: 15, 16, 17, 18 y 19 de Noviembre de 2011 (Publicado en el Diario Tal Cual)
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