En el Teatro Chacao se presenta
el Teatro Negro de Praga con el espectáculo: Lo mejor del Teatro Negro de Praga, dirección artística de Vladimir
Kubicek, guión y dirección de Jiri Srnec, creador original de este grupo, y
dirección general de Jiri A. Srnec, hijo del anterior.
La agrupación usa la técnica de
la luz negra (o luz fluorescente) que hace que los objetos pintados de ciertos
colores resalten en la oscuridad. Esto permite que sobre un escenario con una
clásica caja negra (paredes y piso de color negro) y el uso de una iluminación
dirigida con precisión se cree la ilusión de objetos y personas que aparecen y
desaparecen de la nada o flotan sobre el escenario, además de otros efectos.
Este espectáculo concentra una
serie de escenas que se desarrollan con una estructura dramática básica que
parte de un planteamiento inicial, desarrollo de un conflicto simple y un
desenlace. Cada situación se desenvuelve con el estilo de la pantomima y alta
dosis de humor, además de efectos de sonido y música que también son
protagonistas.
El montaje como tal presenta once
rutinas que demuestran la magia que logra este tipo de teatro cuando es
conducido correctamente: La lavandera, Las maletas, Pierrot, El mago, El
violinista, El taxista, Las avestruces, El pescado, Los faroles, El fotógrafo y
El Caballo. Hay momentos que quedan guardados en la memoria pese a lo efímero
del teatro: prendas de vestir que pelean con espadas, una maleta que se come a
otra maleta y a dos hombres, una luna y varios paraguas que flotan y se
convierten en otros objetos, una mujer que desaparece siendo cubierta por un
sombrero gigante, un pañuelo que juega con su dueño, dos avestruces gigantes
que camina por la escena, dos faroles que danzan al ritmo de un hombre tomado,
una cámara fotográfica que cobra vida, una sirena que aparece y flota, y un
caballo hecho de telas y vasos que cabalga velozmente y se divierte con su amo.
La virtud de la dirección consiste
en controlar la relación entre los actores y manipuladores de objetos para
alcanzar la magia. El trabajo de los intérpretes sorprende por su versatilidad
al asumir solamente con la expresión corporal y gestos de la cara la creación
de un personaje. Sin embargo, la mayor sorpresa consiste en descubrir que ellos
mismos son los manipuladores entre sombras de los objetos de aparecen y
desaparecen en escena. La propuesta lumínica para este trabajo es lateral. La
luz se concentra en el gesto o personaje que debe verse para que no se pierda
la ilusión que se logra con los objetos que son manipulados en la oscuridad.
Este espectáculo es disfrutado
por niños, jóvenes y adultos por igual.
Función: 6 de Agosto de 2013
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