Shakespeare simplificado

En el Teatro Trasnocho, el grupo Skena presenta Hamlet, versión de Ugo Ulive de la obra de William Shakespeare, producción de Beatriz Mayz, Samantha González y Armando Álvarez, y dirección general de Armando Álvarez.

La historia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, que debe vengar el asesinato de su padre cometido por su tío es simplificada al máximo en correspondencia con los tiempos actuales de rapidez tecnológica, literatura digerible y banalización del arte.

La dirección propone una puesta en escena experimental con cierta estética expresionista que requiere mayor rigor en el manejo de los símbolos escénicos. Algunas imágenes son significantes como el uso de esculturas que reflejan el mecanismo de la ficción teatral o el aprovechamiento de tres trampas por donde los personajes y algunos elementos aparecen y desaparecen. Otras como el empleo de globos, cojines y de una caída de agua sucumben por su simpleza. Además, la representación requiere un ritmo más fluido y más fuerza en la escena del clímax.

El diseño de escenografía de Carlos Agell sustenta el estilo expresionista con una gran pintura rasgada en la que predomina el rojo y sillas inclinadas para mostrar la inestabilidad de los personajes. Esto es reforzado con el acertado diseño lumínico de Víctor Villavicencio y Valentina Sánchez.

El diseño de vestuario de Eva Ivanyi y Cape Grillet es una mezcla de referencias de época y estilos contemporáneos. Esto se percibe en la imagen inicial de los personajes pero se desdibuja en los atuendos de Claudio sin una línea definida y se rompe con el estilo de Ofelia que posee un espíritu casi infantil. Por su parte, la música original de Luis Alberto Vila, Gabriel Figueira y Rubén Gutiérrez intenta recalcar la búsqueda experimental con la presencia de la electrónica y del rock dentro de sus acordes.

Las actuaciones contrastan con la puesta en escena. La pretensión experimental no es comprendida por la mayoría del elenco que luce plano e incapaz de romper con la acostumbrada actuación realista. Basilio Álvarez como Hamlet se concentra en decir del texto con poca organicidad. Igual sucede con Juan Carlos Ogando como Polonio y, en especial, con Armando Cabrera que luce débil y poco convincente como Claudio. Fedora Freites captura la intención y energía de Ofelia mientras que en Gertrudis, su otro papel, es controlada y sensual. Vicente Peña como Horacio y Sócrates Serrano como Laertes están correctos. 

En definitiva, una propuesta cargada de símbolos que no se integran y que, en su mayoría, carecen del trasfondo necesario. Aparecen en escena y se digieren rápidamente sin mucho significado.

Función: 28 de Octubre de 2012

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