Noviciado musical venezolano

En la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, Escena Plus producciones, Showcenter e Interart presentaron el musical La novicia rebelde con producción ejecutiva de Luis Bravo, producción general de Claudia Salazar y dirección general de Vicente Albarracín. A partir de la música, letra y libreto original de The sound of music (El sonido de la música), la producción venezolana cuenta la historia de la novicia que fue enviada a trabajar como institutriz de siete hijos de un capitán de marina y encontró el amor.

La dirección general propone una adecuada puesta en escena que integra cada elemento, desplaza de forma lógica a los actores y crea una sorprendente composición de movimientos para los cambios de ambientación que suceden frente al público, junto a la eficaz dirección coreográfica de Luz Urdaneta.

Por su parte, el diseño de escenografía de Edwin Erminy sirve para diferenciar apropiadamente cada espacio de la acción con el uso de módulos que se trasladan de un lado a otro y se complementan con la tramoya. Sus colores en tonos pasteles ofrecen un fondo propicio para distinguir el vestuario diseñado por Raquel Ríos. Cada traje diferencia correctamente a cada personaje en su forma y empleo de la tonalidad. En cambio, el diseño de iluminación de Ángel Ancona luce tímido y plano para un musical.

La música es ya clásica dentro del género y, en este caso, mantiene la energía necesaria gracias a la dirección musical de Elisa Vegas y el acompañamiento de la Orquesta sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho.

Las actuaciones están equilibradas y correctas para representar a personajes claramente definidos dentro de la trama. Mariaca Semprún como María Rainer aprovecha al máximo sus dotes vocales y da el tono justo a la hora de manejar las intenciones. Rolando Padilla, Gustavo Rodríguez y Julio Alcázar son pertinentes en sus roles del Capitán Von Trapp, Max Detweiler y el mayordomo Franz, respectivamente. De igual manera, Fanny Arjona como la Baronesa Elsa Schraeder y Maritza Briceño como Frau Schmidt, el ama de llaves, se perciben acertadas. Se destaca Lucy Ferrero que ofrece una emotiva interpretación como la Madre superiora. El más débil de la función fue Lester Arias como Rolf Gruber que lució desconcentrado y sin los matices requeridos. Por otro lado, la historia no tuviera razón de ser sin los hijos del Capitán Von Trapp que brindan inocencia y veracidad con Natalia Román, Emily Caraballo y Cristian Quintana a la cabeza.

Con todo el esfuerzo y costos que implica la realización de una producción como esta, siempre se agradece la presencia de un musical en la cartelera teatral venezolana.

Función: 2 de Octubre de 2011

Dominación lúdica y divinidad actoral

Dominación: En el teatrino del Laboratorio Anna Julia Rojas, la agrupación Horus Teatro presentó El juego de Mariela Romero con producción ejecutiva de Orlando Alfonzo y dirección de Jaime Feliu Cervi. Como parte del ciclo aniversario “Se ve solamente lo que tú quieras ver, 5 años, 5 obras”, se presenta este montaje de un texto ya clásico para el teatro venezolano en el que dos mujeres de nombre Ana crean juegos de dominación y dependencia.

La dirección da la importancia a cada escena de juego, aunque el espacio no ayuda para ello. Hay situaciones que se pierden debido a la cercanía del público y al trabajo frontal de las actrices, además de no aprovechar el fondo del escenario.

Por otro lado, la estética no se acopla a las situaciones. El uso de retazos de tela y pinturas no adquiere mayor relevancia, así como el vestuario desaliñado. Solamente, la ambientación de hilos cruzados simboliza la imposibilidad de escapar.

En las actuaciones, Patricia Ramírez como Ana I ofrece buenos momentos de desenfado, aunque debe matizar mejor porque se percibe plana en su mayoría. En cambio, Stephania Nevado como Ana II matiza cabalmente sin perder la intención de su personaje.

Como se ve, un trabajo con altibajos de un grupo joven que poco a poco gana terreno en el panorama teatral.

Divinidad: En la sala Luis Peraza, sede del Taller Experimental de Teatro, se presentó Divino Pastor Góngora, producción mexicana de La Coperacha y El Arte de los Títeres A.C. con dramaturgia de Jaime Chabaud y dirección de Javier Serrano. El espectáculo es un unipersonal cuyo título alude al nombre de un actor ficticio de La Nueva España del siglo XVIII. Divino interpreta, narra y canta su vida y su arte mientras está encerrado en una mazmorra y en espera de ser ejecutado por llevar una vida licenciosa y, supuestamente, apoyar la independencia.

La dramaturgia maneja cabalmente el lenguaje de la época en las situaciones que presenta y que van aumentando en tensión. Cada situación posee un tiempo y espacio determinado que adquiere sentido con el ir y venir de las divagaciones del personaje, causadas por su destino inminente y en las que se utiliza la metateatralidad.

La dirección se encarga de remarcar cada acción dramática y equilibrar el paso de una a otra. Para ello, se apoya en el diseño de iluminación del mismo director y la música original y escenofonía de Rommel Winkler.

Por supuesto, todo esto no tendría sentido sin la comprometida interpretación de Héctor Caro que da el tono justo a cada situación y aprovecha al máximo cada rol que asume. Su expresión del cuerpo es maleable y su voz ofrece una amplia variedad de matices.

En definitiva, un admirable trabajo teatral.

Funciones: 23 y 25 de Septiembre de 2011, respectivamente

Que así sea la discriminación

En la Sala experimental del Celarg, la agrupación Teatro Forte presenta Amen del catalán Carlos Be con adaptación y dirección de Vladimir Vera. La discriminación y la homosexualidad son el punto de partida para hablar de la falsa fe de la iglesia católica, la violación de menores, la manipulación de los medios, la no aceptación de la realidad y el fusilamiento de Federico García Lorca.

El texto es una muestra de la dramaturgia europea contemporánea en la que se deja de lado el modelo clásico por la fragmentación y desestructuración de las acciones. Por esto, la representación causa una sensación de extrañeza. Las situaciones se presentan pero no se desarrollan, los conflictos se presentan pero no se solucionan, los planteamientos comienzan pero no concluyen. Claro, las situaciones, los conflictos y planteamientos giran en torno a un solo tema: la discriminación y la homosexualidad; un tema en desarrollo, que aun no tiene solución, que no ha concluido.

La dirección aprovecha esta forma vanguardista del texto para hacer evidente la teatralidad. Los actores deambulan por la escena mientras ejecutan un rol, se cambian de vestuario o apoyan lo que sucede con acciones, gestos, sonidos e imágenes corporales que remiten a pinturas famosas. El paso de una acción a otra, de un personaje a otro es patente. No se abandona la idea de que se está haciendo teatro y no se pierde la condición de actor.

En lo estético, este grupo posee un estilo en el que lo audiovisual apoya la escena y se usa un vestuario de elementos reciclados, de trozos de tela y de formas asimétricas. Este caso no es la excepción. Las imágenes que presentan sirven para reforzar las visiones sobre el tema discriminatorio y el vestuario refleja a cuatro personajes homosexuales que se encargan de representar todos los roles del texto. Además de la edición de video de Wilmer Martus y del diseño y elaboración de vestuario de Fedora Freites, la dirección de arte e iluminación de Gala Garrido Lozada complementa lo anterior con un contraste de luces y sombras.

Los actores presentan los personajes, más que sentirlos o interpretarlos. Fedora Freites, Yuruby Soto, Elvis Chaveinte y Paul Gámez transitan entre cada rol y, por ende, entre cada situación mostrando las emociones necesarias sin dejarse llevar por ellas, salvo en dos o tres momentos que lo requieren como el relato de una violación o el asesinato de García Lorca. Todos manejan bien el cuerpo y la voz.

Una advertencia al público: no encontrarse con el típico teatro y la extrañeza que se siente puede llevar a la aceptación o al rechazo, aunque ambos le conducirán a una reflexión sobre el tema.

Función: 18 de Septiembre de 2011

Teatro en la Isla de Margarita

Aunque la mayoría del teatro venezolano se concentra en la Zona Metropolitana de Caracas, es bueno conocer y valorar aquel que se realiza en otras partes del país. Así que, por diversas razones viajeras y familiares, considero importante hablar del teatro en la Isla de Margarita. Destino turístico nacional e internacional por excelencia, en Margarita se presentan con regularidad los espectáculos más exitosos que se realizan en Caracas y que incluyen en sus elencos a actores que, en su mayoría, han trabajado en la televisión venezolana. Sin embargo, voy a comentar del otro teatro, del teatro que nace y se presenta en la isla.

Un sitio que ha cobrado importancia dentro del movimiento cultural y, por ende, teatral es la Casa de la Cultura Pueblo de La Mar Ramón Vásquez Brito en Porlamar. Para el teatro, esta casa cuenta con la Sala Inocente Carreño. Junto a ella, se encuentran dos salas de exposiciones, una de usos múltiples, una de conferencias y un salón de ensayo. Con el auspicio de esta fundación, se está celebrando actualmente el Segundo Encuentro Escenas que rinde homenaje a una figura importante del teatro margariteño: José Salas. Las agrupaciones participantes son: Nuevo Elenco, Reflejos, Pequeño Teatro de Los Robles, El murmullo de las venas y Las Ruinas del Teatro.

Otro lugar conocido es el Pequeño Teatro de Los Robles que se encuentra en el sector al que debe su nombre. Además de servir como espacio de presentación, esta institución tiene su agrupación estable y ofrece talleres.

De igual manera, el Complejo Cultural Teatro Simón Bolívar de Juan Griego es un punto tradicional en la región insular. Aparte de organizar un festival de artes integradas y de tener varias agrupaciones dancísticas y teatrales como residentes; el Museo de Arte Moderno de Margarita, el Fondo Editorial Los ojos de la lechuza y el Centro Internacional de la Imagen forman parte del complejo.

Por otro lado, se encuentra el Centro de Artes Omar Carreño de La Asunción. Este centro es la sede del Instituto Autónomo de Cultura de la Gobernación de Nueva Esparta y posee una sala de conciertos, una galería y un espacio alternativo para las artes.

Como se ve, Margarita ofrece una variedad de espacios con programación cultural que puede complementar las consabidas actividades playeras y de consumo. Una parte importante de esa programación es el teatro que se crea en la isla por encima del que viaja de Caracas. Queda de parte de los turistas y habitantes equilibrar entre lo local y lo foráneo. Lo que es indiscutible es el necesario apoyo del Estado, sin embargo éste todavía tiene una gran deuda con el sector teatral venezolano.