En la Sala experimental del Celarg, la agrupación Teatro Forte presenta Amen del catalán Carlos Be con adaptación y dirección de Vladimir Vera. La discriminación y la homosexualidad son el punto de partida para hablar de la falsa fe de la iglesia católica, la violación de menores, la manipulación de los medios, la no aceptación de la realidad y el fusilamiento de Federico García Lorca.
El texto es una muestra de la dramaturgia europea contemporánea en la que se deja de lado el modelo clásico por la fragmentación y desestructuración de las acciones. Por esto, la representación causa una sensación de extrañeza. Las situaciones se presentan pero no se desarrollan, los conflictos se presentan pero no se solucionan, los planteamientos comienzan pero no concluyen. Claro, las situaciones, los conflictos y planteamientos giran en torno a un solo tema: la discriminación y la homosexualidad; un tema en desarrollo, que aun no tiene solución, que no ha concluido.
La dirección aprovecha esta forma vanguardista del texto para hacer evidente la teatralidad. Los actores deambulan por la escena mientras ejecutan un rol, se cambian de vestuario o apoyan lo que sucede con acciones, gestos, sonidos e imágenes corporales que remiten a pinturas famosas. El paso de una acción a otra, de un personaje a otro es patente. No se abandona la idea de que se está haciendo teatro y no se pierde la condición de actor.
En lo estético, este grupo posee un estilo en el que lo audiovisual apoya la escena y se usa un vestuario de elementos reciclados, de trozos de tela y de formas asimétricas. Este caso no es la excepción. Las imágenes que presentan sirven para reforzar las visiones sobre el tema discriminatorio y el vestuario refleja a cuatro personajes homosexuales que se encargan de representar todos los roles del texto. Además de la edición de video de Wilmer Martus y del diseño y elaboración de vestuario de Fedora Freites, la dirección de arte e iluminación de Gala Garrido Lozada complementa lo anterior con un contraste de luces y sombras.
Los actores presentan los personajes, más que sentirlos o interpretarlos. Fedora Freites, Yuruby Soto, Elvis Chaveinte y Paul Gámez transitan entre cada rol y, por ende, entre cada situación mostrando las emociones necesarias sin dejarse llevar por ellas, salvo en dos o tres momentos que lo requieren como el relato de una violación o el asesinato de García Lorca. Todos manejan bien el cuerpo y la voz.
Una advertencia al público: no encontrarse con el típico teatro y la extrañeza que se siente puede llevar a la aceptación o al rechazo, aunque ambos le conducirán a una reflexión sobre el tema.
Función: 18 de Septiembre de 2011
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