Del amor y su banalización

En el teatro de la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino, se presenta Un informe sobre la banalidad del amor del argentino Mario Diament, producida y dirigida por Luigi Sciamanna. La obra se inspira en la relación amorosa entre el filósofo alemán Martín Heidegger y su alumna de origen judío Hannah Arendt. A lo largo de cinco actos, Diament recrea hábilmente el nexo que, por más de 25 años, mantuvieron estos pensadores claves del siglo XX. El autor se mantiene en el terreno de la ficción, como aclara su nota del programa de mano, aunque a mi juicio construye un tratado verosímil acerca del pequeño universo que Heidegger y Arendt intentaron construir alrededor del ineludible mundo del Nazismo. La adhesión del filósofo a la ideas del Nacional Socialismo y su aparente rechazo a las raíces de la pensadora terminaron con el vínculo de admiración mutua que los unía, convirtiendo al amor en algo banal.

Como director, Sciamanna propone una estética simbolista que, gracias al diseño del espacio escénico de Carlos Agell, le facilita la representación de los diferentes lugares donde ocurren las acciones en cada acto. La iluminación de Manuel Troconis es la mayor debilidad de la puesta en escena debido a que abusa de las sombras por momentos y no propone nada durante el estatismo de los personajes, mientras que el vestuario de Raquel Ríos maneja pertinentemente la época y el paso del tiempo de los actos.

En las actuaciones, Sciamanna da vida a Heidegger con franqueza en sus matices vocales y soltura en la expresión corporal. Su gran logro consiste en la evolución del personaje desde la madurez hasta la vejez, lo que se aprecia en el arqueo de la espalda al principio y el progresivo encorvamiento al final. Mariaca Semprún interpreta a Arendt. Al inicio, ofrece una búsqueda de la verdad en la voz, sin embargo debe controlar los gestos porque parecen más de una mujer contemporánea que de una joven de los años 20 del siglo pasado; tanto en las poses que adopta de pie como en la forma de reaccionar con palmadas en las piernas cuando transmite el enfado. Pese a esto, logra equilibrar ambos aspectos en el cuarto acto cuando es inevitable la separación de los dos amantes, su mejor momento en intensidad y veracidad. No obstante, en el acto final, se percibe forzada como una Arendt de más edad, especialmente en su manejo vocal.

Para finalizar, considero necesario reflexionar en torno a la idea expresada por Heidegger que desestima las atrocidades cometidas por los seguidores de Hitler si éstas son realizadas para alcanzar un “bien mayor”. ¿Es tan fácil hacerse el ciego frente al desmoronamiento de un país?

Función: 26 de Febrero de 2011

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