Astucia y mitología

Astucia: En la Sala Cabrujas de la Fundación Cultural Chacao, se presenta el Grupo Teatral Emergente de Caracas con La maña, escrita por el argentino Damián Dreizik y dirigida por Jesús Delgado. La obra trata el tema de la reflexión, la necesidad y la supervivencia de un náufrago abandonado en una isla desierta. ¿Por qué un dramaturgo toca una historia desarrollada hasta el cansancio en la literatura y el cine? Pues, porque quiere usar el humor. Sin embargo, la dirección concentra su atención en la parte reflexiva y perturbadora de la soledad que elimina la originalidad del texto. No resaltar el evidente sentido humorístico, convierte este trabajo en un lugar común.

La ambientación minimalista es apropiada porque delimita a la acción en un círculo ubicado al final de un largo sobrepiso que representa al mar. La iluminación es pertinente pese al limitado equipamiento de la sala, pero es necesario evitar tantos “blackout” porque tienden a confundir el final de la representación. La actuación de Manuel Trotta mantiene un matiz plano para la mayoría de las situaciones, aunque logra apropiados momentos de intensidad que se refuerzan con la tensión y distensión del cuerpo.

En definitiva, el humor era necesario.

Mitología: En el Teatro Luis Peraza, el Taller Experimental de Teatro realiza el montaje de Yocasta, escrita por León Febres-Cordero y dirigida por Santiago Sánchez. La pieza recrea el mito de Eteocles y Polinices, hijos de Edipo, que murieron asesinándose entre ellos. Acompañados por su hermana Antígona, los hermanos en conflicto discurren acerca de si deben o no matarse nuevamente. Con una visión contemporánea, el autor mezcla tiempos y lugares para recalcar que el mito no cambia y que la humanidad está condenada a matarse una y otra vez, como estos hermanos, hasta que alguien reconozca el sufrimiento del otro.

La dirección apuesta, en su mayoría, al estatismo de los actores y emplea tres lámparas que ofrecen un efecto constante de luz y sombra. Además, propone una actuación contenida que limita los gestos y las emociones porque busca un sentido de la verdad a través de la interioridad. Solamente Alí Rondón como Eteocles parece comprender y manejar esta propuesta, mientras que Areani Rondón como Antígona orienta su interpretación a la tensión de sus manos y Oswaldo Maccio como Polinices se concentra en decir de forma correcta el texto. En lo estético, detalles como el sonido de la tarima cuando se camina sobre ella o el material y acabado de la cortina trasera podrían haberse armonizado con el estilo pulcro del sofá, las lámparas y el vestuario.

Si los mitos no cambian, ¿el teatro sí?

Funciones: 26 y 27 de Marzo de 2011, respectivamente

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