La Fundación Rajatabla con su programa de formación llamado Taller Nacional de Teatro (TNT) tiene varios años educando a jóvenes en el campo de la actuación, aunque muchos terminan desarrollándose también en otras áreas del quehacer teatral. Desde hace varias semanas, presenta en su sala: Plenilunio en la casa del dolor, montaje de graduación de su nueva cohorte, escrito y dirigido por José Domínguez. Esta propuesta, que fue estrenada el año pasado, es una versión para teatro de El maestro y Margarita de Mijaíl Bulgakov en el que se discurre sobre creer o no acerca de la existencia del mal. El mal es representado por Satán que, luego de burlar a un incrédulo de su existencia, ofrece a Margarita una manera de salvar al Maestro, el escritor al que ama y admira. La versión presenta un correcto desarrollo de la progresión dramática, aunque al principio se deja llevar más por el estilo narrativo de la novela para alcanzar mayor fuerza y teatralidad hacia el final. De la misma forma se desenvuelve la puesta en escena de Domínguez, que es muy comedida y precisa al principio, ofreciendo un ritmo lento que va en aumento y se desborda al final alcanzando su momento de más intensidad durante el encuentro de Margarita y Satán, lo que termina por convertirse en un ritual satánico a través del cual ella podrá recuperar a su amor. Para todo esto, se vale de un escenario brifontal con pocos elementos escénicos ubicados a los extremos y que permiten el desplazamiento de lado a lado de los actores, usa uno de los extremos como el lugar desde donde aparece el ocultismo que profesa Satán y aprovecha al máximo el espacio durante el ritual en el que consigue una energía dionisiaca en escena. Como montaje final de un programa de formación, el trabajo actoral está desnivelado. Destacan dos interpretaciones: Gabriel Agüero debido a que compone a Voland, el profesor de ciencias ocultas que en realidad es Satán, con una voz sutil que se acompaña de la actitud amanerada de su cuerpo, sin caer en el cliché, para ofrecer otra dimensión al personaje, y Elvis Chaveinte porque brinda el tono justo y sensato que debe poseer El Maestro. Margarita, interpretada por Yuri Pita, fue compuesta partiendo de la veracidad en las intenciones pero requiere de mayor intensidad. Jean Carlos Rodríguez, Karlina Fernández, Verlú Briceño, Álvaro Durán y Abilio Torres ofrecen actuaciones muy externas frente a lo que pueden representar sus personajes, además deben comprender que alzar la voz con fuerza no ofrece la intensidad necesaria si no se posee un contenido orgánico. Al contrario de Tatiana Mabó que luce segura y clara en sus intenciones durante su breve intervención, Emilshen Acevedo que demuestra un buen uso de la expresividad corporal pero debe mejorar su dicción y Jean Franco De Marchi que puede aprovechar más su vestuario, si bien se muestra pertinente en su desempeño vocal. Todos estos actores, acompañados los integrantes del segundo nivel y con un resaltante maquillaje para la corte de Satán, asumen personajes que permiten el desarrollo de la acción, en especial durante la escena que da título al montaje, cuando en una noche de luna llena es necesario dejarse llevar por la tentaciones del demonio en su casa del dolor.
Función: 8 de Febrero de 2009
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