Dramas para el oeste de Caracas

El Teatro San Martín de Caracas es prácticamente el único lugar de relevancia donde se presenta teatro en el Oeste de Caracas. Como ente productor de espectáculos y sede de la agrupación Textoteatro ha venido exhibiendo en su sala principal: 80 dientes, 4 metros y 200 kilos de Gustavo Ott. En la pieza, el monstruo de la culpa (al que refiere el título) persigue durante tres décadas a tres amigos que asesinaron y abandonaron a la hermana de uno de ellos, por lo que el destino al que temen desde jóvenes se cumple tiempo después como consecuencia del acto que cometieron. Ott estructura la acción en tres partes demostrando su habilidad dramatúrgica en las nueve escenas de la primera parte (como un juego de béisbol), tres escenas para la segunda y un clímax final donde los fantasmas del pasado vuelven de tal forma que no permiten identificación con el personaje principal cuando se relata su muerte. José Gregorio Martínez, David Villegas y Leonardo Gibbs encarnan con veracidad y firmeza a los tres amigos, apoyados por las cabales caracterizaciones de Carolina Torres y Rubén León que interpretan varios roles. La puesta en escena de Luis Domingo González aprovecha al máximo los elementos escenográficos para representar los diferentes lugares de la acción, lo que ofrece dinamismo y resuelve con certeza cada situación, además de emplear la música para ubicar cada época.
Función: 31 de Enero de 2009
En la Sala Textoteatro del mismo lugar, Pathmon producciones presenta una versión de La criadas de Jean Genet. La situaciones originales se mantienen, pero concentran la acción en casi una hora donde Clara y Soledad, dos sirvientas, representan un juego de dominación y resentimiento social cuando una se hace pasar por la Señora de la casa y otra por una de ellas mismas hasta el punto de confundir la apariencia con la realidad cuando la que se cree la Señora termina asesinada por la otra debido a la imposibilidad de matar a la verdadera. La versión se presenta muy ajustada y hacia el final no muestra la efectividad del principio porque la resolución del conflicto es muy abrupto y no cierra con el impacto que requiere. La dirección de José Gregorio Franquiz crea una interpretación expresionista en donde la emoción se exterioriza a través de amplios movimientos en la actuación, estética que se refleja en el diseño de vestuario y maquillaje de David Lovera pero que se rompe con la propuesta escenográfica surrealista de Iván Candeo, ya que reinterpreta alguno de los elementos que se requieren en escena, como un reloj que podría significar la relatividad del tiempo y coloca figuras bidimensionales de vestidos y una cómoda, al mismo tiempo que usa elementos reales como dos mesas, un juego de té y un teléfono. En la actuación, Maigualida Gamero logra con mayor propiedad las intenciones y fuerza que requiere Soledad contraria a Yohana Bello con una interpretación vocal de pocos matices y que podría ser de mayor intensidad para Clara. Franquiz asume el rol de la Señora que se desplaza en escena sobre zancos para simbolizar la opresión, si bien el gesto y voz que usa lucen externos. Este montaje propone otra visión del texto con algunas desavenencias que pueden retomar y una carga simbólica que se consigue hasta cierto punto.
Función: 1 de Febrero de 2009

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