Neurosis terapéutica

En el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, se presenta Más allá de la terapia, texto del norteamericano Christopher Durang, producción ejecutiva de Andrea Miartus y dirección de Luigi Sciamanna.

Esta comedia pone en escena una crítica ácida acerca de la terapia psicológica y de los terapeutas. Un hombre y una mujer se conocen gracias al anuncio de periódico que él publica y se conectan emocionalmente en sus necesidades y, en especial, en sus problemas psicológicos. Ambos asisten a consulta con dos terapeutas que parecen más locos que sus pacientes porque sufren tantas neurosis como ellos. Todo esto crea una trama humorística que refleja la locura de la sociedad urbana contemporánea y que se resuelve cuando los involucrados se dan cuenta que la solución está en sus manos y no en la terapia.

La dirección se concentra en la actuación como eje principal del montaje. Los espacios donde sucede la acción se resuelven con el uso de la iluminación y de la ambientación compuesta por dos sillas, una mesa y otros elementos que los mismos actores introducen y sacan de escena. Esto último aprovecha la revelación de la teatralidad que, además, se apoya en varias intervenciones que invitan al público a opinar sobre lo que sucede en escena. Por su parte, el vestuario de Ghislaine Latorraca ofrece un estilo a cada personaje y la selección musical apoya cabalmente a cada escena y refuerza su tono, gracias a las composiciones de Bixio, G. Gershwin, Mozart, A. Lloyd Weber y Barry White.

Las actuaciones se muestran equilibradas. Todos los intérpretes se perciben sinceros y manejan apropiadamente las intenciones de sus roles en correspondencia con su voz y corporalidad. Se destacan los trabajos de los protagonistas: Andrea Miartus como Prudencia y Paúl Gámez como Bruce, al que todos llaman Alfredo. Estos son secundados por Sheila Monterola como la Doctora Wallace y Alexander Solórzano como el Doctor Bracamonte. En el mismo nivel, se encuentran los trabajos de Jean Carlos Rodríguez como Bob y Juan Carlos Martínez como Andrés. Sin embargo, todo el elenco abusa en cierto punto de la improvisación para lograr la risa del público. Esto es innecesario si se comprende que el texto mantiene su progresión dramática y logra por sí solo la comedia. El uso de varias referencias a Venezuela y la actualización de otras es algo indispensable, pero muchas de las improvisaciones alargan la escena final, por ejemplo, y esto desdibuja un poco su intención.

En definitiva, un montaje que presenta varios niveles de neurosis en las relaciones humanas y demuestra que su control queda de parte de la persona que las experimenta.

Función: 2 de Diciembre de 2012

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