Beckett en proyecto

En diversos espacios del Ateneo de Caracas, se presentó Proyecto Beckett. Cinco directores jóvenes mostraron su visión en igual número de obras escritas por el Premio Nobel irlandés Samuel Beckett. A lo largo del recorrido, el público confronta algunos de los textos más simbólicos del autor en una propuesta que entra en los cánones del llamado teatro experimental.

El primer montaje apreciado fue Acto sin palabras, que refleja el control sobre el ser humano. La dirección de Luis Alberto Rosas hace evidente este control porque amarra al protagonista como una marioneta y coloca en escena a otro personaje, interpretado cabalmente por Fedora Freites, quien se encarga de dirigirlo con silbidos. Ambos se visten de “clown” para demostrar el ridículo en el que cae el personaje principal. La actuación de Yrwuins Escobar debe expresar mejor con el cuerpo la necesidad real de sus acciones. En definitiva, una correcta reinterpretación con algunos detalles. 

La segunda propuesta fue Aliento, dirigida por Daniel Dannery. La imaginación es puesta a prueba con las sensaciones que pueden producirse en un cuarto lleno de basura donde se oye primero una frase repetitiva, luego una escena de sexo y finalmente el llanto de un bebé. Cada espectador puede recrear la historia que desee a partir de la extrañeza que ocasiona este trabajo dirigido al inconsciente.

La tercera estación fue Monólogo, dirigido por Vladimir Vera. La joven Amanda Gómez que acompaña al público como guía coloca un video en el que las bocas de Gala Garrido y Naia Urresti nos leen, primero con desespero y luego con sensualidad, dos estados un ser humano que diserta sobre la muerte. En este trabajo se vislumbra con mayor claridad la carga simbólica de la dramaturgia del autor, aunque el desconcierto siempre está presente. 

El mejor trabajo fue Bajo el puente, con dirección de Morris Merentes. Varios pordioseros dicen poemas del autor mientras realizan acciones en un ambiente que refleja la vida del venezolano que vive en la calle. Esto se refuerza con el canto de tonadas de Simón Díaz. Las interpretaciones de Varinia Arraiz, Dayana Carmona, Mauro Costero, Jesús Javier Hernández y Christian Ponte poseen intensidad y veracidad.

Por último, la propuesta más débil fue No yo, dirigido por René Guerra. El sentido real del texto se pierde con el abuso de lo multimedia y una representación sin matices. Hay que saber reinterpretar el minimalismo que propone el autor. 

En conclusión, una vez más queda demostrado que la dramaturgia se adelanta en el tiempo. Los temas de la literatura de Beckett poseen una vigencia extraordinaria en la actualidad.

Función: 10 de Diciembre de 2011

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