Ritualidad y tragedia

En la Sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas se presenta ArteÚ con el montaje Señora de los ahogados del brasileño Nelson Rodríguez, bajo la producción general de Eliseo Pereira y la dirección de Costa Palamides. Esta agrupación está conformada por ex integrantes del Teatro Universitario de la UCV que ahora se dedican profesionalmente a la actuación. La pieza tiene como centro a una familia que se deja llevar por el odio, la envidia, la traición y la venganza como en una tragedia griega. Ésta ha quedado marcada desde el día de la boda de Eduarda y Misael, los padres que descubrirán las causas de sus acciones, los secretos de su hija Moema y las consecuencias para la vida de su hijo Paul, mientras son observados por los vecinos del lugar. La puesta en escena posee un carácter ritualista que se percibe desde el comienzo cuando dos actores en posición estática reciben al público con una postura que refiere a imágenes religiosas y luego se da inicio a la acción desde la primitiva forma teatral del círculo que se desarma para, en constante movimiento de lado a lado, aprovechar de la disposición bifrontal de la sala. Lo anterior se refuerza con el uso de la capoeria y la danza africana como técnicas para contar la historia y darle un estilo tradicional y mítico, al mismo tiempo, a las interpretaciones. Esto adquiere relevancia cuando los personajes se enfrentan y en el momento en que su pelea y muerte se resuelve simbólicamente. Cada personaje se delinea a través de la expresividad corporal y se desenvuelve hasta un nivel cada vez mayor de exteriorización por medio del cuerpo. El trabajo coral se muestra logrado y acoplado entre los actores para representar a los vecinos que rondan durante el desarrollo de la trama, lo que se observa en los textos que deben expresar en común y especialmente durante los cantos que realizan en portugués para reforzar la atmósfera de la propuesta escénica. Ésta se complementa con la ambientación en la que el piso y los bastidores son blancos, al igual que dos grandes telas que se utilizan y el vestuario con sus textiles ligeros, de esta forma la pureza que se le atribuye a este color contrasta con los desenfrenados conflictos de la pieza. Asimismo, el diseño de iluminación de Gerónimo Reyes fortalece el ambiente blancuzco y acentúa ciertas situaciones determinantes para la acción. En las actuaciones, Nakary Bazán como Eduarda y Carlos Maza como el Novio demuestran una coherencia clara entre voz y cuerpo, Dayana Caro como Moema saca provecho del personaje en las escenas más decisivas y Rogers Lombano como Paul ofrece el desempeño más convincente en todos los aspectos. Por su parte, Germán Manrique como Misael debe conectarse más con la propuesta actoral para dejar de lado una búsqueda naturalista en un personaje que logra por momentos y Alexandra López como Manuela podría dar mayor intensidad a su interpretación, además que ambos pueden cambiar la dureza de su cuerpo con el paso de las funciones. La pertinente participación especial de Nirma Prieto acompaña a esta joven agrupación que aparece en el contexto teatral venezolano de la mano de un productor que va ganando experiencia en su corta carrera y un director con varios montajes en su trayectoria.
Función: 8 de Abril de 2009

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