Apreciaciones sobre una muestra nacional (y II)

Concluyó la Primera Muestra Nacional de Artes Escénicas y Musicales, organizada por la Compañía Nacional de Teatro y el IAEM. Varias coproducciones realizadas con agrupaciones del interior del país continuaron presentando sus trabajos durante el mes de marzo. Teatro Quijotillo del Estado Sucre llevó a escena El médico a palos de Moliere. Esta comedia en la que un hombre acepta convertirse en médico al ser apaleado por lacayos aconsejados por su mujer se presentó en una versión del texto original que demostró la eficacia de éste aunque las interpretaciones del elenco se quedaban en la exteriorización de los personajes a través del cuerpo. La dirección de Hugo Arneodo equilibra de manera adecuada el desplazamiento y ritmo escénico con un diseño de escenografía y vestuario mal acabado, que no posee correspondencia estética entre ellos y lleno de algunos aspectos discordantes con la época que pretende reflejar. Esto sucede también debido a que los actores emplean máscaras propias de la “comedia del arte” y las actrices llevan un exagerado maquillaje decorativo. Teatro Manglares del Estado Delta Amacuro presentó Kaya y el guerrero Warao, escrita y dirigida por Darly Rivas. El montaje es un ejercicio parateatral que relata el amor que surgió entre una diosa que habita en el delta del río Orinoco y un hombre indígena, a pesar de la oposición de otras deidades. Se considera un ejercicio porque no constituye estructuralmente una obra de teatro, es decir, no está escrito como tal, además de que la representación se interesa más en el aspecto visual de los telones, el maquillaje corporal y la iluminación sin lograr unas actuaciones idóneas. Más allá del rescate y el valor de la mitología de los Waraos, el trabajo busca contar la historia sin mayores pretensiones. La Compañía Regional de Teatro de Portuguesa realizó el montaje de Titus Andronicus de William Shakespeare. El diseño de escenografía, vestuario, iluminación, musicalización y la dirección es de Armando Holzer, es decir, toda la visión estética del espectáculo recae sin miramientos en el director. Lo visto parece indicar que fue una mala función para los actores porque la organicidad, energía y matices de la interpretaciones se percibían técnicas y sobreactuadas, además de varios detalles que restan fuerza a la puesta en escena como emplear toda la escenografía al principio y luego ir usando partes de ella que se separan o suben, pero que perjudican el ritmo con cada cambio de escena o colocar la mesa del final en el centro del escenario, frente al público, cuando encima del módulo mayor del dispositivo permitía mejor visión. Otros detalles desfavorables lo constituyen la iluminación que se propone desde lo tenue u oscuro sin el uso de luces frontales que por momentos perturba la contemplación y la musicalización que no posee un estilo uniforme. El vestuario pretende un reflejo de la época romana hasta cierto punto con algunas evidentes propuestas de romper con ella sin mucha justificación. Una versión que recude el argumento para una función baja de ritmo y fuerza.
Para concluir, es necesario que el ente organizador supervise los montajes que se realicen en coproducción para una mejor calidad en los mismos y, por ende, de la muestra.
Funciones: 15, 19 y 30 de Marzo de 2009

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