La escena venezolana 2008 (I): Los espacios

Muy poco ha cambiado en cuanto los espacios dedicados a la representación teatral en el año que recién culmina. Uno de los mayores comentarios entre la comunidad de teatreros es la necesidad de mayor cantidad de salas debido a que las que existen no son suficientes para las diferentes propuestas, muchas de ellas están comprometidas desde el principio de año, otras ofrecen pocas semanas para una temporada teatral y si un montaje tiene éxito de público no se mantiene en cartelera por convenios con otros grupos. Esto último es relativo ya que algunas instituciones ofrecen sus mejores recintos al denominado teatro comercial que por la afluencia de espectadores logra temporadas de varios meses. El Ateneo de Caracas con sus tres salas se mantiene como sitio de referencia, pese a su destino incierto debido a la próxima culminación del contrato que en torno a la edificación tiene con el Estado Venezolano. Por otro lado, en sus alrededores sigue aumentando la inseguridad sin que la Alcaldía del Municipio Libertador haya tomado alguna acción. El Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) continúa adquiriendo importancia a pesar de las diferentes denuncias de censura hacia los trabajos que se presentan allí, el incumplimiento del contrato al bajar un montaje de cartelera por la supuesta poca asistencia de espectadores y el uso irresponsable de sus salas al suspender funciones de varios espectáculos porque los espacios deben usarse para otras actividades, algunas de ellas de índole político. Por su parte el Trasnocho Cultural mantiene su éxito con gran cantidad de público en su sala principal y una creciente notoriedad del Espacio Plural que ofreció diferentes productos de calidad. Las dos salas del Centro Cultural Corp Banca, el Teatro Escena 8 de Las Mercedes y el Teatro Luisela Díaz del Caracas Theater Club mantuvieron una variada oferta teatral durante todo el año. Así mismo la administración de la Sala José Ignacio Cabrujas de la Fundación Cultural Chacao mantiene su interés en posicionar este lugar y para ello ofrecieron diversas actividades. Un sitio que ha dado oportunidades a nuevas generaciones es el Teatrino del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, además de haberse visto un resurgimiento del uso de la Sala Juan Bautista Plaza de la Biblioteca Nacional, del Espacio 80 (perteneciente al Grupo Actoral 80) ubicado en el sótano de Parque Central y del Teatro César Rengifo de Petare. También continúan con su labor, el Teatro San Martín con su Sala principal y la Sala Textoteatro, aparte del Teatro Luis Peraza de los Chaguaramos, sede del Taller Experimental de Teatro, y con cada vez menos repercusión las tres salas de la Casa del Artista puesto que sus directores no apoyan cabalmente los trabajos que allí se presentan. El Teatro de la Asociación Cultural Humboldt y la Sala Río Teatro Caribe que se encuentran en San Bernardino han tenido programación teatral en el año, aunque la ubicación de ambos espacios limita la concurrencia. Contrariamente a la cantidad de salas nombradas, muy pocas se usan y otras no son exitosas por su ubicación o porque son desconocidas, siendo necesario crear nuevos espacios o rescatar aquellos tomados por sectas religiosas.

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