Bajo tierra

En la Sala Anna Julia Rojas de UNEARTE, la agrupación Río Teatro Caribe y Auyan Tepui producciones presentaron Bajo tierra, adaptación de la tetralogía del petróleo del César Rengifo, producción general de Jorge Rengifo, dirección y puesta en escena de Francisco Denis.

El texto es un compendio de las cuatro obras de Rengifo que tratan el tema de la Venezuela petrolera: Las mariposas de la oscuridad, El vendaval amarillo, El raudal de los muertos cansados y Las torres y el viento. Esta propuesta desarrollada dramatúrgicamente por Karin Valecillos toma la esencia de las historias y las vincula para mostrar el paso del país rural al petrolero, la visión limitada de la ruralidad, los efectos sociales, la viveza, el nuevo manejo del poder y la influencia cada vez mayor de la televisión en la vida de los ciudadanos. La versión apunta más a las consecuencias perjudiciales de la explotación del mineral que ha constituido la base de la economía del país durante casi 100 años.

La dirección articula cabalmente el desarrollo de las acciones, aunque tengo la impresión que el ritmo del montaje no se ha logrado todavía y debe integrarse mejor el paso de una escena a otra. En el sentido estético, la propuesta maneja un claro sentido simbolista y de revelación de la teatralidad con la escenografía y el vestuario de Rafael Sequera. La ambientación distribuye cada espacio de las tramas que se entrelazan y se conectan al igual que lo hacen las divisiones sobre el escenario. Al fondo, un gran tendedero deja ver los vestuarios que cuelgan y que los actores usan para interpretar cada rol. La forma en que están construidas las paredes con maderas verticales separadas entre sí permite apreciar los desplazamientos, cambios de ropa y uso de elementos escénicos.

En las actuaciones, los intérpretes asumen varios personajes. En este sentido, se destacan aquellos que muestran la capacidad de transmitir la esencia de cada rol con Verónica Arellano a la cabeza, secundada por Jesús Carreño y Luis Domingo González. Así mismo Zair Mora y Anthony Castillo ofrecen franqueza y buen manejo de los matices de en sus interpretaciones. Por último, Gladys Prince se percibe más externa y con una intensidad que, por momentos, no se vincula con los roles que interpreta.

El petróleo que ha sido la base para el desarrollo del país tiene su contraparte si los dirigentes despilfarran el dinero que genera, si éste no se utiliza bien en la educación de sus habitantes, si no se usa para producir una televisión pública de calidad, si no se emplea para reforzar otra áreas económicas. Este es el drama de la Venezuela que vive con lo que se extrae bajo tierra.

Función: 18 de mayo de 2013

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