Encuentros y desencuentros

Encuentro: En varias salas de Caracas se realizó el Encuentro Teatral para la Juventud y por la Integración organizado por el IAEM (Instituto de la Artes Escénicas y Musicales) que pertenece al Ministerio de la Cultura. De los grupos provenientes de varios países, pude apreciar tres montajes con diferentes niveles de creación. El grupo de teatro La Candelaria de Colombia presentó De caos & deca caos, un trabajo de creación colectiva en el que critican a la clase burguesa desarrollando pequeñas historias en diez escenas, si bien cuatro en ellas se quedan en lo externo y evidente sin profundizar en los conflictos que plantean. El grupo Justo Rufino Garay de Nicaragua y el Teatro de los Andes de Bolivia trajeron dos obras relacionadas con la violencia de género y sus consecuencias en los hijos. De Nicaragua, Sopa de muñecas plantea una puesta en escena expresionista muy bien lograda en movimiento e iluminación, aunque las actuaciones se observan sobreactuadas y poco orgánicas. De Bolivia, ¿Te duele? demuestra la trayectoria de su director César Brie que sabe concatenar actuación, puesta en escena, iluminación y escenografía. Estos encuentros adolecen de una verdadera campaña de difusión que permita abarrotar las salas en cada una de las funciones, como siempre sucede cuando este ministerio organiza congresos, convenciones o reuniones en cualquier ámbito de la cultura y solo unos pocos asisten.
Funciones: 18, 19 y 20 de Noviembre de 2008
Desencuentro: La compañía teatral Prometeo viene presentando en la Sala Experimental del CELARG el montaje de Rosa de dos aromas, original del mexicano Emilio Carballido, con producción general y dirección de Noel de la Cruz. El argumento de esta pieza se refiere a dos mujeres que coinciden en una sala de espera para encontrarse con su esposo preso, el cual resulta ser el mismo hombre. De esta forma, luego de una serie de desencuentros deciden unir fuerzas para sacarlo de la cárcel, aunque al final opten por su beneficio personal y como venganza para todas aquellas mujeres que ha sido traicionadas por sus parejas. De la Cruz resuelve cada escena con pocos elementos y apela a la imaginación del espectador para recrear cada uno de los espacios en donde se desarrolla la acción. Con dos sillas y dos mesas como instrumentos principales logra representar la sala de espera, un apartamento, una cafetería y una peluquería, apoyándose en su preciso diseño de iluminación y demostrando que las convenciones teatrales se imponen a un excesivo e innecesario realismo en la escena. Por otro lado, este director guía sabiamente a sus actrices hacia la organicidad, manejo de intenciones y composición pertinente de sus personajes. Sin embargo, el mayor logro lo alcanza Mariana Gil como Marlene, que vocal y corporalmente refleja el maquillaje y vestuario extravagante con el que se propone el personaje. Gabriela, la mujer legal, (personaje que asume también Marianella Oviedo) fue interpretada por Danique Weil quien sortea varios problemas de dicción y de manejo del ritmo escénico. Para ella no fue una buena función. En el ambiente teatral venezolano se ha hecho presente cada vez más estas obras de pequeño formato que muchas veces dicen más que otras producciones con presupuestos holgados pero vacías en contenido.
Función: 22 de Noviembre de 2008

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