Dentro de la primera muestra del concurso de dramaturgia nacional, el grupo Rajatabla estrenó El peligroso encanto de la ociosidad de Gilberto Pinto, creador homenajeado con esta muestra. Esta agrupación da cabida a nuevas creaciones dramáticas de autores venezolanos, produciendo a lo largo del año cuatro piezas seleccionadas. El montaje dirigido por Germán Mendieta, que se presenta en la sala Rajatabla ubicada al lado del Ateneo de Caracas, está cargado del sentimiento de las décadas de los sesenta, setenta e incluso ochenta demostrando cómo la influencia extranjera y el intercambio cultural afecta a los jóvenes que no han conseguido un norte en su vida y viven en la búsqueda de un espacio donde sentirse seguros, mientras intentan sobrellevar el ocio que los agobia. El argumento trata de un grupo de hermanos y primos que viven sin futuro, ingeniando nuevas maneras de evadir la ociosidad, por lo que se graban, drogan, bailan, tienen relaciones sexuales entre ellos, es decir pasan por cada uno de los pecados capitales como sugiere el montaje, hasta el punto de crear una especie de secta que asesina a personas consideradas perjudiciales para la sociedad sin ninguna justificación moral, política o social más que el simple hecho de pasar el tiempo. De escena a escena, estos jóvenes de alta sociedad pasan de una situación a otra, lo que podría presentarse reiterativo debido a que parece una simple sucesión de momentos, no obstante esto finalmente adquiere sentido cuando el grupo trata de incluir dentro de su propósitos a aquel que siempre se ha mostrado crítico de las posiciones asumidas a pesar de participar en casi todas las prácticas que realizan. La interesante propuesta escénica es un largo pasillo con espectadores a ambos lados, una especie de sótano en el que una trampa colocada en el techo permite bajar y subir una escalera por donde sale y se refugia Yimmy cuando no está de acuerdo con algo, mientras Belkis, Flor, Ester, Carlos y Aurelio juegan a grabarse al mismo tiempo que las imágenes son proyectadas en una pantalla colocada a un lado o se trepan a un andamio donde diapositivas pasan una y otra vez como pasa la vida de ellos, lo audiovisual como icono claro de la influencia juvenil que se observa en la asociación con imágenes cinematográficas como Naranja mecánica de Kubrick, acompañados de una selección musical que se pasea por el fenómeno contracultural de origen norteamericano. Gabriel Agüero, Elvis Chaveinte, Carolina Gentile y Rossana Hernández se presentan más delineados en el tono e intención de los personajes, sin embargo (aquí incluyo todo el grupo) considero que falta todavía un verdadero entendimiento del peso de la contracultura en el texto y los símbolos de la propuesta de dirección que permita una verdadera ilación entre escena y escena en beneficio del desarrollo de los personajes. Los jóvenes en la actualidad no escapan del espíritu que se percibe en la pieza, por eso se observan hiphoperos, emos, góticos, rockeros, tukis, homosexuales y cualquier cantidad de tribus urbanas conformadas por individuos que se interrelacionan para no sentirse solos, con ánimos de burlar la ociosidad o de hacerle frente en grupo, muchas veces con consecuencias inesperadas.
Función: 31 de Enero de 2008
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