En la Sala Experimental del Centro Cultural BOD, el Grupo Teatral Emergente de Caracas presenta Vestuario de hombres, texto del argentino Javier Daulte, producción y dirección de Jesús Delgado.
Un equipo venezolano de lacrosse se dispone a disputar la final de un campeonato en Turquía. Los jugadores y el entrenador del equipo desean ganar a toda costa sin importar lo que tengan que hacer para lograrlo ni las consecuencias. Con esta premisa, se presenta un texto que podría clasificarse como drama con momentos de comedia. Daulte estructura la pieza en dos cuadros: antes y después del partido, para reflejar temas comunes de una sociedad latinoamericana que parece estar en permanente crisis: la traición de las convicciones, la importancia del poder por encima de los méritos, la necesidad del éxito y la capacidad de sentirse orgulloso al conseguirlo aunque sea de la manera más corrupta posible. De igual manera, muestra tópicos incómodos del deporte: la discriminación sexual y el dopaje.
Apoyado en una conveniente adaptación de la obra a la realidad venezolana, la puesta en escena mantiene un buen ritmo. Las entradas, salidas y distribución de los personajes están estructuradas de forma apropiada para presentar las situaciones que se desarrollan en el vestuario. Esto demuestra una habilidad excepcional por parte de la dirección. Sin embargo, el mayor acierto consiste en manejar un tono realista, casi naturalista, de las actuaciones que se percibe también a la hora de representar sin prejuicios los momentos de cambio de ropa y el baño de los personajes. El diseño y realización de escenografía de Marcos Chocrón complementa lo anterior a la hora de representar idóneamente el vestidor de un equipo deportivo y la propuesta de vestuario está ajustada en términos del realismo.
El trabajo actoral se percibe correcto en el manejo de la organicidad de la interpretación. Se destacan Slavko Sorman como Gabriel, Mohammed Alkhaldi como Mehmet, Gabbo Estévez como Martín, Jesús Hernández como Sánchez, César Augusto Roa como Pedro y Pedro cambas como Sebastián, quiénes logran una labor verosímil, secundados por la franqueza de Guillermo Londoño como Ramírez, Daniel Torres como Hernancito, Marcos Chocrón como César y Alejandro Caballero como Luisito.
Para concluir, esta agrupación logra un montaje bien acoplado en sus elementos, enmarcado en un texto de apariencia cómica que impacta por la violencia y significación de su final ¿Será que el latinoamericano se regodea en la mediocridad? ¿Somos tan engreídos que no reconocemos nuestros errores y aplastamos al contendiente que vencemos?
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