Con Cuentos de guerra para dormir en paz, original de Karin Valecillos, el grupo Tumbarrancho teatro irrumpe en la escena ofreciendo un emotivo espectáculo que se presenta en los Espacios cálidos del Ateneo de Caracas. La propuesta dramatúrgica incluye cuatro obras cortas que tienen como premisa central las consecuencias de la guerra y acercarse a ella desde la mirada de sus víctimas. En la primera pieza llamada Grita Kassandra, dos mujeres de Yugoslavia se reúnen durante la guerra para contarse los capítulos de una telenovela venezolana, aunque el destino es lo que las une. Soraya Acosta y Patrizia Fusco logran conectar al público con el drama de estos personajes, debido a que transmiten el miedo, la incomprensión, el escape que les permite la ilusión de un programa televisivo y, especialmente, el desconsuelo que acarrea la guerra. Un chiste de Las Malvinas refleja las repercusiones de la guerra en la vida de sus veteranos. Julián y Martín, interpretados cabalmente por Giovanny García y Rober Calzadilla, respectivamente, ven como sus amigos y compañeros de batalla se han ido suicidando poco a poco, mientras la sociedad nunca les agradecerá haber luchado en una guerra sin sentido. El empleo del acento argentino y de un necesario realismo en la interpretación hace que alcancen el cometido de la pieza. La comedia se hace presente en El medio oriente es de Carúpano para allá, donde Modesta y Guaché creen que la Guerra del Golfo sucede en su pedazo del oriente venezolano. Así, en medio de la confusión, se puede comprender que por muy alejado que se esté del conflicto bélico, afecta de la misma manera. La hilaridad de las situaciones se consigue gracias a que Indira Jiménez y Jesús Carreño se valen de la manera de hablar propia de esa región del país y una bien manejada expresividad corporal. Por último, Madrake Copperfield, hijo de Houdini trata el tema de los desplazados colombianos que buscan mejores condiciones de vida en Venezuela, si bien no pueden olvidar su origen y sienten que los conflictos originados por la guerrilla no les ha permitido vivir como ellos desean. A través de la magia, Mandrake desea que su esposa Narda pueda evadir la depresiva realidad, pero siempre será un sueño. Giovanny García e Indira Jiménez dan vida con propiedad a estos personajes y hacen que el final de todo el espectáculo sea conmovedor. Acompaña a las cuatro piezas El brillo, un video proyectado a mitad del espectáculo, en el que dos seres humanos parecen dedicarse a recoger cadáveres en un lugar destruido, sin embargo su ritmo lento y falta de una historia sólida rompe con la propuesta . La atinada dirección de Jesús Carreño se concentra en el trabajo actoral y en los desplazamientos escénicos necesarios para resolver cada una de las circunstancias de las cuatro piezas. La música original de Abiram Brizuela crea diversas atmósferas, principalmente cuando acompaña a los actores en el decir del texto, además que - al ser ejecutada en vivo - se adapta al ritmo escénico en cada representación. Una sencilla producción, a cargo de Patrizia Fusco, presenta un montaje con pocos elementos escenográficos y un vestuario de carácter realista que se muestra acorde con los planteamientos de dirección.
Función: 13 de Julio de 2008