La agrupación Teatro Forte presenta Goya del español Rodrigo García con dirección de Vladimir Vera. La dirección cambia el sexo original del personaje para que sea una mujer cercana a los 40 años, símbolo de la Latinoamérica matriarcal, la que desea que sus hijos conozcan la pintura de Goya en vez de ir a un parque temático de Disney y, por eso, comparte una noche de droga, alcohol y comida española junto a ellos y a un filósofo alemán de moda.
La puesta en escena es quizás la más comedida y convencional que le he visto a este director frente a sus dos últimos trabajos realizados. Resuelve la discusión entre la madre y sus hijos con desplazamientos laterales sobre el escenario y hace que el personaje reflexione bordeando al público. Su propuesta más clara se percibe cuando la mujer va despojándose poco a poco de su abigarrado atuendo para revelarse como es en realidad. El trabajo actoral lo realiza Fedora Freites cuya interpretación fluye con el manejo del tono y la intensidad necesaria, luego de librarse de varias tensiones iniciales.
A lo largo del monólogo, se presentan declaraciones en video en las que varias personalidades ofrecen puntos de vista discordantes, jocosos o reflexivos en torno a Goya y su pintura. El contraste de estas participaciones con lo que plantea la pieza amplía las lecturas del contenido. Estos videos fueron apropiadamente intervenidos por Salomón Eidelman para no romper con la estética del montaje. Por su parte, la musicalización de Valeria García complementa y refuerza la atmósfera de la escena.
Este trabajo se presentaría en la Sala José Ignacio Cabrujas de la Fundación cultural Chacao pero la agrupación decidió suspender la temporada debido a la censura impuesta por la Dirección Artística de la institución. La causa de la censura fue la ambientación de la sala con una exposición de imágenes de desnudos masculinos tomadas por el reconocido fotógrafo y artista plástico Nelson Garrido. Al parecer la continuidad de la temporada estaba supeditada al retiro de las fotografías, algo que el grupo no aceptó. El arte no negocia.
La obra es una crítica a la sociedad alienada que se deja influir por el consumismo y, sobre todo, a aquellas personas que poseen un desconocimiento del significado real del arte y de la reflexión de lo contemporáneo pero pretenden demostrar que sí. Irónicamente, este último planteamiento refleja el sentido de la posición asumida por dicha dirección artística en un país que limita cada vez más los espacios al arte y, especialmente, al teatro.
Ahora, el montaje podrá disfrutarse sin censura en la Organización Nelson Garrido (ONG) de Las Acacias.
Función: 20 de Mayo de 2011