Cada año parece aumentar la disponibilidad de espacios para el teatro en la Zona Metropolitana de Caracas como lugar de mayor oferta teatral del país.
El espacio más interesante ha sido “La caja de fósforos” porque se ha convertido en un sitio para la experimentación. En él se programaron una serie de propuestas novedosas como el Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense que incluyó la apertura de “El dedal”, una sala que solo funcionó durante el evento y que espero que se mantenga activa. La calidad de los montajes que realizaron consiguió a una audiencia cautiva.
Los espacios del ámbito privado mantuvo el estilo de su programación. El Centro Cultural BOD, Escena 8, Premium, Trasnocho Cultural, Teatrex (El Hatillo y el Bosque), Teatro Santa Fe y Urban Cuplé tienen su público ganado. Sin embargo, el Espacio Plural del Trasnocho, la Sala Experimental del BOD, la sala Experimental de Santa Fe y los dos eventos de “Microteatro” de Urban Cuplé abrieron sus puertas a todo tipo de creadores que rompieron con las obras que allí se presentan. Nos obstante, como comenté hace algunos meses, la crisis económica del país ha llevado al aumento de los precios y, con ello, el público ha tenido que ser selectivo acerca de lo que está dispuesto a pagar para entretenerse.
En contraparte, los sitios subsidiados por el Estado tuvieron una oferta más limitada y de una calidad menor en su selección, salvo el Teatro Bolívar. Este nuevo espacio se convirtió en un referente dentro del llamado “Circuito Teatral de Caracas” porque en él se presentaron agrupaciones de diversa índole que contaron con un buen número de asistentes. Como se ha hecho tradicional, todos los espacios del circuito fueron aprovechados al máximo en el Festival de Teatro de Caracas. Por su parte, el CELARG con tres salas y el Teatro Alberto de Paz y Mateos siguen siendo una tarea inconclusa. En ambos, ha bajado la afluencia de público y nadie ha hecho nada para resolverlo.
Este año, el Teatro Chacao y la Sala José Ignacio Cabrujas, ambos en el Municipio Chacao, el Teatro César Rengifo (Municipio Sucre), la Sala María Teresa Castillo del Ateneo de Caracas, el Teatro de la Asociación Cultural Humboldt, Teatro Luis Peraza y la sala Río Teatro Caribe tuvieron un perfil bajo, al igual que el empleo los bares y salones de hoteles y restaurantes.
La asistencia de los espectadores a espacios no tradicionales, a nuevas propuestas y a presentaciones de nuevas agrupaciones demuestra que quizás están cansados del estilo de los montajes que tradicionalmente se programan. Si el espectador recibe calidad, estoy seguro que está dispuesto a pagar por ella.
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