Una variedad de eventos y propuestas
del año que culmina son importantes de recordar. Para comenzar, FUNDARTE, ente
cultural de la Alcaldía del Municipio Libertador, y la Gobernación del Distrito
Capital organizaron la segunda edición del Festival de Teatro de Caracas. Una
amplia oferta de espectáculos del todo el país se presentaron en la salas del
Circuito Teatral de Caracas hasta que todo fue suspendido debido al duelo
nacional que todos conocemos. El festival del año que viene será de mayor
envergadura con la presencia de grupos internacionales porque se estableció un
convenio con el Festival de Teatro de Bogotá.Por su parte, el Ateneo de Caracas
sacó adelante nuevamente el Festival Internacional de teatro. Su cartelera
estuvo más limitada que el año anterior, si bien se pudieron apreciar buenos
trabajos de las agrupaciones: La Zaranda de España y Timbre 4 de Argentina,
junto a las coreografías de EDX2 de la República de Corea.
Como comenté en la columna dedicada a los espacios, la creación de la “Caja de fósforos” en la Concha acústica de Bello Monte fue importante. Su propuesta de presentar textos de autores venezolanos contemporáneos y escoger directores noveles representó un gran acierto. Además, permitieron al público compartir el proceso de creación del montaje: Celebración. Los interesados debían pagar una cantidad de dinero para vivir la experiencia completa. Este tipo de experimentos son pocos frecuentes en una Venezuela donde los colectivos son celosos de exponer sus visiones a los demás.
Un evento dedicado a apoyar a los grupos de poca trayectoria como lo es el Festival Teatral de Autor tuvo como temática principal a tres dramaturgos venezolanos: José Gabriel Núñez, Johnny Gavlovski y Rubén León. Asimismo, en el interior del país, se mantienen los Festivales de Teatro de Occidente y de Oriente gracias al esfuerzo de sus organizadores, mientras que el Encuentro Internacional de Teatro “Arribando al Puerto de Maracaibo” va adquiriendo mayor resonancia luego de su tercera edición, que contó con la presencia de un nutrido grupo de invitados internacionales. De igual forma, “Por el medio de la calle”, que organiza Cultura Chacao, sirvió de vitrina para propuestas parateatrales que amplían la opciones para los espectadores, aunque se celebre una vez al año.
Por último, no puedo dejar de comentar el amplio aporte que realizó el Centro Nacional de Teatro a diversos colectivos nacionales. Esta acción, junto a las ya tradicionales coproducciones, constituyen las políticas culturales del Estado en torno al teatro.
En espera de ver qué nos depara el año 2014.
Como comenté en la columna dedicada a los espacios, la creación de la “Caja de fósforos” en la Concha acústica de Bello Monte fue importante. Su propuesta de presentar textos de autores venezolanos contemporáneos y escoger directores noveles representó un gran acierto. Además, permitieron al público compartir el proceso de creación del montaje: Celebración. Los interesados debían pagar una cantidad de dinero para vivir la experiencia completa. Este tipo de experimentos son pocos frecuentes en una Venezuela donde los colectivos son celosos de exponer sus visiones a los demás.
Un evento dedicado a apoyar a los grupos de poca trayectoria como lo es el Festival Teatral de Autor tuvo como temática principal a tres dramaturgos venezolanos: José Gabriel Núñez, Johnny Gavlovski y Rubén León. Asimismo, en el interior del país, se mantienen los Festivales de Teatro de Occidente y de Oriente gracias al esfuerzo de sus organizadores, mientras que el Encuentro Internacional de Teatro “Arribando al Puerto de Maracaibo” va adquiriendo mayor resonancia luego de su tercera edición, que contó con la presencia de un nutrido grupo de invitados internacionales. De igual forma, “Por el medio de la calle”, que organiza Cultura Chacao, sirvió de vitrina para propuestas parateatrales que amplían la opciones para los espectadores, aunque se celebre una vez al año.
Por último, no puedo dejar de comentar el amplio aporte que realizó el Centro Nacional de Teatro a diversos colectivos nacionales. Esta acción, junto a las ya tradicionales coproducciones, constituyen las políticas culturales del Estado en torno al teatro.
En espera de ver qué nos depara el año 2014.
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