La Caja de Fósforos
continúa presentando una programación atractiva que ha posicionado el espacio
como una alternativa en la cartelera teatral caraqueña. En esta oportunidad,
Hebu Teatro lleva a escena: Celebración,
adaptado para teatro por David Eldridge a partir del guión de Thomas Vinterberg,
Mongens Rukov y Bo Hr. Hansen, producción ejecutiva y dirección de Diana Volpe.
Una familia
pudiente se reúne para celebrar los 60 años del padre. Su esposa, sus tres
hijos, hermano, la esposa de uno de los hijos, el novio de la hija y sus
empleados comparten una cena después del suicidio de una hija. El evento será
aprovechado por un hijo para revelar el secreto que pretende honrar la memoria
de su hermana gemela muerta y mostrar la causa que la llevó a cometer la acción.
En la puesta en
escena, la propuesta se orienta hacia la estética simbólica. Los espacios donde
ocurre la acción son sugeridos por el diseño escenográfico de Rodolfo Agrella.
Al principio, varias telas blancas cubren un andamio que es usado para reflejar
los cuartos de los hijos, luego una gran mesa y sillas recubiertas con telas y
papel blanco, junto a una lámpara de techo también recubierta, ubican el salón
donde se desarrolla la mayor parte del argumento. El exceso del impoluto blanco
contrasta con la historia familiar manchada por el secreto que el hijo revela,
todo se cubre para intentar esconder una verdad que surge a pesar de los
intentos por hacerla a un lado.
En la
interpretación, el montaje es hiperrealista. Los actores viven con profunda
verdad a los personajes. El mayor peso lo lleva Gabriel Agüero como Christian,
ofreciendo un trabajo sutil e intenso por momentos, real y bien acoplado en
todo sentido. Es secundado, por Rossana Hernández como Helena, quien se muestra
franca y plena de emociones en cada escena, y Elvis Chaveinte como Michael, con
un amplio registro de matices en un rol explosivo. Djamil Jassir como Helge, el
padre, y Citlalli Godoy como Elsa, la madre, aprovechan la gestualidad y la
precisión de las intenciones para componer a los personajes. Se destaca Matilda
Corral como Paula, por manejar adecuadamente el rol que baja la tensión de la
escena. Las demás interpretaciones son cabales: Nakary Bazán como Mayte, Layla
Vargas como Pía, Giovanny García como Kin, Julio César Marcano como Lars,
Germán Manrique como Víctor y Ángel Pájaro como Gbatokai y Antonio Ruiz como el
Tío.
En fin, un montaje
donde lo terrible de la situación que se plantea se vive en la piel, ¿qué
celebra una familia tan arruinada moralmente? Pero, se disfruta por la calidad
de la producción colectiva, las actuaciones y la dirección.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario