En el Espacio Plural del Trasnocho Cultural se presenta en horario vespertino, los Sábados y Domingos, la agrupación Tumbarrancho Teatro con 29/10/88 de Karin Valecillos, dirigida por Jesús Carreño. A manera de teatro documental, el texto se ubica dentro de la investigación y recreación de la denominada “Masacre del Amparo”, en la que dos habitantes de ese pueblo, ubicado en el Estado Apure, sobrevivieron al asesinato de varios pescadores en el Caño la Colorada. Para la Fuerza Armada fue una operación en contra de un supuesto grupo subversivo, pero los dos hombres que escaparon revelaron al país lo que ellos vivieron.
Con mucha sutileza, la acción dramática pasa de una situación a otra para ir tejiendo los momentos previos, adentrarse dentro del imaginario llanero, presentar el momento del escape de los dos sobrevivientes, desmenuzar poco a poco las causas del suceso y sus consecuencias para un pueblo desconocido, hasta ese momento, por el resto de los venezolanos.
La puesta en escena se enmarca dentro del simbolismo en la ambientación que se complementa con el naturalismo de la propuesta actoral. El desenvolvimiento de los actores está delimitado con tres gigantografías como fondo y piso del espacio de representación que, difuminadas digitalmente, evocan el paisaje llanero. Este trabajo de imágenes, realizado por Carlos Riera, determina claramente la estética simbolista que se desarrolla en cada escena con la entrada y salida de los personajes, además del empleo de dos típicas sillas del llano para definir diversos lugares donde sucede la acción dramática. El empleo de videos con extractos de noticieros y entrevistas a los verdaderos protagonistas trae el peso de la realidad a la escena y sirve de enlace para dos momentos importantes de la historia.
El eficaz diseño de iluminación de Alfredo Caldera propone contrastes de luces y sombras que circunscriben a los actores en la escena, de resto la luz se enmarca dentro de la sutilidad del accionar y de la interpretación. Además, se experimenta con el uso de linternas para acentuar la perturbación y angustia de los personajes. No puedo dejar de mencionar la cabal dirección de arte de Omar Borges que logra integrar la ambientación con el vestuario.
En las actuaciones, la moderación en los matices y en la expresividad corporal de los personajes se corresponde con el estilo de la pieza. A la cabeza, Robert Calzadilla y Giovanny García se perciben ajustados, intensos y emocionalmente comprometidos en su roles de Pinilla y Chumba, respectivamente. Israel Moreno como Tovar Araque ofrece naturalidad y veracidad, al igual que Vicente Peña profundiza en las intenciones de Hilario. José Manuel Vidal brinda una enérgica interpretación como José Indalecio, si bien puede cuidar un poco la dicción frente al tono llanero. Jesús Carreño posee un sentido claro de la simbología de su papel como La Autoridad que se evidencia con su cara deformada debido a un elemento que la cubre. Finalmente, Nathalia Paolini asume pertinentemente las emociones de La Rubita.
Este oportuno montaje sirve para recordar otros casos de injusticia que han sucedido en el país, de vieja o de reciente data, aparte de la necesidad de luchar para no sentir que se vive desamparado.
Función: 22 de Agosto de 2009
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