El Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, que está ubicado en la Avenida México, es una institución que por más de 30 años se ha dedicado a la formación de nuevos talentos para el arte escénico. Fundado por Horacio Peterson, Esteban Herrera y Anna Julia Rojas, con la dirección actual de Carmen Jiménez ha abierto sus espacios para ensayos de distintos grupos, conferencias, lecturas dramatizadas y teatro de calle. Además, varias agrupaciones con experiencia y especialmente noveles presentan sus propuestas teatrales en el pequeño espacio o sala de cámara llamada “Teatrino”.
En este lugar se exhibe el monólogo La golpista, escrito y dirigido por Javier Moreno. Con funciones los martes, miércoles y jueves, esta iniciativa de un grupo de creadores teatrales denominada Programa Mirabile dictu se propuso llevar a escena una “radiografía psicológica de una adulta contemporánea”, como manifiesta el subtítulo de la pieza.
Con apariencias de teatro ligero, el texto efectivamente transita por la psicología de una mujer que se revela frente a los espectadores como alguien que disfruta del maltrato hacia el otro. De ahí el título, por los golpes que deben soportar sus parejas si quieren aprovechar los “beneficios” que trae convivir con una mujer exitosa. A través del relato, Gladys se refiere a sus logros y a los conflictos que vive con quien desee estar a su lado, hasta que la denuncia de su novio la lleva a consultarse con un psiquiatra y descubre las razones de su comportamiento. Esto es lo que hace que la aparente ligereza del texto adquiera la profundidad que otros sobre mujeres adultas no poseen. Nuestro cartelera actual está invadida de argumentos sobre treintonas, cuarentonas y cincuentonas que, más allá del recurrente conflicto con la edad, no se preocupan por comprender las conductas sino por hacerlas evidentes y producir risa por medio de ellas.
La puesta en escena maneja tres áreas para el desplazamiento constante, con un ritmo que no decae, de la actriz. El punto focal es el centro, con una barra y una silla alta que claramente representa un bar como sitio idóneo para que, a través del consumo de alcohol, sirva como confesionario. Las otras dos áreas son los laterales, izquierda y derecha, por los que ella va de lado a lado mientras desarrolla el relato y pasa de una situación a otra.
La actuación de Karla Fermín logra demostrar todos los matices del personaje. La dirección se concentra en dar el peso necesario a cada situación planteada, lo que la actriz alcanza cabalmente por la naturalidad con que asume el rol, tanto en voz como en la gestualidad con que apoya lo que dice. Esto se percibe también cuando interpreta a los hombres que va nombrando.
Con la selección del mismo director y producción de María Petit, la música complementa las atmósferas de la pieza, junto a un video que, a manera de karaoke, acompaña a una canción que muestra el amor de un hombre hacia una golpista. Una producción sencilla pero que consigue lo que se propone.
Para concluir, es importante comentar que otros colectivos hacen vida en la institución con presentaciones los fines de semana en diferentes horarios. Así amplían la oferta teatral para el público en búsqueda de otras opciones.
Función: 23 de Julio de 2009
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