La crítica teatral es producto de la crítica literaria y de la crónica periodística. A medio camino entre ambos géneros, se puede considerar como un artículo de opinión que difunde y analiza la creación artística en el ámbito teatral.
En su estructura, hablar de un espectáculo teatral implica comentar acerca de la dramaturgia y la puesta en escena. En la dramaturgia, el comentario gira en torno al argumento, a la forma de crear la historia, los personajes y el conflicto. En la puesta en escena, la dirección, actuación, escenografía, vestuario, iluminación, música, además de otros elementos, son los aspectos más resaltantes. El reto está es abarcar todos los componentes en el espacio que se dispone para él dentro del diario: una cantidad de caracteres que deben aprovecharse al máximo. Por suerte, periódicos como Tal Cual han dado cabida a la crítica teatral en sus ediciones y los creadores teatrales agradecen esto.
Con un limitado espacio en otros medios impresos, la crítica de teatro ha emigrado al entorno virtual, a la web, a la difusión en las redes sociales, en fin, al acceso a través de Internet. Por diversas causas que apuntan a la molestia de los que ahora dicen dirigir el país, el Diario Tal Cual sale de circulación para convertirse en semanario y esta columna con cuatro años publicándose en sus páginas impresas tiene un destino incierto. Es decir, la crítica se limita aún más porque ya no llegará al lector a pie cuyos hábitos son distintos del lector digital.
Por lo anterior, mi crítica de hoy es para el teatro mediocre que representa el gobierno actual incapaz de aceptar la libertad de expresión como el verdadero emblema de la democracia. A mi juicio, esta es la razón real de los problemas que presenta Tal Cual. He oído hasta el cansancio que aquí hay más democracia porque se han hecho muchas elecciones, porque el “pueblo” (en un sentido ya peyorativo) ha tenido la posibilidad de elegir. Pues, la verdadera democracia es aquella en la que se establece un adecuado plan de seguridad ciudadana, un programa que regule apropiadamente las condiciones económicas del país y en la cual exista la libertad de pensar y expresar ese pensamiento, por citar tres ejemplos, en general que exista una verdadera calidad de vida.
Es importante recordar una máxima que cada vez cobra más fuerza en la Venezuela actual: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.” Si algunos siguen pensando que, más bien, la muerte debe ser el destino de aquellos que opinan diferente, no solo la crítica teatral sino cualquier otro género periodístico tendrá comprometida su difusión.
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