En la Sala de teatro 2 del CELARG, el grupo Circuito de Arte Cénica
presenta Después de la lluvia, texto del catalán Sergi Belbel, coordinación
de producción de Fernando Azpurua y Patricia Ramírez, y dirección de Ricardo Nortier.
En la azotea de un edificio de oficinas, funcionarios de distinto rango y
condición social se reúnen para fumar a escondidas y en contra de las políticas
de la empresa. Se confiesan entre ellos mientras fuman, aunque este vicio no es
tan terrible como la vida que llevan.
Belbel crea una comedia agridulce que, como la mayoría del buen teatro
contemporáneo, muestra los vínculos que se establecen entre los seres humanos. Le
coloca nombres genéricos a los personajes como las Secretarias: rubia, pelirroja,
castaña y morena. Con esto, los convierte en símbolos, no solo por la
responsabilidad que representan sus cargos, sino porque cualquiera podría verse
reflejado en ellos.
En correspondencia con el texto, la dirección se sitúa en la estética
simbolista. El sentido de cada escena está bien manejado y en concordancia con
el ritmo que marca la entrada y salida de los personajes. El concepto
escenográfico, propuesto por el director, es funcional y sus espacios son
aprovechados al máximo en la recreación de las situaciones. Además, refleja la
locura presente en el argumento a través de la rampa inclinada por la que se
deslizan los actores para salir de escena. Del mismo modo, el diseño de
vestuario de Joaquín Nandez se percibe apropiado porque propone una uniformidad
de colores para resaltar el uniforme de la empresa, sin bien le da un estilo
particular a cada rol.
Las actuaciones están niveladas. Beatriz Valdés aprovecha todas las aristas
de la libertina e indiscreta Secretaria Rubia. Es secundada por la eficacia de
Eulalia Siso, la intensidad y veracidad de Malena González y la pertinencia de
Rossanna Hernández, que interpretan a las Secretarias Pelirroja, Castaña y
Morena, respectivamente. Por su parte, Haydée Faverola ofrece la forma corporal
y vocal que requiere la Directora Ejecutiva. Destaco el trabajo correcto de Nortier
como el Jefe Administrativo, la franqueza y fuerza de Agustín Segnini como el
Programador Informático y la naturalidad de Jesús Cova como el Mensajero Local.
El montaje finaliza con la necesidad que tienen los personajes de emparejarse, de establecer una relación sin importar que sea frágil y, por ende, destinada al fracaso. La lluvia que por fin llega trae esperanza a su vida sin sentido, pero si ya transitaste la tempestad, ¿qué queda después de la lluvia? Por debajo de la risa de los espectadores, se debe esconder una mueca de amargura.
Función: 9 de Agosto de 2012
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