El Festival de Teatro de Occidente continúa con espectáculos de diferentes
géneros.
En la carpa “Cacao”, el Circo Social de Portuguesa presentó el espectáculo circense
Mestizaje. A partir del encuentro y
desencuentro entre los aborígenes y los españoles, la agrupación crea un
trabajo escénico que utilizas los códigos del circo y, a la vez, cuenta la
historia de la colonización.
El espectáculo comienza con mago que nos invita a trasladarnos a través de
sus actos de ilusión a una época remota. Luego, se presenta una coreografía
que muestra la presencia del indígena en su territorio original. Con la
irrupción del español se crea el conflicto y, posteriormente de la lucha por la
riqueza, se produce la mezcla entre razas.
Esta trama es desarrollada con una propuesta corporal en la que las
cargadas, el equilibrismo y distintos ejercicios sobre guaya permiten lucir las
extraordinarias condiciones físicas de los intérpretes. Destaco el vestuario
que estiliza y refleja con propiedad la vestimenta de ambas razas.
Este grupo sorprende por su compromiso y claridad estética.
En la Sala Federico Collado, la Compañía Regional de Portuguesa presentó la
producción del Taller permanente de formación actoral: Alegría y Mapulín de Carlos Giménez, producción de Julián Ramos y
dirección de Aníbal Grunn. En este trabajo para toda la familia, dos amigos
llamados: Señora Mapulín y Señor Alegría, intentan llegar al "País de nunca
acabar” pero no lo consiguen. Se encuentran con diversos personajes que
interrumpen su trayecto hasta que descubren que con la magia del teatro pueden
alcanzar lo que deseen.
El texto toca temas vigentes en la sociedad venezolana como la censura, el
militarismo y la falta de individualidad. Los protagonistas se topan con La
señora de la censura, como muchas personas sienten que deben limitar sus
opiniones. Luego, se encuentran con el Soldado que busca un General, al igual
que muchos ciudadanos buscan desesperadamente alguien que los mande, y cuando el
que manda es él, empieza el abuso de poder. A continuación, ambos personajes
ven cómo varios dobles los imitan y les hacen perder su individualidad. Finalmente,
aparece la magia para demostrar que el teatro es el mejor medio para explotar
la imaginación.
La dirección propone una interpretación donde los personajes sobrepasan el
realismo, mientras que el vestuario posee un variado juego de colores, al igual que la
iluminación. Todo esto facilita la conexión con el público infantil que asiste
a la representación. Además, propone un espacio vacío que los actores llenan
con un bien logrado juego de desplazamientos donde las marchas, filas,
diagonales y otras combinaciones ofrecen variedad visual.
El trabajo actoral tiene un buen manejo de la energía. A la cabeza del
elenco se encuentra Edilsa Montilla, como la Señora Mapulín, porque da la fuerza
y el matiz justo a cada frase. Le sigue Roimber Peraza, como el Señor Alegría,
quien maneja de forma pertinente su cuerpo y voz, aunque debe cuidar el
equilibrio entre el paso de una situación a otra.
Se destaca el desparpajo y la honestidad de los jóvenes formados en el
taller: Carla Arroyo, Génesis Guanay, Rosa Grisman, Isdania Maluenga, Milagros
Montaña, Karelis Salazar, Alex Azócar y Yohan Vargas. La única recomendación
que se les puede dar a ellos es que siempre deben estar atentos al manejo del
contenido orgánico para que cada uno de sus textos tenga la intensidad
necesaria y que eviten mecanizar su actuación.
En resumen, adultos y niños disfrutan por igual de un
trabajo bien hecho.
Funciones: 12 y 13 de Noviembre de 2011, respectivamente.
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