De cómo superar las limitaciones

En el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, la agrupación Hebu Teatro presenta Las cosas más hermosas, texto de William Gibson, producción ejecutiva de Diana Volpe, producción general de Rossana Hernández y dirección de Orlando Arocha.

La obra relata la vida de Helen Keller, una niña ciega y sordo - muda, cuya familia ha perdido las esperanzas hasta la llegada de Annie Sullivan, su nueva tutora.

La dirección propone un espectáculo donde la revelación de la teatralidad, el simbolismo y el hiperrealismo se entremezclan. Desde el principio, se revela el mecanismo teatral cuando los actores reciben al público, presentan los personajes e introducen la historia. Esto se refuerza con el paso de una escena a otra en la que los actores entran y salen, trasladan objetos y crean nuevos ambientes con los elementos escenográficos. Precisamente, el diseño de escenografía indica la estética simbólica que posee la puesta en escena para presentar cada espacio donde sucede la acción. La ambientación, propuesta del director, plantea un escenario bifrontal en cuyos extremos se encuentra la casa de los Keller y la bomba de agua que da pie a la resolución del conflicto en el otro. Esto es reforzado por el diseño de vestuario de Raquel Ríos que delinea apropiadamente a cada personaje y la iluminación de Gerónimo Reyes que, además, apoya las atmósferas de cada situación.

El hiperrealismo se percibe en la manera en que los actores orientan su interpretación. Hay una línea delgada entre el actor presentando a su personaje y asumiéndolo. Pareciera que es una actuación casi sin intensidad que mantiene las intenciones del rol y la veracidad. En este sentido, los trabajos mejores logrados corresponden a Diana Volpe como Annie Sullivan y Haydeé Faverola como la Tía Ev. Ambas demuestran fuerza y franqueza en sus trabajos. Los roles de los padres de Helen son más complicados de llevar porque mantienen una misma línea de principio a fin, sin embargo Ana Melo como Kate Keller compone un personaje cargado de sentimientos y Gavo Figueira como el Capitán Keller se percibe cabal. Asimismo, el trabajo de Rafael Rodríguez como James Keller es correcto, mientras que Hernán Iturbe como el Sr. Anagnos y el Doctor podría ofrecer más fuerza en ambos roles. El trabajo que más llama la atención corresponde al de Ana Karina Castro como Hellen Keller que ofrece la naturalidad propia de su edad y demuestra precisión para crear un personaje tan complejo.

En definitiva, un montaje que muestra la superación de las limitaciones por parte de un ser humano y se presenta con una opción distinta en la cartelera teatral caraqueña actual.

Función: 18 de Agosto de 2013

Teatro negro para la magia

En el Teatro Chacao se presenta el Teatro Negro de Praga con el espectáculo: Lo mejor del Teatro Negro de Praga, dirección artística de Vladimir Kubicek, guión y dirección de Jiri Srnec, creador original de este grupo, y dirección general de Jiri A. Srnec, hijo del anterior.

La agrupación usa la técnica de la luz negra (o luz fluorescente) que hace que los objetos pintados de ciertos colores resalten en la oscuridad. Esto permite que sobre un escenario con una clásica caja negra (paredes y piso de color negro) y el uso de una iluminación dirigida con precisión se cree la ilusión de objetos y personas que aparecen y desaparecen de la nada o flotan sobre el escenario, además de otros efectos.

Este espectáculo concentra una serie de escenas que se desarrollan con una estructura dramática básica que parte de un planteamiento inicial, desarrollo de un conflicto simple y un desenlace. Cada situación se desenvuelve con el estilo de la pantomima y alta dosis de humor, además de efectos de sonido y música que también son protagonistas.

El montaje como tal presenta once rutinas que demuestran la magia que logra este tipo de teatro cuando es conducido correctamente: La lavandera, Las maletas, Pierrot, El mago, El violinista, El taxista, Las avestruces, El pescado, Los faroles, El fotógrafo y El Caballo. Hay momentos que quedan guardados en la memoria pese a lo efímero del teatro: prendas de vestir que pelean con espadas, una maleta que se come a otra maleta y a dos hombres, una luna y varios paraguas que flotan y se convierten en otros objetos, una mujer que desaparece siendo cubierta por un sombrero gigante, un pañuelo que juega con su dueño, dos avestruces gigantes que camina por la escena, dos faroles que danzan al ritmo de un hombre tomado, una cámara fotográfica que cobra vida, una sirena que aparece y flota, y un caballo hecho de telas y vasos que cabalga velozmente y se divierte con su amo.

La virtud de la dirección consiste en controlar la relación entre los actores y manipuladores de objetos para alcanzar la magia. El trabajo de los intérpretes sorprende por su versatilidad al asumir solamente con la expresión corporal y gestos de la cara la creación de un personaje. Sin embargo, la mayor sorpresa consiste en descubrir que ellos mismos son los manipuladores entre sombras de los objetos de aparecen y desaparecen en escena. La propuesta lumínica para este trabajo es lateral. La luz se concentra en el gesto o personaje que debe verse para que no se pierda la ilusión que se logra con los objetos que son manipulados en la oscuridad.

Este espectáculo es disfrutado por niños, jóvenes y adultos por igual.

Función: 6 de Agosto de 2013

Sueños y vestidos

El Teatro Trasnocho ofrece una oferta variada. En el horario vespertino, dedicado al teatro infantil, se presenta Naku Teatro con El sueño de Leo, creación y dirección de Sonia González.

Leo es un personaje de una serie de libros y programas televisivos que hace su aparición en escena para destacar los valores de la libertad, la tolerancia y el perdón, tres virtudes necesarias en la sociedad venezolana actual. La propuesta vuelve a demostrar la extraordinaria capacidad de este grupo para la manipulación de títeres, aunque amplia su rango a usar trajes de mayor tamaño para representar a los personajes. La puesta en escena es original, sin embargo el desarrollo podría tener una progresión dramática mejor trabajada para que las situaciones tengan más fuerza. Todo el elenco, compuesto por Mercedes Barrios, Ana O’Callaghan, Vanessa León, Ariadna Izturiz, Abel García, Luis Alfredo Ramírez, Roy Lorenzo, Julio Arana y Daniel Sánchez, logra una excelente labor. 

En el horario nocturno, el Grupo Actoral 80 presenta Cinco mujeres con un mismo vestido, texto del estadounidense Alan Ball, producción de Carolina Rincón y dirección de Héctor Manrique.

Las cinco damas de honor de una boda se reúnen en el cuarto de una de ellas, hermana de la novia, para criticar el evento y revelar sus penas. Ball, guionista multipremiado de la televisión y el cine norteamericano, teatraliza una situación común con un estilo de comedia ligera cuyo conflicto es la celebración como tal y lo que genera en las protagonistas. Incluye algunas situaciones más impactantes, aunque las deja sin cerrar y agrega un personaje masculino para dar un toque de amor al texto que conduce a un desenlace agradable.

La dirección ofrece un estilo realista que se caracteriza por el desplazamiento, la entrada y salida de los personajes manteniendo buen ritmo escénico. El diseño del espacio, hecho por el director, funciona cabalmente para representar la habitación donde ocurre la acción, así como el vestuario de Eva Ivanyi es adecuado en el estilo que propone para el vestido de las damas de honor.
 
Las actuaciones son correctas, dentro del realismo de la propuesta, con Melissa Wolf como Marilú, Mariangel Ruiz como Georgina y Walid Hadaya como Alejandro Ackerman a la cabeza. Elaiza Gil como Tina puede aprovechar más las intenciones de la mujer liberal y Angélica Arteaga es atinada en su interpretación aunque sigue estancada en la misma línea de roles. Se destaca el trabajo de Samantha Castillo como Amanda porque logra manejar y transmitir las diferentes emociones de su rol. 
 
Como se ve, las opciones son variadas para el gusto del público.
 
Funciones: 4 de Agosto de 2013, ambos montajes.

Burguesía y poder

En La Caja de Fósforos, nuevo espacio ubicado en la Concha Acústica de Bello Monte, la agrupación Deux Ex Machina presenta Saverio, el cruel, texto del argentino Roberto Alt, producción general de Rossana Hernández y dirección de Gabriel Agüero Mariño.

Este nuevo grupo teatral aparece en la escena caraqueña con una obra de gran envergadura, si bien sus integrantes ya tienen años de experiencia en las tablas. Saverio es un vendedor de manteca que se ve envuelto en un juego de apariencia y realidad cuando es invitado a representar a un coronel usurpador en una farsa que pretende servir de cura terapéutica a una joven perturbada. Sin embargo, todo es una mentira creada por Susana, la supuesta enferma, quien juega a divertirse engañando a gente ignorante junto a sus primos. La crítica a la burguesía y la obsesión por el poder son temas recurrentes en la obra.

Con este trabajo, Agüero entra de lleno en la dirección, luego de muchos años de experiencia actoral. Su trabajo comienza con una marcada tendencia realista y simbolista en el desarrollo de los personajes, las situaciones y la ambientación del montaje. Luego, se va más a una estética donde el uso de máscaras y la expresividad de los actores hacen evidente el sentido irreal de la trama. Orienta correctamente cada situación, aunque se percibe como un director que está experimentando con diversas formas mientras consigue su lenguaje propio.

El concepto escenográfico, propuesta del mismo Agüero, funciona para diferenciar los tres espacios principales. Con un simple uso de poleas y de elementos se cambia de un espacio a otro. El diseño de vestuario de Jericó Montilla establece correctamente el cambio del estado real a la farsa orquestada y delimita bien a cada personaje dentro de las situaciones que se desarrollan. Se destaca el diseño de máscaras de Patricio Agüero Mariño, un elemento que resalta más la irrealidad en varios momentos. Asimismo, el diseño de iluminación de Gerónimo Reyes y Ángel Pájaro apoya lo anterior.

En las actuaciones, Elvis Chaveinte logra un trabajo verdadero, intenso y pleno de matices como Saverio. Equilibra de forma excepcional los momentos de lucidez y locura del personaje. De igual forma, Rossana Hernández como Susana es real e intensa en su interpretación. Ambos son secundados por los trabajos honestos de Sahara Álvarez como Luisa, Abilio Torres como Juan y Abel García como Pedro, junto a las interpretaciones pertinentes de Dayana Carmona como Simona, Alexandra Vivas como Ernestina e Idanis Infante como Julia.

En definitiva, un buen trabajo de esta nueva agrupación en un espacio que va ganando su público.

Función: 28 de Julio de 2013

La vigencia de Cabrujas

En el Teatro Chacao, el Grupo Actoral 80 presenta El día que me quieras, texto de José Ignacio Cabrujas, producción general de Carolina Rincón y dirección de Juan Carlos Gené. La puesta en escena original fue presentada en el año 2005 luego que el maestro Gené regresara a Venezuela tras doce años de haberse ido a Argentina. Gené falleció hace un año pero su propuesta se mantiene gracias a Melissa Wolf, asistente de dirección de aquel montaje y ahora responsable de la reposición.

Este texto es considerado uno de los más importantes de la dramaturgia venezolana. La historia de la familia Ancízar que es visitada por Carlos Gardel cuando vino a presentarse en el país es un pequeño cosmos que refleja la idiosincrasia del venezolano. Cabrujas sitúa el argumento en 1935 para hablar en la distancia  de la Venezuela que vio el estreno en 1979 y que más de 30 años después parece no haber cambiado. Sigue siendo contundente el personaje de Pío Miranda que es vivo reflejo del país. Un hombre que se dice comunista y tarda 10 años en tomar una decisión mientras inventa una mentira tras otra para soportar ese tiempo, así como en Venezuela no se toman las decisiones correctas y, durante más de una década, se vive en una sucesión de mentiras. Antes de salir definitivamente de escena, Pío Miranda expresa que “No hay nada” porque en su vida nunca ha habido nada real, como ya no hay nada de la Alemania dividida por el Muro de Berlín, como ya no hay nada de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, entonces ¿por qué algunos están empeñados en aplicar en el país un sistema de “izquierda” que no funcionó? He aquí la vigencia de la obra de Cabrujas.

La visión original de Gené se mantiene con su extraordinaria capacidad para manejar el teatro realista. Arma la distribución y desplazamiento de los personajes, modela a los actores con sus personajes. El diseño de vestuario de Eva Ivanyi y el espacio escénico de Carlos Di Pasquo son fieles a la época y facilitan las intenciones de la dirección.

Las actuaciones de Eulialia Siso como María Luisa Ancízar, María Cristina Lozada como Elvira Anzícar y Martha Estrada como Matilde son reales y comprometidas. Las secundan Miguel Ferrari como Plácido Anzícar y Juan Carlos Ogando como Alfredo LePera, ambos correctos en sus trabajos. Mención aparte se encuentra Héctor Manrique como Pío Miranda, claro e intenso en sus intenciones aunque tiende a sobrepasar esa intensidad cuando podría desarrollarla progresivamente. Finalmente, Jean Carlos Simancas luce cómodo y veraz como Carlos Gardel, un personaje que ha interpretado en muchas ocasiones. 

¡Cabrujas sigue hablando de y para Venezuela!

Función: 14 de Julio de 2013

Emilio en el Teatrino

Siempre es un placer volver al Teatrino del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, institución que recibió este año el Premio especial de la Asociación Venezolana de Crítica Teatral (AVENCRIT) de la que formo parte. Este espacio ha albergado agrupaciones de distinta índole, tanto aficionadas como profesionales, con un pequeño aforo que puede llegar a ser limitante si los montajes llegan a ser exitosos.  Quienes no tienen límite son los directivos y colaboradores del laboratorio que abren las puertas de lo que fue el apartamento modelo de Parque Central a creadores y docentes en diversas áreas para que ensayen y dicten talleres.

Como parte de los grupos que mantienen la programación del Teatrino, ART-Teatro presentó su espectáculo Seis historias para Emilio, especie de homenaje y dedicatoria al autor mexicano Emilio Carballido, con dirección de Luisa Maymó. Las piezas Únete pueblo, Solitario en Octubre, Tangentes, La miseria, Dificultades y Delicioso domingo muestran la variedad dramatúrgica de Carballido. La primera coloca a escena a dos estudiantes que desean ser parte de un movimiento sin comprenderlo realmente, luego un hombre divorciado se conecta con una mujer pronta casarse, seguidamente varios personajes parecen vincularse aunque sus acciones los separan. Después, una pareja de fiesteros ven cómo su noche se daña al revelar puntos de vista distintos de la miseria, dando paso a un hombre que desea morir porque su sueldo no le alcanza para vivir, hasta que un grupo de trasnochados aparece con la intención de llevar a feliz término el día posterior a una noche de fiesta.

De un momento a otro, el montaje pasa de la comedia al drama y viceversa demostrando las cualidades dramáticas del autor. La dirección propone una puesta en escena realista en vinculación con el estilo de los textos y que se percibe también en el vestuario.  En las actuaciones, el trabajo tiene la virtud de poner en escena a personas con experiencia en las tablas juntos a actores de formación. Luisa Maymó, Mariafernanda Fuentes y Robert Castro se perciben correctos en sus roles, secundados por Juan José Guzmán y Jorge Martínez. Oreana Cordero y Ángel Pelay están en proceso de componer cabalmente sus personajes.

De todos los textos, convendría revisar los trabajos del principio y del final que tienden a desarrollarse con un ritmo vertiginoso sin darle el justo peso a cada situación y dejando pasar los chistes escritos por el autor. Solitario… y La miseria están mejor logrados, mientras que los otros pueden adquirir más fuerza.

Quede parte del público conocer el Laboratorio y apoyar su variada programación.

Función: 7 de Julio de 2013

Prejuicios vigentes

En la Sala Rajatabla, la agrupación El Galpón del Arte presentó Mátame, Mamá, montaje basado en  de la pieza Arráncame la vida de Elio Palencia, asistencia y dirección de Citlalli Godoy Rivas, y dirección escénica de Elio Palencia.

Esta nueva versión de la obra de Palencia mantiene su espíritu de presentar una crítica a los prejuicios de la sociedad. Una madre debe lidiar con el hijo contagiado de VIH que decide volver a la casa donde se crió para transitar sus últimos días. El texto se estructura con el final como principio y la súplica del hijo para que la madre acabe con su sufrimiento. Sucesivamente, las escenas nos van presentando ciertos monólogos en los que la Nubia Linares, la madre, cuenta cómo descubrió la homosexualidad del hijo y las reacciones que podría suscitar en sus vecinos de un pueblo del interior del país. El momento más contundente es el discurso de Nubia frente al auditorio de la escuela en la que trabajó toda su vida y que le entrega un reconocimiento a sus años de servicio. El final de la obra marca la esperanza de un fin que ya se conoce.

La dirección maneja correctamente una estética simbolista donde los elementos son cambiados constantemente de lugar para recrear las situaciones. El uso de un maniquí para representar al hijo moribundo es un gran acierto que permite al espectador imaginar a una persona enferma con SIDA. El diseño de vestuario de Jonathan Rodríguez y del mismo director se percibe sencillo y ajustado a los personajes, salvo el traje carnavalesco de Nubia que refleja su espíritu fiestero y el ánimo de mostrarse ajena a la situación que debe enfrentar con la enfermedad de su hijo. Por su parte, los elementos escenográficos, propuesta de Alfonso Rivas, son los necesarios para diferenciar los espacios de la acción, aunque el diseño de iluminación de Gerónimo Reyes cumple más con este propósito, además de indicar el paso del tiempo y reforzar el estado interno de los personajes.

En las actuaciones, el peso de la obra es llevado por Aura Rivas como Nubia Linares. Esta pieza adquiere consistencia, conmueve y transmite las ideas que plantea gracias a su interpretación. Rivas demuestra un manejo excepcional del trabajo vocal y corporal con una extraordinaria capacidad de conectarse internamente con el rol y hacerlo real. Por otro lado, Domingo Balducci interpreta a Andrés, el hijo. Su labor es consistente y correcta, destacándose en el monólogo donde el personaje alucina y que el actor siente y transmite con veracidad.

Este es un montaje que ha recorrido varias salas de Caracas y espero que lo siga haciendo para enfrentar al público con un tema que todavía está vigente.

Función: 30 de Junio de 2013

¿El regreso de los subsidios?

Después de varios años de la suspensión de los subsidios a las agrupaciones teatrales venezolanas, el panorama parece cambiar. Anteriormente, los aportes eran entregados por el extinto Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) que luego cedió sus funciones al Instituto de la Artes Escénicas y Musicales (IAEM). Sin embargo, las diferencias entre los ministros de cultura y los creadores, las descalificaciones de lado y lado, además de otras circunstancias, llevaron a su suspensión. 

En la actualidad, el Centro Nacional de Teatro (CNT) realiza la entrega de los llamados “Convenios de de Cooperación Cultural” a través de los cuales diversas agrupaciones recibirán apoyo económico. Este proyecto, junto al Sistema Nacional de Registro de la Actividad Teatral y los Proyectos Teatrales de Coproducción, demuestra una intención por parte del gobierno de subsanar las diferencias con los hacedores. 

El CNT informa que los primeros aportes se entregarán a los colectivos del Estado Falcón para luego continuar con los Estados Carabobo, Mérida, Trujillo y el Distrito Capital. Los demás Estados tendrán que esperar durante los meses que restan del año. Es importante destacar que esta primera entrega de los convenios beneficiará a 103 agrupaciones y que la cantidad de dinero sobrepasa los 3 millones de bolívares. Como siempre, mi recomendación es que esta actividad y el aporte no queden como una simple estadística más del gobierno. Tenemos una administración gubernamental que difunde cantidad y no mide la calidad de lo que realiza. Nos sentimos invadidos cuantitativa y no cualitativamente de las acciones gubernamentales. En este caso, contar el número de agrupaciones que serán beneficiadas e informar el dinero del aporte es necesario, pero la tarea de posterior a la entrega del dinero es la más importante. La supervisión de qué se hace con ese dinero y cómo se hace es vital. Las propuestas artísticas de los grupos deben ser supervisadas, orientadas y bien encaminadas en pro del mejoramiento de la labor teatral. Además, es precisa la difusión de los trabajos a las comunidades, al público más cercano a su labor y comprender que la “calidad” es el objetivo. 

Este parece ser el comienzo de la puesta en marcha de verdaderas políticas culturales emanadas por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. No sé si este el regreso de los subsidios, pero los convenios son un buen comienzo para cambiar la visión que han mantenido ciertos ministros en contra de los hacedores de teatro. Las regiones han dado mejor la talla en el apoyo a los “teatreros”, así que el mayor reto corresponde al Estado Venezolano.