Rostros de la vejez y la mediocridad

En la Sala de teatro 2 del CELARG, la agrupación Artgnosis presenta Por la cara, texto del griego Giorgos Dialegménos, producción de Karla Fermín y dirección de Costa Palamides.

El argumento trata de una actriz retirada que vive con su hermana y pasa el día comentando sobre sus recuerdos y la rutina que vive hasta que se le presenta la oportunidad de trabajar en un comercial de televisión. Una historia que, a primera vista, parece sencilla pero que posee un trasfondo más amplio.

La trama se adapta al entorno venezolano sin cambiar su esencia. Dividida en tres actos, al principio trata sobre la rutina de la vejez y la terrible pérdida de la memoria que conlleva. Las dos hermanas recuerdan su vida pasada, sus conflictos y lidian con otro hermano cuyo pensamiento se ha degradado. Luego, la ilusión de participar en el comercial les cambia la rutina pero la mediocridad del director de televisión y su incapacidad de darse cuenta de esto augura un final desastroso. Este pronóstico adquiere más fuerza con la presencia del otro protagonista del comercial, vestido de forma patética como Santa Claus y cuyo pasado sale a la luz. El sueño frustrado y la vuelta a la rutina son los temas del final.

La dirección realiza una puesta en escena realista enmarcada en una escenografía sencilla conformada por un gran estante al fondo, dos sillas y dos mesas pequeñas ubicadas ambos lados del escenario. El primer acto, sin conflicto aparente, se desarrolla poco a poco aunque podría poseer más ritmo en la discusión de las hermanas y, de esta manera, tener correspondencia con el segundo acto en el que todo fluye mejor. El desenlace mantiene el tono justo. Por otro lado, la propuesta de iluminación podría ser más demostrativa de las situaciones.

Las actuaciones están equilibradas. Nirma Pietro y Norma Monasterios como Susana y Teodora Rodríguez, las hermanas, se perciben honestas. Asimismo, ocurre con los trabajos veraces de Ludwig Pineda como Germán Cardona, el director, y Adolfo Nittoli como Lucas. Los acompaña la labor pertinente de Karla Fermín en su pequeño rol de Sofía, asistente del director. Destaco la presencia del maestro Gonzalo J. Camacho que realiza una interpretación sutil y cabal de Basilio Rodríguez, el hermano que ha perdido la memoria.

El título del texto alude a la razón por la que el director del comercial escogió a sus protagonistas: por su cara. Los rostros ofrecen las primeras impresiones de las personas, pero muchas veces no reflejan sus secretos. En este trabajo, aparecen rostros de la vejez y la mediocridad, semblantes que están muy presentes con acentos diferentes en la realidad venezolana.

Función: 30 de Junio de 2012

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