El XXIX Festival de Teatro de Occidente avanza con presentaciones de mayor
calidad y profundidad.
Teatro Latente de Barquisimeto realizó el espectáculo Las aventuras de Clauss. En el más puro espíritu del “clown”,
Héctor Liscano presenta una serie de rutinas en las que usa la pantomima, una
marioneta, la magia, el malabarismo, la globoflexia y el diábolo. Como el
personaje Clauss, Liscano atrapa al público, no solamente porque invita a subir
al escenario a varios espectadores para que participen con él, sino porque
también demuestra extraordinarias condiciones en distintos ámbitos de las artes
escénicas.
Este unipersonal se convirtió en un gran descubrimiento dentro del
festival.
El Teatro La Bacante presentó Paria,
montaje teatral basado en aforismos de Cioran, con dramaturgia, producción y
dirección de Diana Peñalver. El abandono a dios, el reconocimiento que lo
sagrado se puede encontrar en el teatro, la limitación a la creación, la
censura al arte, la falsa caridad y la manipulación por parte del poder son los
temas de este trabajo.
En el plano de la dramaturgia, se parte de un coro que presenta el
espectáculo y vincula el inicio con el teatro griego. Con el uso máscaras y
largas gabardinas, el coro expone la premisa inicial del abandono a dios.
Luego, los actores se despojan de la imagen anterior para convertirse en los
personajes de la historia central. Un asesinato producto de una prohibición es
el punto de partida del argumento. Al principio, esto causa extrañeza y
desconcierto porque el público debe ir descubriendo y digiriendo poco a poco la
trama. Con la vida circense como trasfondo, los recuerdos de Almitamía, una
joven inocente, se hacen reales y se comprende la causa de la muerte: Paria,
una mujer cantante, rompe la norma de prohibición de la música no marcial. Para
finalizar, el crimen es recreado nuevamente como un círculo que cierra su
trayecto.
En lo estético, el montaje posee el uso llamativo de lo plástico. La
escenografía es el boceto en blanco y negro de una ciudad que podría ser
cualquier urbe del mundo. Varias puertas giratorias facilitan la entrada y
salida de los personajes. El vestuario tiene correspondencia con la
ambientación. El coro mantiene el esquema visual de lo escenográfico en su
vestimenta y los demás trajes reflejan el espíritu de lo circense con un mayor
colorido y el uso del retazo y la enmienda.
En lo actoral, se destaca Lismar Ramírez que compone con buen manejo de la
tensión corporal y cohesión vocal a Almitamía. Es secundada por Diana Peñalver
como la suelta e intensa Paria. Por su parte, Jericó Montilla, Abel García,
Orlando Paredes y Marcos Suniaga ofrecen una buena correlación entre voz y
cuerpo en todos sus roles.
Siempre se agradecen las propuestas de esta agrupación porque son producto
de la investigación antes de la escena, para la confrontación escénica y la
reflexión durante y después de la escenificación.
Sean artistas, actores, payasos, aventureros o parias, los hombres y
mujeres de teatro siguen demostrando su talento en el festival.
Funciones: 15 de Noviembre de 2011, ambos montajes.
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