Canibalismo dorado y sabores agridulces

Canibalismo: En la Sala Anna Julia Rojas de Unearte, la agrupación Río Teatro Caribe presenta Machete caníbal con dramaturgia de Francisco Denis y Arved Schultze, producción de Susana López y dirección de Francisco Denis. El mito de “El Dorado” es el punto de partida para la interrelación entre cuatro historias en las que una campesina es raptada por indígenas, el alemán Felipe Von Hutten se lanza a la tarea de encontrar la famosa ciudad de oro, el tirano Lope de Aguirre habla de los excesos que cometió y una periodista descubre la verdad acerca de la planta de procesamiento del caucho llamada Fordlandia.

El barroco y realismo mágico, estéticas propias de Latinoamérica, se hacen presentes para vincular épocas, espacios y personajes. Dividido en dos actos, el montaje está cargado de intensidad y ritmo gracias a la expresividad corporal, el empleo de diversos objetos, lo audiovisual y la música del grupo Quinto Aguacate. Sin embargo, la energía se pierde con la extraña y poco original parte final dedicada a Fordlandia, el único punto débil. Por su parte, las interpretaciones de Susana López, Vera Linares, Osleida Pérez, Dixon Dacosta, Mauricio Gómez y Pastor Oviedo demuestran veracidad y compromiso.

En definitiva, un interesante experimento teatral como acostumbra presentar este colectivo.

Función: 7 de Octubre de 2011 

Sabores: En su sala homónima, el grupo Rajatabla presenta Agridulce de Glener Morales con producción general de Williams López y dirección de Rufino Dorta como parte de la Segunda Muestra de Dramaturgia Nacional en homenaje a Rodolfo Santana. Con una historia discontinua, se habla de una época pasada donde “el sabor de las querencias”, como indica el subtítulo de la pieza, es agridulce debido a los conceptos morales que se poseían.

Un hombre que recibe una petición, otro de conceptos rígidos, una mujer que sufre porque no ha tenido hijos, otra cuyo matrimonio se he desmoronado y una joven que pasa de niña a mujer son los personajes de un drama inconcluso. No se comprenden las razones, solamente hay consecuencias en un texto sin acción escénica y tan codificado que limita la función comunicacional propia del teatro.

Al partir de esta limitación, la dirección hace poco al proponer una puesta en escena simbólica que no decodifica el texto y, por lo tanto, no resuelve sus problemas estructurales. Con el uso desigual de una escenografía de desniveles y un apropiado vestuario de época, los actores se limitan a decir con intensidad lo que le corresponde. 

Me pregunto, ¿por qué esta agrupación escoge un texto desvinculado de su línea de trabajo y que podría perjudicar la asistencia del público a su sala? 

Función: 8 de Octubre de 2011

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