Interclubes para el teatro (II)

Culminó el XIX Festival de Teatro Interclubes, organizado por el Centro Italo Venezolano de Caracas. Dentro de las agrupaciones participantes, sobresalió el grupo Histrionis del Centro Social Italo Venezolano de Valencia que presentó De drama a la carcajada, el mejor espectáculo del encuentro, conformado por los textos: El Cristo de las violetas de Andrés Eloy Blanco y Las Muñoz Marín van de compras de Aquiles Nazoa. Con dirección de Eduardo Sanoja, este trabajo fue el más honesto del festival porque logró la atmósfera necesaria en la primera obra y mostró una hilarante versión de la segunda. Se destacaron las actuaciones de Susana Kleczynski, Estefania Bracaglia y Jessica Meléndez.

El grupo Scenic del Centro Catalán realizó el montaje de Fuga de Jordi Galcerán con una encomiable dirección actoral de Eduardo Gulino. El ritmo de la comedia se hizo presente en un texto que plantea que los líderes políticos son tan estafadores como el pueblo y donde Arturo Rodríguez se lució como el ex ministro Isidro Galí. Con una acertada musicalización, la dirección de arte fue su punto débil.

Por otro lado, Los Comediantes del Club Puerto Azul llevaron a escena una irregular versión de La rosa tatuada de Tennessee Williams con dirección de Daniel Uribe y el grupo Jeff Levy Caracas Play House exhibió Guantánamo de V. Brittain y G. Slovo con plausible puesta en escena de Vladimir Vera y simbólica escenografía de Carlos Pollack.

Entre otros grupos, se encuentra El Nuevo Grupo del C.S.C.D Hebraica que realizó un trabajo convencional de Un espíritu burlón de Noel Coward, Teatlantes del Hogar Canario Venezolano que escenificó Titania, reina mía de Orlando Alonso, una innecesaria versión de un clásico de Shakespeare con buenas actuaciones, y el Teatro Ensayo de La Lagunita Country Club que presentó El caso de la mujer asesinadita de Miguel Mihura con una buena dirección de un texto envejecido.
Por su parte, las agrupaciones Lusoescena del Centro Portugués, Trampallan de la Hermandad Gallega, Aequilibrium del Club Santa Paula y el colectivo de la Casa Italia de Maracay presentaron los trabajos más débiles y estéticamente peor resueltos del festival. Es importante que sus directores replanteen la línea de trabajo en beneficio de sus actores y para que los miembros de sus clubes asistan a ver buen teatro.

Como festival de carácter competitivo, el Interclubes despierta pasiones en los integrantes de los grupos que buscan reconocimiento. Si esto se convierte en la única razón para participar en él, se desvirtúa su sentido: compartir e integrar una vez al año, a través del teatro, a los clubes del país.

Funciones: 11, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 22 y 23 de Junio de 2011

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