Se ha hecho costumbre que durante el período de vacaciones escolares, comprendido desde mediados de julio hasta mediados de septiembre aproximadamente, se estrenen diversos montajes que intentan agradar a los niños que disfrutan de un descanso en sus estudios. Este año no ha sido la excepción, por lo que las opciones abundaron en la recientemente concluida temporada vacacional. Dentro de la variedad de propuestas, voy a comentar en esta oportunidad dos de ellas. La primera es Princesas del dramaturgo mexicano Esteban García, dirigida por Francisco Aparicio y producida por la agrupación Ensamble Teatral. El argumento es muy original cuando una niña, que gusta escuchar de las historias de su tío, aparece en un bosque encantado donde se encuentra con Blancanieves, La Bella Durmiente y Cenicienta, tres princesas desesperadas por conseguir a su príncipe azul. La dramaturgia desarrolla esta historia tratando de desmitificar la imagen que comúnmente se tiene de las protagonistas de los cuentos para niños y de sus enamorados, aunque el montaje no logra a cabalidad su cometido. Lo anterior se debe a que la historia se alarga con canciones que le quitan dinamismo a la trama y los constantes cambios de escenografía con el telón cerrado no permiten alcanzar el ritmo escénico propio para este trabajo, además que existen resoluciones estéticas como una cabeza de dragón deficientemente elaborada que resta calidad al producto. No obstante, el desplazamiento escénico está bien resuelto pese a varias entradas de personajes desde la platea que desvían el foco de atención. En la interpretación, Yennifer Da Silva como la niña Luna se muestra desenfadada, aunque debe evitar subir demasiado el tono de voz; Landys Sleiman y Sheila Beltrán como Blancanieves y Cenicienta, respectivamente, sacan provecho de sus parlamentos y José Luis Llanes como el Príncipe se vale de su condiciones físicas para lograr comicidad. La otra obra a comentar es Belinda lava lindo de María Inés Falconi con dirección de Basilio Álvarez para el grupo Skena. Este montaje destaca por la equilibrada puesta en escena de Álvarez que desplaza correctamente a los actores por todo el espacio escénico, además del espectacular sentido estético propio de este grupo. La escenografía de Franklin Salgado, Jesús Barrios y Carlos Agell decora el escenario con un gran tela hecha de retazos que armoniza con los colores de los demás elementos como tendederos de ropa y grandes pelotas que representan montones de ropa sucia, al igual que lo hace con el fantástico diseño de vestuario de Juan Carlos Padrino que juega con diversas texturas y colorido para cada personaje. El único elemento discordante es un traje de caballo, al parecer de otra obra, que rompe con la armonía. Resaltan en las actuaciones, Anaís Alvarado con buena energía y expresividad corporal como Belinda; Armando Álvarez por la magnífica caracterización en voz y cuerpo de Fina Nariz y José Miguel Dao porque saca provecho de la hilaridad de Poco Seso. Lo criticable es la historia debido a que es muy simple y parece destinada a niños muy pequeños. Son dos obras con aciertos y desaciertos, que atraparon el interés de varios padres porque son ellos quienes deciden lo que ven sus hijos.
Funciones: 9 y 10 de Agosto de 2008
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